Mariela SR-Coline Fanon presentó su libro “Mamá, no estoy muerta”, que lanza oficialmente este 17 de febrero con la Editorial Piedrasanta. Foto La Hora / Mónica Ovando

“Antes era adoptada, ahora soy guatemalteca. Saber quién soy y de dónde vengo es importante para mí”. Con estas palabras, Mariela SR-Coline Fanon presentó su libro “Mamá, no estoy muerta”, que lanza oficialmente este 17 de febrero con la Editorial Piedrasanta.

La historia de Mariela es la de una beba que fue robada con tan solo 48 horas de nacida en el Hospital Roosevelt, en noviembre de 1986, pero que fue reportada como muerta a su madre, aunque nunca la dejaron ver el cuerpo.

 

Debido a esa versión, la mamá cada año conmemoraba la fecha de su nacimiento y deceso. También esto da lugar al nombre del libro, publicado originalmente en francés, idioma que se convirtió en materno y holandés, porque ambos se hablan en Bélgica. Ahora también está la versión en español.

En octubre de 1987, después de un largo proceso de adopción y completar todos los requisitos de la asociación belga autorizada, los esposos Fanon reciben a su hija adoptiva, de 11 meses de nacida. La llamaron Coline, a quien dieron una infancia hermosa y llena de cariño.

Mariela fue una víctima más del tráfico de niños para venderlos en adopciones ilegales, delito que comenzó una escalada en la década de 1980 y se extendió en Guatemala a lo largo de varios años. Foto La Hora / Mónica Ovando

RECUPERAR EL NOMBRE

Ahora se reconoce como Mariela SR-Coline Fanon, al incorporar el primer nombre por ser el que le darían sus padres.

Es casada y madre de dos hijos, pero fue con el nacimiento del segundo, cuando le despertó la curiosidad de indagar acerca de quiénes eran sus padres biológicos.

Así comenzó la búsqueda en 2017, cuando tenía 31 años. El 30 de noviembre de ese año escribió el mensaje que le cambiaría la vida por segunda vez: “Mamá, no estoy muerta”.

Desde entonces, el encuentro con su madre biológica y su familia le han dado un giro a su vida, como a muchos otros guatemaltecos que experimentaron la misma situación.

La historia de Mariela es la de una beba que fue robada con tan solo 48 horas de nacida en el Hospital Roosevelt, en noviembre de 1986, pero que fue reportada como muerta a su madre, aunque nunca la dejaron ver el cuerpo. Foto La Hora / Mónica Ovando

Mariela fue una víctima más del tráfico de niños para venderlos en adopciones ilegales, delito que comenzó una escalada en la década de 1980 y se extendió en Guatemala a lo largo de varios años, hasta la aprobación de la Ley de Adopciones, Decreto 77-2007, que prohibió dar a los menores al extranjero, aunque no con ello se frenaron las adopciones irregulares.

Ahora preside la Fundación Raíces Perdidas desde donde promueve propiciar el encuentro de guatemaltecos adoptados en alrededor de 22 países en el mundo con sus padres biológicos. También busca incidir en organismos internacionales como en las Naciones Unidas para que las adopciones ilegales se consideren un crimen de lesa humanidad.

Esta es parte de la conversación con Mariela, en español que en ocasiones la lleva a buscar las palabras adecuadas, con fuerte acento francés.

 

CONSTRUIR IDENTIDAD

Para Mariela fue difícil darse cuenta de su niñez robada al descubrir un reportaje de Plaza Pública y darse cuenta que pudo ser una víctima del tráfico de niños, cuando encontró el nombre de Ofelia de Gamas, cuñada del presidente de facto, general Oscar Mejía Víctores (1983-86), el que también estaba en su expediente de adopción.

“Fue doloroso, pero también fue una fuerza porque yo quería conocer de dónde vengo y quién soy. Necesitaba saber quién era mi mamá y su historia”, relató.

Cuando se le pregunta cómo le ha cambiado la vida construir esta identidad y reconocer ese pasado doloroso, responde que de muchas maneras: Primero, como mamá. “Ahora intento no mostrarme tan ansiosa con mis dos hijos, de 5 y 9 años y medio, suelo ser muy vigilante con ellos. Quizás es normal, pues arrastro traumas y trabajo para no convertirme en una madre acaparadora, sino darles una vida normal”, afirmó.

Como mujer, ha recuperado sus raíces porque “aprendí un idioma, encontré una familia, una cultura y un país. Es más que abrazar una historia… es increíble”. En Guatemala tuvo un total de 14 hermanos –ella fue la tercera– entre ambos padres, mientras en Bélgica solo tiene una hermana menor, adoptada de Surinam.

