El sitio en donde están las patrullas, ha sido identificado como punto importante de la ruta que se utiliza para el tráfico de esa especie.
El sitio en donde están las patrullas, ha sido identificado como punto importante de la ruta que se utiliza para el tráfico de esa especie. Foto: PNC

En el kilómetro 177 de la ruta Interamericana, en jurisdicción de Totonicapán, en el lugar conocido como «La Pistola», hay dos patrullas con pocos agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), que tienen la misión de verificar si algún vehículo transporta pinabetes de manera ilegal. Aunque por el momento todo está bajo control, en los próximos días esa calma puede terminar por la alta demanda de estos árboles.

Luis Bámaca, agente de la Diprona, señaló que hasta el momento todo ha transcurrido con normalidad. «Hay algunas personas que llevan pinabete, pero con marchamo blanco, que es lo legal y controlado».

El sitio en donde están las patrullas, ha sido identificado como punto importante de la ruta que se utiliza para el tráfico de esa especie. La carretera conecta a la capital con Huehuetenango, San Marcos y Quetzaltenango (zonas fronterizas), donde la alerta también es porque es una ruta por la que transitan a diario migrantes con destino a Estados Unidos.

RETÉN DE TEMPORADA

Ese operativo está instalado desde el 25 de noviembre, puesto que durante la época navideña la demanda de esa especie en peligro de extinción aumenta. Ese tráfico ilegal tiene castigos legales y económicos.

Según el Ministerio de Gobernación (Minigob), informó por medio de la Diprona, que el 25 de noviembre activó el Plan Estratégico 06-2023, Protección y Conservación del Pinabete, el cual culminará el próximo 20 de diciembre.

Para poder reducir ese tráfico de pinabete se han instalado 14 puntos de verificación en todo el país, comenta Edwin Monroy, portavoz de la PNC.

 

EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

En 1979 el pinabete fue incluido en el apéndice I del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre -CITES-, al ser considerada especie en peligro de extinción y por ello se ordenó su protección.

El nombre científico del pinabete es Abies guatemalensis, no se encuentra en todos los departamentos del país, además es una especie buscada en estas fechas navideñas, y tiene su hábitat en San Marcos, Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá, Huehuetenango, Quiché, Jalapa y en la Sierra de las Minas.

Según el Conap, el hábitat del pinabete mantiene temperaturas muy bajas de entre 3° y 10° grados centígrados, para eso debe estar localizado en áreas entre los 2 mil 400 y 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar.

La Ley de Áreas Protegidas, Decreto 4-89, en el artículo 81 bis, regula el atentado contra el Patrimonio Natural y Cultural de la Nación. El Artículo 82 “tráfico ilegal de flora y fauna”, establece prisión de 5 a 10 años y una multa de Q10 mil a Q20 mil.

Para poder reducir ese tráfico de pinabete se han instalado 14 puntos de verificación en todo el país, comenta Edwin Monroy, portavoz de la PNC.
Para poder reducir ese tráfico de pinabete se han instalado 14 puntos de verificación en todo el país, comenta Edwin Monroy, portavoz de la PNC. Foto: PNC
TOTONICAPÁN TIENE UNA ESPECIE PECULIAR

Germán García, delegado del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), en Totonicapán explica que el pinabete de este lugar tiene peculiaridades que lo diferencian de los que se dan en otros departamentos.

“Es diferente el pinabete de Totonicapán, por la forma de sus ramillas que tienen una textura singular, el aroma es especial, así mismo sus copas en su diseño son más elegantes”, explica García, quien ha recorrido cada rincón de los bosques de ese departamento.

Además, el pinabete juega un papel de suma importancia en el bosque de Totonicapán. “Mantienen la diversidad biológica, la humedad y la relación entre las especies de árboles, ya que es una especie de socio con el pino blanco”, explica el representante del Conap.

García opina con relación al tráfico de pinabete, que este ha disminuido debido al trabajo que se ha realizado de parte de las autoridades de la Junta Directiva de Bienes y Recursos Naturales de los 48 Cantones de Totonicapán, con el apoyo técnico del Conap y Diprona.

Mientras está instalado el puesto donde agentes de la PNC revisan los vehículos para establecer si llevan alguna rama o más de pinabete, don Agustín Par cuida los pilones de esa especie, en el vivero de los 48 Cantones de Totonicapán, «para él, el pinabete es sagrado, todos los árboles son como sus hijos», afirma.

 

Gilberto Escobar
Periodista curioso, contador de historias invisibles. Creo en el periodismo riguroso y comprometido.
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