Los barriletes pueden medir desde 5 a hasta los 20 metros y solo aquellos que miden menos de 5 metros pueden ser elevados durante la exhibición. Fotos: Grupo Juventud Espíritu Maya

Por Margarita Girón
jgiron@lahora.com.gt

Cada año, miles de guatemaltecos viajan desde distintos departamentos del país al municipio de Santiago Sacatepéquez para apreciar los barriletes gigantes que durante meses son elaborados por los miembros de la comunidad y que se han convertido en una tradición que reúne familias en un día dedicado a los seres queridos que han partido.

José Holegario Puac, miembro de la Asociación de Barrileteros de Santiago Sacatepéquez, en entrevista para La Hora Voz del Migrante, compartió detalles de esta tradición guatemalteca y explicó el proceso de preparación de los barriletes que son elaborados manualmente por la comunidad y que llenan de colores a Santiago Sacatepéquez cada primero de noviembre.

UN PROCESO QUE LLEVA MESES DE PREPARACIÓN

Según detalló Puac, la Asociación fue creada hace ocho años con la finalidad de trabajar de forma más ordenada y distribuir las donaciones equitativamente. La misma está integrada por al menos ocho grupos diferentes de jóvenes y adultos comunitarios que desde el mes de mayo inician con la preparación de los diseños y recolección de insumos como el bambú, papel de china, papel bond y cola, con los que son elaborados los barriletes que pueden medir desde 5 a hasta los 20 metros.

“Desde el mes de mayo nosotros nos juntamos y empezamos a planificar cuáles son los diseños que trabajaremos, dónde lo vamos a elaborar y los recursos para comprar todo lo necesario”, dijo Puac.

Además, agregó que la elaboración de barriletes es una tradición que necesita tiempo y es por eso que quienes participan lo hacen por las noches, después de trabajar, pues no pueden dedicar tiempo a este arte, durante el horario laboral que la mayoría tiene.

“Nos juntamos por las noches, a veces de 7 hasta la media noche. Cada grupo de barrileteros está integrado por al menos 15 personas y cada grupo tiene a un diseñador gráfico que nos apoya con el diseño de los barriletes y nosotros le damos las ideas de lo que queremos”, detalló el entrevistado.

José describió que antes la elaboración de los barriletes tenía un proceso distinto, pues para pegar las piezas de papel utilizaban almidón; sin embargo, ahora deben unir cada pieza con cola blanca, porque con el engrudo a base de almidón el papel tiende a despegarse con el tiempo y no permanecería unido durante los meses que lleva el ensamble de las piezas del barrilete.

Para la comunidad, elaborar barriletes es una costumbre que viene desde los abuelos quienes inculcaron esta tradición a las generaciones jóvenes.
Fotos: Grupo Juventud Espíritu Maya

UNA LEYENDA CONVERTIDA EN TRADICIÓN

Cada año, los grupos preparan un barrilete diferente y según describió Puac, para la comunidad es una costumbre que viene desde los abuelos quienes inculcaron a las generaciones jóvenes esta costumbre tan colorida y con un significado histórico que forma parte de la tradición oral de Sacatepéquez.

“Los abuelos contaban que el 01 de noviembre salían los espíritus para atormentar a la población y fue así como consultaron a un sacerdote maya, quien les dijo que con el sonido del papel de china los podían ahuyentar y así surgieron los primeros barriletes para volarlos y con el sonido que hacía el papel con el aire los espíritus se iban y dejaban en paz a la población y así fue como inició todo”, detalló el entrevistado.

Para Puac, quien tiene más de 20 años de participar en la elaboración de barriletes en Santiago, una de sus motivaciones es trabajar para que no se pierda la tradición y motivar a los niños y jóvenes para que se involucren en el proyecto y aprovechen su tiempo libre desarrollando un arte que tiene décadas en Guatemala, así como apoyar en la reinserción social de jóvenes que han tenido conflicto con la ley.

Para Puac, quien tiene más de 20 años de participar en el festival, una de sus motivaciones es motivar a los niños y jóvenes para que se involucren en el proyecto.
Fotos: Grupo Juventud Espíritu Maya

ASÍ SE VIVE EL 01 DE NOVIEMBRE EN SANTIAGO

Desde el 31 de octubre, los miembros de la asociación se reúnen en donde se preparan los barriletes, antes de armar la parte final se revisa que todo esté ensamblado correctamente y se unen las piezas que dan la forma final al barrilete gigante, que es montado a partir de las 6:00 horas del 01 de noviembre.

El primero de noviembre, desde las primeras horas del día los visitantes comienzan a llegar al pueblo para apreciar el colorido festival durante el día. Puac detalló que como asociación no participan en concursos ni eligen un solo ganador, porque cada uno se esfuerza y para los miembros de la asociación, todos son ganadores.

“Todos trabajamos igual, todos aguantamos hambre, nos desvelamos y dedicamos tiempo a esto, por eso todos somos ganadores”, enfatizó Puac.

El primero de noviembre, desde las primeras horas del día los visitantes comienzan a llegar al pueblo para apreciar el colorido festival durante el día.
Fotos: Grupo Juventud Espíritu Maya

TAMBIÉN SE BENEFICIA LA COMUNIDAD

Según Puac, la conmemoración y el festival se ha convertido en una fuente de ingresos para la comunidad, pues según el barriletero, las personas que llegan desde temprano a Santiago para apreciar la exposición que se realiza en el cementerio general de la localidad, dejan ingresos económicos a los comerciantes que ofrecen desde antojitos, barriletes, hasta artesanías.

“La municipalidad se encarga de la logística y nosotros damos el espectáculo en el Cementerio General en donde elevamos los barriletes de hasta 5 metros, los demás por su peso y tamaño son solo para exhibirlos a los visitantes”, detalló Puac.

De acuerdo con el Instituto Guatemalteco de Turismo, (Inguat), el vuelo o Festival de los Barriletes Gigantes, es una de las ceremonias de mayor colorido y originalidad dentro las tradiciones populares de Guatemala y se desarrolla desde hace 120 años por los pobladores del municipio Santiago Sacatepéquez

Según los datos de investigación de mercados del Inguat, en el 2018, más de 99 mil visitantes llegaron a Santiago Sacatepéquez y Sumpango para apreciar el arte y tradición de los enormes barriletes, generando una derrama económica de Q12.71 millones.

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