Crista Foncea, gerente general, destacó el trabajo de abastecimiento que hace esa institución. Foto La Hora/José Orozco

POR ANA LUCÍA GONZÁLEZ
agonzalez@lahora.com.gt

Surtir agua para un promedio de 2.5 millones de personas que habitan o llegan cada día a la ciudad capital es la tarea central de la Empresa Municipal de Agua EMPAGUA, que requiere de una producción promedio de 4 metros cúbicos por segundo.

Para llevar a cabo esta tarea el abastecimiento del agua de superficie se surte a través de cuatro plantas: Lo de Coy, Santa Luisa, El Cambray y Las Ilusiones. En el caso del líquido subterráneo, cuenta con campos de extracción y bombeo como Ojo de Agua, y alrededor de 75 a 80 pozos disponibles que han sido perforados en diferentes zonas de la ciudad.

En la siguiente entrevista, Crista Foncea, gerente general, comparte sus preocupaciones en cuanto a la deficiente cultura de consumo, la necesidad de renovar el marco legal, las conexiones ilegales, así como el uso de la tecnología para optimizar la distribución de este recurso, entre otros.

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La Hora: La ciudad capital es la que concentra mayor cantidad de población y cobertura. ¿Cuáles son las principales problemáticas que enfrenta?

Crista Foncea: Según datos oficiales, en la ciudad residen alrededor de 1.5 millones de personas. Es la cifra fija vs lo que fluctúa durante el día, serían 2.5 millones de personas que se movilizan diariamente. En EMPAGUA tenemos casi 225 mil cuentas, de las cuales más del 80% son particulares. Si cada una de estas tiene un promedio de 4.5 miembros (familia) se atienden alrededor de 810 mil personas de forma permanente.

Por lo anterior, una de mis preocupaciones principales es que, en general, no nos cuestionamos de dónde viene el agua. La mayoría de personas está mal acostumbrada a abrir el chorro y dejar correr el agua. Porque no hay una consecuencia lógica entre el gasto y el pago. Muchas de las ubicaciones como edificios o condominios, centros comerciales, tienen cuotas fijas. No importa cuánto gaste, porque voy a pagar lo mismo.

Es triste, pero no todos pagamos por el agua el precio real o en función de cuánto consumimos. Si todos tuviéramos un servicio medido, habría una consecuencia de mi comportamiento con lo que retribuyo o contribuyo a la protección de los recursos hídricos. Pero si tengo pozo propio, no hay consecuencia por el uso excesivo. No se puede crear conciencia de esa forma.

El acceso al agua se dificulta en algunas partes del país por diversos motivos. Foto La Hora

LH: Las zonas más problemáticas, son la 6, 18, Chinautla, ¿qué sucede?

CF: Desde la reforma al Código Municipal en los años 1980, la responsabilidad del suministro de agua potable es competencia de las municipalidades. Por tanto, Chinautla debería ser la responsable del abastecimiento de agua en su municipio, no EMPAGUA.

Sin embargo, históricamente, previo a esta reforma, manejamos varias cuentas, en esa zona limítrofe de Chinautla, que era parte del municipio de Guatemala. Por eso la gente sigue diciendo que pertenecen a la zona 6, lo cual no es así.

Apoyamos a Chinautla enviando un caudal en función de la cantidad de las 5,600 cuentas registradas actualmente; pero según investigaciones y denuncia en el Ministerio Público (MP), se determinó que gran parte del agua que suministramos se la roban.

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No se trata de conexiones ilegales, como es frecuente, sino que se detectó que la revenden. Además, proveemos gracias al acueducto nacional Xayá Pixcayá, pero en época de verano, bajan los caudales y cuando este se reduce a menos de un metro cúbico, es imposible surtir. En este momento el flujo es de 900 litros por segundo. Esto se complementa con pozos propios.

Tratamos de enviar pipas a las familias más afectadas, pero los que más ruido hacen son los que dejaron de tener un negocio porque bajó el caudal. Como EMPAGUA hemos ayudado, pero no es nuestra obligación legal.

Ciertamente se está enviando menos agua que durante nuestra capacidad máxima, en noviembre; y uno de los tres pozos que abastece salió de operaciones. Eso lo reconocemos y con los usuarios lo restableceremos lo más rápido posible. Pero ese no es el principal problema.

La funcionaria se refirió también a las conexiones ilegales de agua. Foto la Hora

LH: ¿Qué dimensión tienen las conexiones ilegales?

CF: Es un fenómeno que se da en muchísimos. Según análisis, el margen de agua no contabilizada es alrededor 30%, esto significa que se pierde. Esa brecha se conoce como “agua no contabilizada” (ANC) y es un porcentaje aceptable en Latinoamérica. De ese 30%, estimo que del 20 al 25% de nuestra producción se extrae en forma ilícita.

