Por Cristian Velix
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La emergencia del COVID-19 ha cumplido un poco más de tres meses en el país, por lo que a criterio de analistas y expertos en la materia se debe de pensar hacia futuro en la virtualidad para el tema económico, cambios en la cartera de Salud para el manejo de la pandemia y una transformación del sistema sanitario.
En esa línea, la integrante de Acción Ciudadana (AC), Gabriela Ayerdi, expresó que no se ha llegado todavía al pico de la enfermedad en Guatemala y esto se debe a la falta de claridad en las disposiciones presidenciales, porque un día “dicen que sí se puede y al día siguiente dicen que sí se puede, pero no se puede”.
“No hay una claridad de las disposiciones presidenciales que han hecho un ir y venir en cuanto a lo que la gente logra entender de ellas, por eso mismo, no hemos llegado al pico más alto de la curva y se irá dando cuando se empiecen a hacer pruebas masivas”, añadió la entrevistada.
La profesional dijo que mientras más test se hagan para detectar el COVID-19 saldrán más personas positivas, pero indicó que “estamos lejos de poder ver un cambio en los contagios en el país”.
Asimismo, la experta en temas de transparencia manifestó que en estos momentos tomar decisiones drásticas puede generar menor gobernabilidad en esta situación, pero las mismas se deben tomar ante la mala gestión del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).
“Si ya existe una Comisión creada para tratar el coronavirus y ya existen indicios de la mala gestión que tienen en el Ministerio de Salud, sí se tienen que tomar medidas drásticas y se debería hacer un análisis a lo interno de la entidad, para identificar las fallas específicas en la ejecución de los fondos”, explicó Ayerdi.
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La analista indicó que estamos bajo un estado de Calamidad, lo cual permite que se pueda utilizar con mayor rapidez la Ley de Compras y Contrataciones del Estado, esto para beneficio de la población y poder solventar cuestiones que se necesitan tratar de manera inmediata.
“Incluso hasta reduce los controles administrativos internos dentro del Estado y regulados en nuestras normas, para justamente poder responder a los riesgos que cualquier tipo de calamidad o catástrofe lo necesite”, agregó la entrevistada.
En ese sentido, Ayerdi mencionó que hay una deficiencia del MSPAS para la ejecución de los recursos, porque los fondos ya están disponibles, no obstante, lo que está sucediendo es que las compras y contrataciones las están realizando con empresas que han sido señaladas por fraude o en casos de corrupción.
“Y así como hacen contratos anómalos de un día para otro, se podría hacer perfectamente la contratación de los doctores y todo el personal de salud necesario, para que pudieran atender toda esta pandemia”, puntualizó la profesional.
BARRENECHE: COVID-19 PONE EN RIESGO AVANCES EN SALUD
El representante de la OPS/OMS en Guatemala, Óscar Barreneche, comentó que en todo el mundo y, particularmente en Guatemala, la pandemia del COVID-19 está provocando la pérdida de muchas vidas y ha necesitado un gran despliegue de esfuerzos, recursos y medidas.
Estas acciones a decir del doctor están teniendo “un impacto enorme en el sector económico y productivo”, pero, específicamente, en el Sector Salud están poniendo “retos de talla”, añadiendo que el país, como en el resto de naciones, están organizando sus esfuerzos para el alistamiento de la red de hospitales a nivel nacional.
“Lo que ha necesitado un enorme despliegue de personal de salud a todos los niveles de atención, para poder cumplir esas funciones críticas, como la vigilancia epidemiológica y la atención a los pacientes diagnosticados”, expuso el médico.
El profesional, quien se pronunció en recientemente en un foro organizado por el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), refirió que esa movilización de recursos hacia la respuesta de la pandemia del coronavirus está teniendo un “impacto significativo”.
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“Esto en detrimento de los programas de salud regulares y ponen en peligro los progresos realizados en el país en el ámbito de la salud”, afirmó Barreneche, quien agregó que la mayoría de los países, incluyendo Guatemala, presentaban avances en algunas estrategias para alcanzar la cobertura y el acceso universal a la salud.
