Bajo la “nueva normalidad” guatemaltecos recuerdan las vidas arrebatadas por el COVID-19

La tierra está seca y las flores marchitas. Bajo el sol de la mañana, Juan Culajay, de 62 años, y su hijo, Jorge Armando Culajay de 42, se encuentran frente a un lote marcado únicamente por palos de madera y monte, llegaron para arreglar la tumba de Ángela Cruz de Culajay, quien murió hace dos años por COVID-19 en el Hospital General San Juan de Dios.

 

Padre e hijo le dan instrucciones al albañil para delimitar el espacio asignado y poner una cruz con su nombre. Planean regresar a saludarla el 1 de noviembre y llevarle flores. “Es duro ver cómo está el lugar, se nos dificultó encontrar el sitio, la mayoría de la gente está desorientada”, asegura su hijo quien llegó desde la zona 5, de Mixco.

Don Juan cuenta que su esposa Ángela, entonces de 59, ingresó al hospital por una crisis de diabetes de la cual ya no salió con vida. Fue doloroso, pero el tiempo les ha dado fortaleza para continuar.

UN 1 DE NOVIEMBRE “EN LA NUEVA NORMALIDAD”

Los cementerios nacionales no permitieron el acceso masivo de personas durante los dos últimos años debido a la pandemia. Este año, el Ministerio de Salud anunció que tendrán las puertas abiertas el 1 de noviembre con normalidad.

También se liberó la restricción para visitar las tumbas en el área de COVID-19 en el Cementerio La Verbena desde el pasado 21 de octubre, informó Nery Gómez, vocero de los Cementerios Nacionales, unidad del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).

Por eso se ha notado mayor afluencia de personas, varias de ellas desorientadas ante la falta de coordenadas claras para buscar a sus seres queridos enterrados durante la pandemia.

Hasta la fecha, el COVID-19 provocó 19,875 fallecidos, de un total de 1 millón 137 mil 512 personas contagiadas por el virus, de acuerdo con cifras del MSPAS.

 

MÁS ALLÁ DE LAS CIFRAS, PERSISTEN LOS RECUERDOS

Una serie de señalizaciones amarillas indican las direcciones de los fallecidos por número de cuadro, lote y sepultura. La mayoría de las tumbas, alrededor de 2 mil, están marcadas con la fecha de muerte entre julio, agosto y septiembre de 2020. Sin embargo, las autoridades de La Verbena no tienen información de cuántos cuerpos fueron enterrados en el área de Covid-19.

Algunas tumbas se identifican con cruces rudimentarias de madera con el nombre del fallecido con pintura blanca y otras más con cruces de cemento. Se distinguen del resto de sepulturas porque están ubicadas en el área más alejada del Cementerio La Verbena, zona 7.

Se liberó la restricción para visitar las tumbas en el área de COVID-19 en el Cementerio La Verbena desde el pasado 21 de octubre. Foto: La Hora/José Orozco.

 

“Tu partida fue inesperada y dolorosa, pero tu recuerdo vivirá en nuestro corazón siempre”, dice la lápida de Irma Yolanda Caciano Lossi de Guerra, fallecida el 7 de julio de 2020.

Otras, como la de Dolores Etelvina Molina, lucen recién arregladas con flores para el Día de los Muertos el próximo 1 de noviembre, pero las que se observan con esos cuidados son menos.

También están quienes prefieren sembrar plantas, como la de Domingo Santiago León, un verdor que contrasta con la tierra seca, pero otras como la de papá Rigo sólo conservan unas rosas marchitas.

 

DOS AÑOS SIN PODER ACERCARSE

Tres mujeres ingresan al área de COVID-19 con una sombrilla para protegerse del sol. Vienen de San Juan Sacatepéquez, con papel en mano, para identificar el entierro de una nuera. Aseguran que no murió de coronavirus, sino de una hemorragia gastrointestinal en el Hospital San Juan de Dios.

Ana González cuenta que el día del entierro se quedaron en las afueras del cementerio, ya que estaba prohibido el ingreso. “Fue triste. La mera verdad, qué se puede hacer con la voluntad de Dios. No hay que olvidarlos, porque convivieron con uno. Ahora que ya pasó la pandemia venimos a buscarla, siquiera para dejarle unas flores”, comenta.

Un grupo de cinco trabajadores del cementerio carga una pesada lápida que se alista en estas fechas para honrar a sus seres queridos. En los límites del cementerio, el día transcurre con el hedor de basura del vertedero de la zona 3 que se hace cada vez más fuerte. Contrasta con la frescura del bosque y el trino de los pájaros, pero también de los zopilotes que merodean con el calor de la mañana.

Faltan pocos días para que miles de visitantes se acerquen con flores, barriletes o comida para recordar con fervor a sus difuntos.

 

DÍA DE MUERTOS

Estos son los horarios que aplican para: Cementerio General, zona 3; Las Tapias, zona 18; Villa de Guadalupe, zona 14 y La Verbena, zona 7.

Sábado y domingo, de 8:00 a 4:30 p.m.

1 de noviembre: 6:00 a.m. a 5:00 p.m.