Desde hace un poco más de tres años el Juzgado de Mayor Riesgo “D” está a cargo de la jueza Erika Aifán. FOTO LA HORA

Por: Cristian Velix
cvelix@lahora.com.gt

Conocida por dirigir el Juzgado de Mayor Riesgo “D”, la jueza Erika Aifán se ha visto en una situación, desde hace varios meses, que ella misma autodefine como “muy difícil”, ante la filtración de información de la judicatura que está a su cargo y por la que ha señalado como responsables a dos trabajadores del Organismo Judicial asignados a esa sala, no obstante, la juzgadora menciona que mantiene el compromiso y la convicción de seguir al frente de ese órgano jurisdiccional.

Han sido 17 años los que ella ha dedicado a ser jueza y poco más de tres de estos como titular de un juzgado al que le han asignado casos de alto impacto; su carrera judicial en el ámbito penal inició luego que uno de sus clientes cuando se dedicaba al notariado mercantil la impulsara.

Sin embargo, desde ahí encontró dificultades, porque a pesar de haber obtenido la mejor calificación en un proceso de convocatoria no fue seleccionada para ser jueza.

En ese contexto, Aifán recuerda que al entregar un trabajo que el cliente le había encomendado, él le preguntó acerca del nombramiento y ella le comentó que no la habían designado, a lo cual él la cuestionó sobre qué iba a hacer al respecto; ella le respondió que se iba a dedicar a ejercer independientemente.

“Entonces él me dice: ‘Si usted no defiende sus derechos, cómo puedo esperar que defienda los míos’. Esa conversación es la que me cambia la dimensión de las cosas y me hace pensar que en Guatemala se necesitan de jueces honestos, íntegros e independientes y valía la pena intentarlo”, agregó la juzgadora.

Esa situación la llevó a accionar ante la Corte de Constitucionalidad (CC), la cual ordenaría su nombramiento, posteriormente fue asignada al Juzgado de Primera Instancia Mixto de Ixchiguán, San Marcos.

Después integraría el Juzgado de Jutiapa y más adelante pasaría a conformar el Tribunal de Sentencia en Santa Rosa, esto antes de llegar al Juzgado de Mayor Riesgo “D”, en el que, según la jueza, los procesos son más complicados y en donde se tienen investigaciones de estructuras criminales.

“Eso nos hace ver a grupos de personas que podrían tener poder político, económico y bélico a través de armamento; son varias personas que actúan, no solo a nivel nacional, sino también transnacional, entonces eso nos abre espacios de investigación que requieren un mayor esfuerzo”, añadió la juzgadora.

En esa línea, la jueza Aifán dijo que tiene a su cargo un buen número de casos que investigó la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) y la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), aunque también están a su cargo expedientes relacionados con pandillas.

FILTRACIÓN DE INFORMACIÓN

De momento, la togada ha solicitado la destitución del notificador Pedro Luis Hernández Debroy, quien presuntamente compartía vía WhatsApp resoluciones de ese Juzgado previo a que fueran notificadas oficialmente, de igual manera requirió retirar de su cargo a la oficial Tatiana Elizabeth Guzmán Figueroa, por supuestamente intentar sustraer información en original y copia de la judicatura, asimismo, por realizar grabaciones ilegales a la jueza.

La juzgadora expresó que los expedientes judiciales que se tramitan en su juzgado tienen alto grado de vulnerabilidad y de riesgo, en todos se investiga el posible actuar de estructuras criminales, “entonces las actuaciones de la oficial, en concreto, y del notificador, dejan mucha duda, en cuanto pueda haber algunos intereses paralelos atrás de ellos”.

“Yo ya giré un oficio a la Corte Suprema de Justicia haciendo ver esta situación, ellos (los trabajadores) han manifestado que han estado asesorados por supervisores de Tribunales, específicamente Tatiana ha dicho que dos supervisores han colaborado con ella”, afirmó la jueza.

La togada manifestó que ella no puede seguir trabajando sin personal, sin saber qué dejaron y qué se llevaron, por lo que debe darse una solución, sin embargo, añadió que no lo puede hacer sola y que necesita del apoyo de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de la Carrera Judicial (CCJ) y el Sistema de Recursos Humanos.

Si bien ella mencionó estos inconvenientes, también recordó que ha sido objeto de seguimientos y se ha percatado por fotografías que se publican en redes sociales, en lugares donde ha estado o con algunas personas.

“Sí ha habido cierto acoso, cierto seguimiento, cierta vigilancia en mi contra y algunas acciones que han sido ejercidas y en las cuales podrían, al sentarse a analizarlo, ver acciones coordinadas en contra”, subrayó Aifán.

De igual manera comentó el caso del abogado José Rodrigo de la Peña Aguilar, quien estaba presentando denuncias en su contra en diversos procesos, sin embargo, hasta la fecha, expuso la jueza, no se conocen personalmente y, según la togada, él se dedicó a generar ese hostigamiento en su contra con querellas en las que todas fueran declaradas sin lugar.

“Me gustaría pensar que solo son los oficiales y el notificador quienes se han visto involucrados en los hechos, pero tendrá que investigarse”, explicó la juzgadora sobre los hechos más recientes y determinarse si hay más personas o no detrás de estas acciones.

