Imagen ilustrativa. Los migrantes, en su mayoría centroamericanos busca llegar a EE.UU. para obtener un empleo y otras oportunidades de desarrollo. Foto: La Hora/AP

Catholic Relief Services presentó recientemente el estudio titulado “Entre el arraigo y la decisión de migrar”, en el cual expone que de 785 encuestas a hogares en comunidades rurales identificó tres perfiles de posibles migrantes: 1) quienes tienen menor intención de hacerlo, 2) están indecisos y 3) expresan una mayor intención a migrar.

Sobre el último perfil destaca que la población joven y aquella con niveles de estudios superiores consideran la migración como una alternativa más frecuente.

Además, el documento expone un proceso de feminización de los flujos migratorios venideros y la fuga de cerebros femeninos del país.

Para el análisis realizaron entrevistas en los departamentos de:

Chiquimula
Quiché
Totonicapán
San Marcos
Huehuetenango
Quetzaltenango

En las entrevistas participaron 73 comunidades rurales y 89 jóvenes urbanos de San Juan Sacatepéquez y Guatemala.

DATOS RELEVANTES

Dentro de las características de la población encuestada mencionan que un 52% se encontraba en situación de pobreza extrema, 64% presentaba inseguridad alimentaria moderada, el 84% de las personas sabían leer y escribir español, pero alrededor de la mitad no había alcanzado el sexto grado de primaria.

También resaltan que las principales ocupaciones económicas de más del 50% son los trabajos en casa y el jornaleo agrícola, construcción o doméstico.

 

LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS 145 ENCUESTADOS QUE TIENEN UNA MAYOR INTENCIÓN DE MIGRAR

Sobre el perfil migratorio de 145 encuestados, estos alcanzaron niveles de escolaridad mayores y tuvieron más presencia en niveles superiores, pero a la vez son jornaleros o continúan desempleados, en gran medida porque no consiguen un empleo acorde a su nivel académico.

Este grupo se muestra optimista sobre el futuro y su capacidad propia, un alto nivel de atracción por la migración para completar un proyecto de vida, con bajos niveles de arraigo al lugar donde viven y menor temor del Covid-19.

EL PÉRFIL DE QUIENES TIENEN MENOR INTENCIÓN MIGRATORIA

Catholic Relief Services incluyó en este grupo a 471 encuestados, en su mayoría amas de casa y obreros especializados con disponibilidad de empleo en sus comunidades de origen, a excepción de quiénes se dedican al jornal agrícola.

Estos mostraron niveles más bajos de atracción a un destino migratorio en parte por estar informados de los riesgos y evidencian niveles más altos de arraigo al lugar en donde viven, participan en actividades comunitarias promovidas por proyectos de desarrollo como el auto ahorro y un mayor temor a al coronavirus.

EL GRUPO DE LAS INDECISAS

En este perfil se ubicó a 169 encuestados, la mayoría jornaleros y obreros desempleados, así como menor nivel de educación, quienes muestran más atracción a un destino migratorio y sus medios de vida dependen de la actividad agrícola cada vez más afectada por el cambio climático y la pérdida de cosechas.

También se observó un desánimo por el futuro y son poco optimistas y expresan miedo a la detención en el trayecto migratorio.

Imagen ilustrativa. El desempleo y la falta de oportunidades de desarrollo son algunas de las principales causas que obligan a las personas a migrar. Foto: Cortesía.

HAY UNA TENDENCIA DE FEMINIZACIÓN DEL FLUJO MIGRATORIO

En el análisis de los factores sociodemográficos, el estudio destaca que el perfil de las personas con mayor intención migratoria demuestra que hay una tendencia significativa hacia el rejuvenecimiento y feminización del flujo migratorio de población centroamericana hacia Estados Unidos.

“Así como una tendencia de mayor intención migratoria de personas con niveles educativos más altos”, señaló.

Estas tendencias concuerdan con otros estudios, tales como el Plan de Desarrollo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el cual evidencia que el grupo con mayores deseos de migrar al extranjero son los jóvenes de entre 25 a 30 años.

Sobre lo anterior, destacan que, aunque los hombres tienen una probabilidad significativamente mayor de desear abandonar Guatemala, en promedio el 15% de hombres tiene intención de migrar al extranjero en el futuro frente a un 9% de mujeres.

