El MAGA emitió una serie de recomendaciones a los agricultores por la canícula. Foto La Hora/MAGA

POR MARGARITA GIRÓN
jgiron@lahora.com.gt

El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), ante la proyección de un período de canícula para el mes de julio y que afectaría el territorio guatemalteco, recomienda a los agricultores una serie de acciones para enfrentar la falta de agua y así mantener sus cultivos.

Entre las acciones se destaca la implementación de barreras de materia orgánica que eviten que el sol llegue directo al suelo, mismas que se encuentran incluidas en el Tercer Informe Climático Agropecuario, con recomendaciones para el sector agrícola que incluye análisis realizados por técnicos de la Dirección de Información Geográfica, Estratégica y Gestión de Riesgos (DIGEGR).

De acuerdo con la información, en el reporte se detalla cómo la canícula afecta el potencial agrícola, especialmente de granos básicos e impacta de forma particular a los productores de infra y subsistencia. Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), la falta de lluvia podría presentarse en la tercera y cuarta semana de julio.

De acuerdo con el análisis del Insivumeh, habitualmente, entre los meses de julio y agosto se presenta el fenómeno repetitivo de disminución de las lluvias, con relación a los meses de junio y septiembre, conocido como “Canícula” y que según las predicciones climáticas para agricultura 2020 del INSIVUMEH, las condiciones de lluvias serán normales, por lo cual se espera que esta no sea prolongada según las estadísticas.

Entre las acciones se destaca la implementación de barreras de materia orgánica que eviten que el sol llegue directo al suelo. Foto La Hora/MAGA

No obstante, destacan que, el fenómeno puede afectar significativamente la agricultura del país, principalmente a la familiar que es la más vulnerable.

En las recomendaciones a corto plazo incluyen construir barreras muertas para disminuir la velocidad del aire y evitar la erosión del terreno, así como implementar materia orgánica al suelo para retener el agua y minerales, aportar nutrientes a las plantas, mejorar las condiciones físicas del suelo y aumentar el intercambio de nutrientes entre la planta y el suelo para mejorar la infiltración de agua y facilitar la labranza del suelo.

Respecto a las recomendaciones a largo plazo, incluyen implementar sistemas agroforestales. Es decir, una combinación de siembra de cultivos con la de árboles que brinden sombra.

En el Informe Climático, también mencionan que, en Guatemala, la canícula es más evidente en la región del Corredor Seco del Oriente del país, en el cual afecta a 46 municipios y en la Franja Costera cerca al océano Pacífico. “La disminución de la precipitación anual, puede darse en cualquier región, pero su duración e intensidad varían dependiendo de la región en donde se encuentre”, refiere el documento.

Sobre los efectos de la canícula, el MAGA destaca que, las alteraciones en la precipitación modifican los períodos de cosecha y siembra. Mientras que, el aumento en la temperatura, favorece la propagación de plagas y enfermedades en los cultivos. Además, de baja humedad del suelo y déficit de agua para las plantas, pérdida de cultivos, principalmente granos básicos.

Así como la disminución de la productividad ganadera, agrícola y sistemas productivos, y el impacto a los agricultores de infra y subsistencia (maíz y frijol).

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ADEMÁS DEL CLIMA, COVID-19 TAMBIÉN HA AFECTADO A LOS AGRICULTORES

En un artículo publicado por blogs.worldbank.org, refieren que, las restricciones a la movilidad local e internacional, impuestas a raíz del nuevo coronavirus (COVID-19), están causando interrupciones a lo largo de la cadena alimentaria en Guatemala. Esto está provocando grandes dificultades económicas e incertidumbre, especialmente para los grupos más vulnerables del país.

Asimismo, destacan que, la agricultura orientada a la exportación genera 45 por ciento de los ingresos agrícolas en el país.

Las acciones buscan evitar el daño en cultivos Foto La Hora: Cortesía FAO

“Es un factor clave para la protección de empleo e ingresos: si bien los puertos permanecen abiertos, las limitaciones al movimiento de personas y bienes al interior del país generan presión para el sistema agroexportador, especialmente para los pequeños productores. Al mismo tiempo, el cierre casi completo de la industria hotelera significa contratos cancelados para los agricultores, dejándolos con una producción excedente de cosechas y ganado especializados, muchos de los cuales son poco comunes o demasiado costosos para el consumo local”, cita el artículo.

Asimismo, señalan que, la reducción de horas de operación e inclusive el cierre de mercados afecta directamente a los agricultores que dependen de vender diariamente sus productos en estos.

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