Por último, expresó que su compromiso es con la justicia, con la independencia judicial, pero agregó que no ha visto un apoyo ni compromiso institucional para erradicar la corrupción y esas malas prácticas de los auxiliares judiciales.

“Pero por ese compromiso y por esa convicción que he tenido, voy a seguir al frente de esta judicatura hasta que Dios me lo permita, tengo que enfrentar las denuncias que han sido interpuestas en mi contra, que también son parte de un hostigamiento, tendré que aclarar, a través del debido proceso, cada una de esas denuncias y comprobar que esas son falsas”, puntualizó la togada.

La jueza Aifán tiene a su cargo varios casos de alto perfil.
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“Entonces él me dice: ‘si usted no defiende sus derechos, cómo puedo esperar que defienda los míos’. Esa conversación es la que me cambia la dimensión de las cosas y me hace pensar que en Guatemala se necesitan de jueces honestos, íntegros e independientes y valía la pena intentarlo”.

Erika Aifán, Juzgado de Mayor Riesgo “D”

 

EL CORAZÓN DE LOS ATAQUES SON LOS CASOS

Para Álvaro Montenegro, de Alianza por las Reformas, el trabajo de la jueza Erika Aifán ha sido muy importante, basado en Derecho y ha resuelto con objetividad casos muy complicados contra las personas, quizá, más poderosas del país, por lo que esto ha generado una campaña en su contra muy fuerte.

En relación con el contexto que vive el Juzgado que ella dirige, el activista dijo que es preocupante que estas personas (trabajadores de la judicatura) estén sindicadas de que se les haya encontrado un documento alterado, que estén extrayendo documentos de otros casos y que estén grabando a la misma juzgadora.

“Se ve, definitivamente, que esto es un complot en contra de este Juzgado que lleva casos muy relevantes, quizá los más relevantes del país”, argumentó el entrevistado, quien agregó que desde hace un tiempo se ha estado tratando de traer abajo los casos de diferentes maneras y esto conlleva ataques hacia operadores de justicia.

“El principal objetivo en estos momentos es Erika Aifán, así como ha sido en otros momentos Juan Francisco Sandoval, con el ánimo de meter miedo y de desgastar, para que salgan de ciertos procesos o para que incluso dejen sus puestos de trabajo”, expresó el profesional.

Montenegro añadió que el “corazón de todos estos ataques” son los expedientes judiciales que tiene a su cargo Aifán, por lo que tratan de buscar medidas extrajurídicas para “boicotear” los casos y que “han llegado al extremo de hacer que el personal del mismo juzgado esté cometiendo delitos”.

“Hay que investigar estos hechos ilícitos y a la población nos toca acuerpar a los jueces en estos momentos y también es importante que la comunidad internacional mande mensajes de respaldo a la independencia judicial”, concluyó el integrante de Alianza por las Reformas.

Álvaro Montenegro, de la Alianza por las Reformas, compartió su visión de las dificultades que afronta la jueza Erika Aifán.
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“Se ve, definitivamente, que esto es un complot en contra de este Juzgado que lleva casos muy relevantes, quizá los más relevantes del país”.

Álvaro Montenegro, Alianza por las Reformas

 

ACEÑA DEL CIEN: ES UN DESORDEN

Consultada respecto a este tema, María del Carmen Aceña del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), manifestó que ve un gran desorden en el país y que el desorden externo se volvió interno y que Aifán como jefa de su despacho no pudo controlar a sus colaboradores.

“Me parece una vergüenza que sus empleados vayan a un canal y que vayan a otro, y que una de las personas prácticamente tenía orden de búsqueda porque pensaban que estaba perdida. A mí me parece verdaderamente un bochorno lo que está pasando”, indicó la académica.

Además, comentó que espera que ordenen la situación y lo hagan internamente, pero añadió que se está “judicializando la misma justicia, es una vergüenza, la verdad me da mucha pena”.

“Peor aún (que esto se dé en una judicatura de alto impacto), eso quiere decir que ni ellos trabajan en equipo; yo trabajé en un Ministerio y usted tiene que arreglar sus asuntos internos antes de irlos a destapar, más un juzgado de ese nivel, entonces no sé si haya mala saña dentro de algunos de los empleados contra ella (Aifán), no sabemos, pero eso lo debe resolver ella internamente”, expuso Aceña.

Para finalizar, la investigadora del CIEN afirmó que hay que volver a ser profesional, a que la gente controle sus equipos y que, si realmente hubo dolo ahí, la Corte Suprema de Justicia tome decisiones y saque a la gente y “que se castigue a los que hicieron cosas que no se deben”.

María del Carmen Aceña, del CIEN, mencionó que debe darse un ordenamiento a lo interno del juzgado.
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“Me parece una vergüenza que sus empleados vayan a un canal y que vayan a otro, y que una de las personas prácticamente tenía orden de búsqueda porque pensaban que estaba perdida. A mí me parece verdaderamente un bochorno lo que está pasando”.

María del Carmen Aceña, CIEN

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