El equipo legal de ocho acusados por la muerte de 41 niñas y adolescentes, en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción en 2017, finalizó este viernes 12 de enero y los abogados de los sindicados iniciaron sus alegatos señalando que son inocentes hasta que haya una sentencia condenatoria en firme, de esa cuenta, pidieron a la jueza Ingrid Cifuentes del Tribunal Séptimo Penal la absolución de todo delito de sus patrocinados.
El pasado 11 de enero, siete años después de la tragedia, inició el juicio en contra de ocho personas a quienes se les acusa como responsables en distintos grados del siniestro. Las familias de las víctimas han reclamado justicia por más de un lustro y señalado a los sindicados de retrasar el proceso.
NO DECLARARON
Como parte del debate, la jueza Cifuentes llamó al estrado a Anahí Keller, ex subsecretaria de Bienestar Social de la Presidencia, y le refirió si declararía con relación a los delitos de maltrato contra personas menores de edad, incumplimiento de deberes y homicidio culposo que la Fiscalía de Femicidio le indilga.
Sin embargo, Keller se abstuvo de declarar porque no contaba con su abogado. Por lo que la juzgadora le refirió que ella puede solicitar por medio de su defensa al Tribunal declarar en cualquier momento.
Lo mismo sucedió con Santos Torres, ex director de dicha casa hogar, quien es acusado por los delitos de incumplimiento de deberes, abuso de autoridad y homicidio culposo.
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En el caso de Carlos Rodas, quien en 2017 era secretario de Bienestar Social, su abogado refirió que declarará en la próxima audiencia porque su exposición será extensa. A Rodas se le señala de los delitos de incumplimiento de deberes, abuso de autoridad, homicidio culposo y lesiones culposas.
ACUSACIÓN
El 8 de marzo de 2017 se reportó un incendio en una de las aulas del Hogar Seguro ubicado en el kilómetro 25, carretera a San José Pinula. El referido hogar estaba a cargo de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de Guatemala.
La tesis del Ministerio Público (MP) es que las niñas murieron debido a que “estaban encerradas bajo llave” en una habitación donde permanecían recluidas y no pudieron escapar de las llamas al momento que ocurrió el incendio.
Las niñas y adolescentes querían salir del aula para utilizar los sanitarios; pero, no les atendieron. En decenas de ocasiones solicitaron que las sacaran, al punto de tener que realizar sus necesidades en una esquina del aula.
En la investigación final se estableció que “una de las niñas habría prendido fuego a una colchoneta de esponja en el aula, para llamar la atención de las autoridades y convencerles de sacarlas”.