Debido al retraso de las vacunas, la población ha tenido dudas debido al tiempo estipulado para su aplicación. Foto: La Hora/AP

El arribo de un tercer lote de vacunas Pfizer por medio del Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (COVAX), ha sido aplazado desde el 15 de octubre. Este retraso ha generado dudas entre la población sobre los efectos tanto en la salud como en el desarrollo del Plan Nacional de Vacunación, por ello, el epidemiólogo Erwin Calgua explicó los posibles factores que influyeron en la demora y las implicaciones que ello conllevaría.

Hasta ahora Guatemala ha recibido 533,520 dosis de la farmacéutica Pfizer/BioNTech a través del Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 (Covax, por sus siglas en inglés). Por otro lado, 221,826 jóvenes entre los 12 y 17 años han recibido la primera dosis, es decir un 10.46% del total de adolescentes aspirantes a la vacuna. Solo el 1.03% ha completado el esquema de inmunización, lo cual equivale a 21,841 menores.

CAMBIOS EN EL INTERVALO DE LA PFIZER

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó la administración del esquema completo de la unidad de Pfizer en un intervalo de 21 a 28 días. El Gobierno de Guatemala fijó 28 días de diferencia para la segunda dosis de esta vacuna y hasta ahora no se ha reportado oficialmente un cambio en esta metodología.

 

Sin embargo, el epidemiólogo del Hospital General San Juan de Dios refirió que en la práctica si ha habido un alargamiento en el periodo entre dosis. “Ante la situación, el Ministerio de Salud está tomando decisiones sobre alargar más de lo que se había dicho. Sí se está alargando el tiempo de la segunda dosis, eso es un hecho porque tuvo que ser entregada a los 28 días”, señaló.

Para Erwin Calgua esta prolongación no debería ser considerada como un riesgo para la salud, pues recordó que la vacuna Pfizer fue la primera en avalar la aplicación de una tercera dosis. Lo anterior significa que luego de un periodo de aplicación de la vacuna, los anticuerpos generados por esta tienden a disminuir, pero, con ayuda de un refuerzo pueden aumentar sin perjudicar la salud de las personas.

“Pfizer pasó de 1 a 21 días y empezó a bajar. Lo que nos dice la evidencia de otro tipo de vacunas es que esperar en más o menos un mes es factible con Pfizer; como viene para abajo usted le da un refuerzo y vuelve a subir y va a lograr un poquito más de tiempo con Pfizer. Existe una lógica que nos indica que no debemos temer de esperar un poco más para la segunda dosis”, explicó.

OTRAS VACUNAS HAN MODIFICADO SUS INTERVALOS

Sumado al caso específico de Pfizer, Calgua recordó que otras vacunas han modificado también sus periodos de aplicación tanto en Guatemala como otros países. En el Reino Unido, por ejemplo, inició la aplicación de Pfizer el 7 de diciembre de 2020, fijando un intervalo de 21 días entre las dos dosis, pero luego cambió la medida a 12 semanas.

 

“Existe un normativo de 28 días, pero el problema de Guatemala es exactamente el mismo que le pasó a Inglaterra: tuvieron problema para la logística de segundas dosis. Entonces, están tomando decisiones de ampliar o esperar a que venga la segunda dosis; es una decisión que establece también la OMS porque entiende lo difícil que es para algunos países como nosotros (obtener la vacuna)”, refirió Calgua.

Si bien la OMS recomendó completar el esquema de Pfizer en un intervalo de 21 a 28 días, indicó que “en casos excepcionales podría aumentarse hasta los 42”.

AstraZeneca también amplió su intervalo al dificultarse la distribución de sus unidades en algunos países. El caso más conocido localmente es el de la vacuna Sputnik V, cuyo intervalo fue modificado varias veces como respuesta a la disponibilidad de las unidades en el país.

LA INFLUENCIA DE LA TERCERA DOSIS EN LA DEMANDA GLOBAL

Hasta ahora el Ministerio de Salud no ha especificado a qué se debe el retraso en la entrega de las vacunas Pfizer; sin embargo, el doctor Calgua sugirió que este fenómeno pudo ser influenciado por la demanda de terceras dosis en otros países.

“La tercera dosis -de Pfizer- ya se está utilizando en varios países. Ese acaparamiento de terceras dosis hace que no estén tan disponibles en el mercado para el país. Esa demanda está incidiendo sobre el tiempo, no solo con nosotros, sino otros países que están estableciendo un mecanismo de alargamiento para las segundas dosis, o bien, la combinación con otras vacunas”, detalló.

Estados Unidos es uno de los países con mayor consumo de la vacuna Arn- Pfizer, no solo en cuanto a terceras dosis, sino a las vacunas necesarias para proteger a la juventud estadounidense. Guatemala ha recibido dos cargamentos de Pfizer únicamente por el sistema Covax y, según Calgua, este sistema ha tenido que luchar contra la demanda de las grandes naciones consumidoras de este inmunizador.

El epidemiólogo no descartó que la gran competencia en el mercado sea un escenario influyente en la carencia de vacunas Pfizer para países pequeños como Guatemala.

NO SE EXIME LA RESPONSABILIDAD DEL GOBIERNO

Si bien el epidemiólogo recalcó que el retraso en las vacunas no es un escenario preocupante (aún), reconoció que existe una responsabilidad del Gobierno de Guatemala en las falencias de este proceso.

 

“La desorganización en cuanto a la obtención de la vacuna ha sido una característica a lo largo del tiempo”, mencionó Calgua como un primer fallo en la obtención de vacunas.

El 15 de octubre fue anunciado un cargamento de Pfizer; sin embargo este ha sido aplazado y, supuestamente, llegará a Guatemala el 15 de noviembre. Mientras tanto, 221,826 jóvenes continúan a la espera de su segunda dosis y el país dispone de menos de 200,000 unidades.

“Estaba viendo los datos y solamente los niños, que utilizan Pfizer y el problema es que con primera dosis no son muchos, hablamos del 10% de la población total, pero ello también implica otros factores en torno a la infodemia de las vacunas. El Gobierno también tiene que garantizar que entren estas segundas dosis”, puntualizó.

Los menores han acudido a los centros de vacunación para ser inmunizados contra el Covid-19. Foto: La Hora.

Calgua resaltó además que las dudas generadas en torno al retraso de Pfizer y las consecuencias de su aplicación fuera de los 28 días deben ser saciadas por las autoridades gubernamentales.

“El Gobierno tiene que trabajar esa percepción; infortunadamente, le cuesta tener credibilidad, pero debe haber una especie de educación para explicar a la gente estas bases para que no piensen que tienen que reiniciar un esquema”, dijo.

Jeanelly Vásquez
Periodista profesional de la USAC, actualmente cursando la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Becaria en International Women’s Media Foundation (IWMF). Elabora piezas de investigación y profundidad, enfocadas en el gasto público, derechos humanos y la política guatemalteca. Tiene experiencia en producción de podcast y contenido en redes sociales; ha cubierto la fuente volante y el Organismo Ejecutivo. Twitter: @jeanellydvg
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