“Antes era adoptada, ahora soy guatemalteca. Saber quién soy y de dónde vengo es importante para mí”. Con estas palabras, Mariela SR-Coline Fanon presentó su libro “Mamá, no estoy muerta”. Foto La Hora / Piedra Santa Facebook

Sin embargo, reconoce que no todas las personas que han sido adoptadas están dispuestas a enfrentar esta búsqueda de padres biológicos, como un amigo colombiano en su país de residencia, quien fue adoptado junto a sus tres hermanos y no le interesa conocer su pasado, aunque sí la apoyó en su investigación.

Respecto a si tiene una vida mejor en Bélgica, distinta a la que pudo tener en Guatemala, cuestiona “¿y qué es mejor, calidad de vida? En mi caso es falso”, pues afirma que su familia guatemalteca sí tiene solvencia económica, quizás más que sus padres adoptivos, sus hermanos tienen un nivel superior de estudios al de ella.

Hoy suele comunicarse estrechamente con sus padres y ha aprendido a integrar dos familias y mundos distintos. “La sangre llama a la sangre”, sostiene.

El tiempo le ha permitido sanar heridas, hoy convertidas en cicatrices, como expresa, gracias a un acompañamiento psicológico y de reflexionar sobre ese período clave de su vida, el primer año, el cual dejaría una fractura muy fuerte en sus emociones básicas.

 

LA FUNDACIÓN RAÍCES PERDIDAS

Conocer cuántos niños fueron robados y adoptados ilegalmente en Guatemala durante más de cuatro décadas es un misterio, tampoco se sabe el número de abogados involucrados en este negocio que cobraba miles de dólares por cada infante.

“Estimo serían unos 70 o más, además hubo cambios de identidades y otras irregularidades”, explica Mariela, quien preside la Fundación Raíces Perdidas, la cual trabaja para propiciar encuentros entre padres e hijos, separados por el Conflicto Armado Interno.

Parte de esta labor la hace junto con la Liga de Higiene Mental, cuyo director, Marco Antonio Garavito ha demandado que se abran los Archivos de la Paz, que fueron clausurados desde el 2012, al considerar que hay información importante sobre el pasado de Guatemala, en particular durante la época del Conflicto Armado Interno.

Mariela comento “En este momento tengo los reflectores por mi libro, que es más que una historia. Es un testimonio, no fui la única, muchos más somos pruebas vivientes de este doloroso pasado”. Foto La Hora

“Extraer a un menor de su contexto es hacerlo perder su idioma, cultura; experimentar el racismo. La adopción es un acto noble, concuerdo, pero debería ser el último mecanismo, mejor si es en el mismo país, pues debe prevalecer el interés superior del niño”, afirmó.

Comentó que apoya alrededor de una decena de casos de adolescentes guatemaltecos, quienes esperan cumplir la mayoría de edad para dar inicio al proceso de reencuentro con sus padres en su país natal. No trabaja sola, tiene un respaldo de un equipo grande de la fundación que preside, con una red que se extiende en América, Europa e Israel.

Parte de la misión es cooperar con niñas y adolescentes para evitar embarazos tempranos, así como proyectos artísticos y cinematográficos que visibilicen y conecten al público con este problema.

 

LUCHA SIN BANDERAS POLÍTICAS

El excandidato presidencial Edmund Mulet aparece en un reportaje de Telemundo sobre adopciones ilegales, por lo cual se le consulta en posibles daños a los niños dados en adopción y una posible reparación digna, responde que en estos casos no hay víctimas, pues se les dio una mejor vida.

En relación a si su libro pudiese perjudicar las aspiraciones políticas de Mulet, Mariela reflexiona, duda, ríe… y responde despacio:

“Primero, en mi caso, de ninguna manera; segundo, se hace necesario abrir el pasado y tener acceso a los archivos para entender todo lo que pasó, pues es una manera de empezar el futuro. Soy apolítica. Esta lucha no tiene banderas”, sostiene. Lo único que puede decir es que la persona que le robó 30 años de su vida, Ofelia de Gamas, fue arrestada junto con Mulet en 1981.

Este día Mariela SR-Coline Fanon lanzará una canción que se encuentra en la lista en Spotify. Foto La Hora / Mikerogt

Respecto a quién patrocina su proyecto, asegura que lo hace con fondos propios y algunas donaciones privadas. También trabaja para que organismos internacionales apoyen, así como cada persona del equipo aporta fondos para el funcionamiento de la fundación.

Este día Mariela SR-Coline Fanon lanzará una canción que se encuentra en la lista en Spotify, inspirada en el tema del artista guatemalteco Dach Marro (Daniel Marroquín) de la cual se siente muy orgullosa y también trabaja en la producción de una película.

“En este momento tengo los reflectores por mi libro, que es más que una historia. Es un testimonio, no fui la única, muchos más somos pruebas vivientes de este doloroso pasado”, sostuvo.

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