“Contaban con importantes logros, sobre todo en los países de ingresos bajos, en los que la esperanza de vida se incrementó en un 21% u once años, entre los años 2000 y 2016, en comparación al aumento del 4% o tres año, en los de renta más alta”, expresó el doctor.
El representante de la OPS/OMS mencionó que las lecciones aprendidas por esta pandemia llevan a plantear una transformación del sistema de salud, orientando esfuerzos y recursos para fortalecer y mejorar la capacidad resolutiva del primer nivel, que es la puerta de entrada al sistema de salud.
“Implementar la atención primaria de salud es un enfoque estratégico para el desarrollo, organización, gestión y financiamiento de los sistemas de salud, en el núcleo del sistema de salud”, subrayó Barreneche.
El doctor dijo que la OPS tiene claro el considerar que las redes integradas de servicios de salud son una de las principales expresiones del enfoque de la atención primaria salud, lo cual, según el médico, requiere de algunas acciones de decisión política.
“Guatemala tiene la oportunidad de dar respuesta a las demandas de salud de la población, partiendo por un crecimiento sostenido y una mayor recaudación fiscal, pero también creando conciencia social y política de la necesidad de realizar esta inversión, que es ineludible y que debería ser política de Estado y que no cambiase con cada Gobierno”, afirmó el profesional.
CIEN: HAY QUE SEGUIR BUSCANDO UN BALANCE
Ante la incertidumbre que genera el cuándo se pueda reactivar la economía, el integrante del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), David Casasola, explicó que se debe seguir buscando un balance entre el ir reabriendo y el monitoreo de los contagios.
Por ello, el economista dijo que hay que darle capacitación a la población, para que en ningún momento se crea que al reabrir la economía no hay ningún riesgo, sino se entienda que la reactivación de apertura obedece a que también es un riesgo estar encerrados tanto tiempo.
“Entre más tiempo pasemos encerrados, entre más tiempo tengamos señales poco claras de que va a haber una reapertura, vamos a tener negocios que van a cerrar, acompañados de toda una cadena de valor, es decir, proveedores y productores intermedios también se van a ver afectados”, comentó experto.
El entrevistado expuso que estamos en un punto en donde se piensa en una cuerda de dos extremos, ya que se han alcanzado niveles de contagios donde ya colapsó el sistema de salud pública y, por otro lado, se ha llegado a un punto en el que la economía necesita señales para que no existan pérdidas mucho más profundas.
De esa manera, Casasola indicó que “la cuerda está muy tensa de ambos lados”, pero se podría empezar a pensar en una aproximación territorial, como las disposiciones que establecen ciertas medidas de restricción, identificando ubicaciones geográficas en donde se pudiera retomar la actividad económica.
Por otra parte, el profesional manifestó que es importante identificar a los grupos poblacionales que cayeron en una situación de máxima vulnerabilidad, para que puedan tener un proceso de acompañamiento una vez se agoten los recursos que fueron aprobados en marzo para otorgar un subsidio a los habitantes.
El integrante del CIEN expresó que va a demandar que muchas gestiones se hagan de manera virtual y que el Gobierno sea digital, en donde no se tenga la facilidad de operar todo sin necesidad de movilizarnos y exponernos hacia sus oficinas.
“Es muy importante focalizar esfuerzos para desarrollar actividades económicas que puedan tener una mayor facilidad de generar grandes cantidades de empleo formal”, subrayó Casasola.
El analista mencionó que se necesitará esfuerzos, por ejemplo, para rescatar un sistema de capacitación orientado a facilitar entrenamientos para el teletrabajo, trabajos a distancia en call center y en diferentes servicios que se pudieran prestar de manera remota.
“Cuando pensemos en actividades económicas y se puedan reactivar, pensar en cómo capacitar a la fuerza laboral para que puedan ser personas empleables a distancia, porque lamentablemente hoy la mayoría de personas desempeñan un trabajo muy físico”, dijo el economista.
Para ello, el profesional explicó que es necesario que existan los protocolos de reapertura, porque no se puede hablar de generación de empleo, entrenamiento para que personas se incorporen a empresas en teletrabajo, sino se tiene claridad y buen diseño en estos para que las actividades no esenciales puedan regresar a operar.