Ana Lucía Martínez a sus 30 años, se ha convertido en un orgullo nacional, al llegar a equipos de renombre internacional en Europa. Foto: Ana Lucía Martínez
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POR MARGARITA GIRÓN
jgiron@lahora.com.gt

En Guatemala, atletas de diversas disciplinas deportivas han destacado tanto a nivel nacional como internacional. Ana Lucía Martínez a sus 30 años, se ha convertido en un orgullo nacional, al llegar a equipos de renombre internacional en Europa en donde ha sobresalido por sus habilidades en el fútbol femenino.

Recientemente, su incorporación al equipo Napoli Femminile de la Serie A de Italia causó orgullo entre los chapines que felicitaron a Ana Lucía por el paso dado en su carrera deportiva. Sin embargo, detrás de la atleta, hay una mujer disciplinada, con sueños y metas por alcanzar, tanto en el aspecto académico, como deportivo.

En una entrevista con La Hora, Ana Lucía compartió parte de sus aspiraciones y sueños, así como los retos que como mujer futbolista ha tenido que enfrentar en su carrera.

MÁS ALLÁ DEL FÚTBOL

Además de su carrera deportiva, Ana Lucía es ingeniera química egresada de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) y ha continuado estudios de posgrado, aprovechando su residencia en Europa. Comentó que actualmente se encuentra en la fase final de una maestría en administración de empresas en una universidad de Madrid, España.

Foto: Ana Lucia Martínez

“Me vine a Europa con el pensum cerrado, poco después logré hacer mi tesis y graduarme como ingeniera química y estuve algunos meses sin estudiar, pero mi familia me motivó para poder continuar estudiando y estudiar una maestría en Economía, Finanzas y Computación, con especialidad en Marketing y Análisis de datos”, detalló.

Para Ana Lucía, sobrellevar los estudios y el deporte ha sido un reto, pero a decir de la connacional, la parte académica es importante porque lo deportivo es algo que no durará para siempre y por ello ha aprovechado el tiempo para fortalecer sus conocimientos.

“Me gusta el tema de estar estudiando porque me hace ser una persona con una mentalidad diferente y me hace ser más disciplinada y más responsable en el deporte, así que creo que ambas cosas son bien importantes en mi vida”, puntualizó.

¿CÓMO LLEGÓ A EUROPA?

De acuerdo con la entrevistada, aunque siempre participó en equipos de fútbol cuando era más joven, su principal objetivo era continuar con sus estudios y al terminar la carrera universitaria decidió cambiar de rumbo y enfocarse en la parte deportiva.

“Al terminar mi carrera decidí dedicarme al fútbol o al menos darme la oportunidad y ver hasta dónde podía llegar, porque yo pensaba que en Guatemala no iba a poder crecer y avanzar o incluso dedicarme de lleno al deporte porque definitivamente en ese momento yo no recibía ningún salario, al contrario, yo debía pagar por ser parte de un club y no veía como algo viable poder seguir en el fútbol de mi país”, añadió.

Foto: Ana Lucia Martínez

Para Ana Lucía, llegar a Europa significaba un reto, pero contó con el apoyo de su familia y decidió tomar un nuevo rumbo en su carrera deportiva.

“Para mí fue difícil saber que en Guatemala no podría dedicarme al deporte como profesión y eso fue muy complicado porque si quería hacerlo tenía que sacrificar muchas cosas como mi propio país, mi familia y algunas comodidades, así que para mí fue triste saber que tenía que irme de mi país para poder dedicarme al fútbol”, enfatizó.

UN DEPORTE DOMINADO POR LOS HOMBRES

Para Ana Lucía, las mujeres tienen menos oportunidades para destacar en un deporte dominado por hombres; sin embargo, consideró que en los últimos años se ha visto cómo se ha apoyado el fútbol femenino.

“Tenemos el poder de cambiar la historia y romper las barreras y paradigmas que la sociedad impone al pensar que el fútbol es únicamente para hombres. Para mí es importante demostrar que como mujeres podemos desenvolvernos en cualquier área”, agregó.

UNA RUTINA CON DISCIPLINA

Ana Lucía describió que, al jugar profesionalmente, la disciplina se ha convertido en el elemento más importante de su rutina diaria. Según detalló, un día regular implica dos sesiones de entreno y el tiempo necesario de descanso que como atletas se requiere, además de la alimentación.