FUGA DE CEREBROS

Sin embargo, el sesgo masculino en la intención migratoria desaparece entre los jóvenes menores de 30 años donde la diferencia en intención ya no estadísticamente significativa.

“De igual forma el estudio encontró que las personas con mayor intención de abandonar Guatemala mostraban mayores índices de nivel educativo en comparación con las personas que deseaban permanecer residiendo en sus comunidades en el futuro”, destaca.

Esta diferencia también ha sido identificada en otros estudios llevados a cabo con personas de: El Salvador, Guatemala y Honduras, que residen y trabajan en EE. UU.

Al momento de desagregar el nivel de estudios por hombres y mujeres, se observa que la tendencia a la mayor intención migratoria de los sectores más escolarizados y se acentúa en el caso de las mujeres.

La “fuga de cerebros” en estas comunidades rurales de Guatemala “tendría un importante sesgo femenino, hasta el punto de diluir la diferencia respecto a los hombres y la intención migratoria que se aprecia en los grupos de mayor edad, con menor grado de estudios, o estudios incompletos”.

DESEMPLEO Y MALA CALIDAD DE EMPLEOS

A la vez, resaltan que las personas que trabajaban como jornaleros (31.0%), fundamentalmente en la agricultura, pero también en la construcción y las empleadas domésticas, tenían mayor intención de abandonar Guatemala seguidos de los estudiantes (25.5%) y los desempleados (25.1%).

A consideración de la organización, esto evidencia que no solo el desempleo sino la mala calidad de estos y la pobreza laboral e inseguridad a ellos asociada, caracteriza a la mayoría de las personas que desean emprender, y que finalmente se deciden por la travesía migratoria.

Otro dato que destaca es que el estudio no encontró una relación entre la intención migratoria y los factores económicos y financieros analizados, como son el índice de pobreza, la percepción de la situación económica familiar y la afectación de la situación financiera familiar como consecuencia del Covid-19.

Pero hablando en términos descriptivos, los encuestados que mostraban índices de pobreza intermedios, tenían mayores probabilidades de migrar, así como aquellos que percibían su situación económica familiar como regular.

¿QUÉ SE SABE DE LA INTENCIÓN MIGRATORIA DURANTE LA PANDEMIA DEL COVID-19?

La encuesta resalta que uno de los hallazgos significativos es que la pandemia solamente “aplazó”, los planes migratorios.

“Aunque solamente el 12% de la muestra tenía intención de migrar al extranjero, un 27% de la muestra tenía intención migratoria antes de la pandemia, pero había desistido, al menos por el momento. La diferencia entre esas cifras muestra el impacto, al menos temporal, de la emergencia sanitaria por COVID-19”, mencionó.

Foto Ilustrativa. La pandemia del COVID-19 es uno de los aspectos que en su momento disminuyó la intención de migrar. Foto: La Hora/AP.

LAS RAZONES POR LAS QUE PARECE QUE DISMINUYÓ LA INTENCIÓN MIGRATORIA A MEDIADOS DEL AÑO 2020

Las razones por las que parece disminuir la intención migratoria a mediados del año 2020 son diversas entre el cierre de fronteras internacionales, la consiguiente imposibilidad de viajar de forma regular al extranjero, los riesgos y obstáculos añadidos a la ya peligrosa ruta migratoria irregular.

Además, incluyen la situación económica en los potenciales países de destino, especialmente la imposibilidad de encontrar empleo en Estados Unidos en este nuevo escenario internacional.

“Esta tendencia puede ser transitoria, debido al empeoramiento de las condiciones de vida de las familias encuestadas como consecuencia de la emergencia y la incertidumbre sobre el sostenimiento familiar en el futuro”, anotó.

El estudio también aborda otros temas, entre ellos, los principales factores de arraigo y retención identificados en la investigación y que incluye el acceso a empleos formales e informales, en especial a jóvenes, el acceso a educación formal, entre otros.

Otro aspecto “es que la discriminación sí supone un factor expulsor en la migración internacional desde Guatemala especialmente con aquella provocada por formas de violencia independientemente del territorio de residencia; el rechazo familiar, las agresiones tanto verbales como físicas y el acoso callejero son experiencias comunes que motivan la migración tanto a los centros urbanos del país, como hacia el extranjero”.

 

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