Esto desde conexión de agua cruda (previo al tratamiento). Pero el principal reto en Chinautla es por la jurisdicción y la conflictividad que implica esta zona, y que no tenemos la capacidad de intervenir sin el apoyo del MP.

LH: ¿Qué tanto influye la topografía para el abastecimiento?

CF: Bastante. Nuestro sistema de distribución es tradicional, funciona a través de gravedad o presión. Si tengo una red cargada, esa presión que genera el caudal me permite impulsar el agua más lejos, mientras que la gravedad me permite llegar más lejos.

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La altura es en función de la fuente de origen (la planta), por eso, llegar a las partes más altas es donde cuesta más, especialmente en época seca. Sería diferente si se tuviera un sistema de rebombeo, lo que elevaría costos.

Las zonas más complicadas son la 18, el barrio Jocotenango en zona 2; San Lázaro, zona 15. La ciudad es un valle con distintas elevaciones. Chinautla también es más difícil llegar, son los últimos puntos de la red.

Por tal razón, se trabaja en la perforación de dos pozos con el Ejército, pues de otra forma no llegaríamos. Estamos conscientes que no es la solución, pero en puntos específicos es la única manera de abastecer los extremos de la red de distribución. Estos se ubican en las colonias Paraíso 2 y Altos de Sinaí.

Foto ilustrativa. El Agua y su abastecimiento es vital para las comunidades de cualquier parte del mundo. Foto La Hora

LH: ¿Qué sucede con el manejo de aguas residuales y la contaminación de fuentes de agua?

CF: La aprobación del Acuerdo Gubernativo 236-2006 establece un plazo a varios actores como municipalidades, sociedad civil y ejecutivo, a cumplir ciertas fases para el tratamiento de aguas residuales. Lo primero era hacer la caracterización de las descargas. En 2020 completamos el estudio para evaluar el tipo de tratamiento.

Es frustrante pues hay infinidad de malas prácticas. Una vez pusimos una denuncia a una empresa de servicios de baños portátiles que tiraban los desechos y químicos al río Canalitos.

Otro fue una fábrica que tira los tintes al agua. No tenemos la tecnología para remover los químicos del agua. Por tanto, con la escasez que tenemos, optamos por cerrar la planta Lo de Coy para dejar que fluya el caudal que viene contaminado por tinta.

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El Ministerio de Ambiente es el que tiene la rectoría en manejo de aguas residuales y descargas. Las municipalidades estamos facultadas para denunciar ante el MP por el incumplimiento de este acuerdo.

LH: ¿Por qué no se cuenta con una normativa legal específica?

CF: Somos el único país en la región que no tiene una ley de aguas. Es triste, es como jugar un partido de futbol sin árbitro. No hay adónde recurrir. Todos compartimos una responsabilidad, pero no tenemos claro el rol de cada uno.

Aunque creo que hay cosas que se pueden hacer, no necesariamente ante la falta de una ley. Se debería regular (normativa) que todos paguemos por agua, aunque sea de pozo propio, una tasa pareja, o limitar la cantidad de extracción.

Crista Foncea, gerente general de EMPAGUA se refirió al tema de pozos y abastecimiento. Foto La Hora/José Orozco

En resumen: todos tenemos que pagar el agua. No se trata del mantenimiento del condominio. No necesitamos una ley, sino una iniciativa propia para regular el consumo.

LH: El agua ha sido usada por los candidatos a la alcaldía. ¿Considera que es uno de los más complejos de solucionar en la administración edil?

CF: Depende. Según el doctor Edwin Castellanos, el país tiene suficiente agua. El reto es que no cae en forma constante a lo largo de 12 meses, ni es pareja en todo el país. Petén tiene una superproducción y por otro lado Corredor Seco está sin una gota con más habitantes.

Es correcto decir que en el país hay suficiente agua. El reto es pretender que se siga administrando a nivel municipal, cuando el manejo de este recurso no entiende de este tipo de divisiones. Sin importar el alcalde, el reto será el mismo. Es como dividir el mismo pan, cada vez entre más hijos.

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El manejo no puede limitarse a los municipios. La propuesta debe ser una rectoría nacional a nivel de cuenca, en coordinación con los municipios que caen dentro de esa cuenca, proporcional a sus habitantes.

LH: ¿Hace falta tecnología para aprovechar el recurso hídrico?

CF: Estamos muy optimistas y vemos un futuro prometedor. A pesar de que tenemos la misma producción, la población se duplica cada 16 años; este año implementamos el uso de válvulas inteligentes para lograr una distribución más equitativa. Esto nos permite regular el caudal a las partes altas. Esta tecnología no solo contribuye a mejorar el caudal, sino a una mejor distribución.

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