“No podría decir que tengo un estilo de vida normal, si hablamos de salir, desvelarme y esas cosas, porque tengo que cuidar lo que como, mi hidratación y sobre todo cuidarme de las lesiones porque mi desempeño en el deporte depende mucho de eso”, dijo.

Agregó que dedica entre dos y tres horas al estudio y cuando encuentra espacios libres, prefiere ver películas o series de televisión.

SU INSPIRACIÓN

Para Ana Lucía, su mayor motivación es su mamá, “aunque no esté físicamente conmigo, yo siempre intento hacer lo que ella hubiese deseado para mí y seguir abriendo brechas en el fútbol”, precisó.

Además, comentó que por el lado deportivo también admira a otros atletas como Rafael Nadal o historias que la han inspirado como la de Michael Jordan, y especialmente lo ha logrado la selección femenina de fútbol de Estados Unidos, “para mí son atletas que están cambiando la historia del fútbol femenino a nivel mundial y me motivan para seguir luchando y seguir intentando hacer mi propia historia dentro del fútbol femenino”, enfatizó.

Según comentó, se considera a sí misma como una persona luchadora, que trabaja mucho, positiva, solidaria y sobre todo familiar, y espera cumplir sus sueños y poder volver a Guatemala algún día.

NUEVO EQUIPÓ, NUEVOS RETOS

Este fin de semana, Ana Lucía debutó en el equipo que le abrió las puertas hace unas semanas, luego de formar parte del Madrid C.F.F., en España, en donde jugó para diferentes equipos durante seis años.

Para Ana Lucía, mudarse a Italia ha implicado retos que van desde lo cultural hasta el idioma. “Mi meta es adaptarme lo más pronto posible a la cultura y al idioma, en la parte deportiva mi meta es adaptarme a la forma de jugar y a mis compañeras, siempre es difícil llegar a un nuevo equipo y más aún a una liga que desconozco, pero mi objetivo es jugar la máxima cantidad de minutos que pueda y poder disfrutar de hacer lo que me gusta y sentir qué es estar en un campo y ser parte de un equipo”, destacó Ana Lucía.

Para la atleta, aunque aún no domina el italiano, saber inglés le ha brindado las herramientas para poder comunicarse con sus compañeras, con quienes ha comenzado a relacionarse para poder integrarse al equipo.

Según detalló, en el Napoli juega únicamente otra latina, originaria de Colombia y el resto son originarias de diferentes países de Europa, por lo que representar a Guatemala, es importante para la futbolista.

Ana Lucía comentó que antes de salir a la cancha, siempre agradece a Dios, “para mí es una gran oportunidad la que tengo, soy una persona afortunada de poder estar haciendo esto –jugar fútbol-, también trato de estar concentrada y disfrutar lo que hago”, añadió.

LO QUE EXTRAÑA DE GUATEMALA

Para Ana Lucía, estar en otro país ha significado alejarse del calor humano de los chapines, además del clima que, a decir de la connacional, es una de las cosas que más extraña de Guatemala.

“En Guatemala la gente es solidaria, es alegre y en estos países las personas son un poco más frías” acotó.

Foto: Ana Lucia Martínez

COMO MUJER

Ana Lucía comentó que, si pudiera retroceder 10 años en su vida, le diría a quien era en ese entonces que crea en ella misma y que no deje que ningún comentario negativo la haga sentir menos, porque ella tiene la capacidad de hacer lo que se proponga y que siempre tenga en primer lugar a Dios y su familia.

“A otras mujeres les diría que confíen en ellas mismas, porque todas tenemos la capacidad de poder lograr nuestras metas en cualquier área y que no tengan miedo de caer porque de las experiencias negativas podemos aprender y volvernos más fuertes y que demuestren que como mujeres podemos hacer lo que nos propongamos”, dijo.

GUATEMALA EN SUS METAS A FUTURO

La atleta comentó que uno de sus sueños es poder estar siempre involucrada en el deporte, y aunque no piensa mucho en el futuro, Guatemala no está fuera de sus planes.

En tal sentido, añadió que le gustaría hacer algo por el deporte en Guatemala. “Yo soy atleta y sé que las cosas se pueden mejorar y que se puede hacer sentir mejor a los atletas, además sueño que más niñas y niños se involucren en el deporte y me gustaría trabajar en Guatemala, promoviendo el desarrollo del deporte y ojalá tenga la oportunidad de hacerlo un día”, añadió.

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