La vicepresidenta Kamala Harris sonríe mientras habla durante una mesa redonda con líderes religiosos en Los Ángeles. Foto: La Hora/AP

Estados Unidos anunció este martes nuevos compromisos de inversión privada por casi 2.000 millones de dólares en Centroamérica para frenar la migración, el tema esencial en una Cumbre de las Américas deslucida por el boicot de varios presidentes, entre ellos el de México.

El anuncio de la vicepresidenta Kamala Harris podría desviar la atención de las ausencias de los mandatarios de México, Honduras, Guatemala y Bolivia, que ignoraron la cita sobre todo en protesta contra la exclusión de los gobiernos de Nicaragua, Venezuela y Cuba, a los que Washington considera dictaduras. Tampoco asistirá el de Uruguay, pero en su caso debido a que dio positivo por covid-19.

Serán 1.900 millones de dólares para Honduras, Guatemala y El Salvador en nuevas inversiones de unas diez compañías.

Harris, quien se reunió con líderes empresariales y de la sociedad civil, afirmó que «el pueblo estadounidense se beneficiará de tener vecinos estables y prósperos».

Con este nuevo monto, las promesas de inversión totalizan 3.200 millones de dólares de capital privado para el denominado Triángulo Norte de Centroamérica, aunque ninguno de los líderes de esta zona asistirá a la cumbre.

 

De estos países proceden la mayoría de los aproximadamente 7.500 migrantes irregulares que cruzan cada día la frontera entre Estados Unidos y México para huir de la miseria, el miedo, la corrupción y la violencia.

Un flujo migratorio que pasa factura política al gobierno de Joe Biden y podría hacerle perder el control del Congreso en las elecciones de medio mandato de noviembre.

En la cumbre de Los Ángeles, que concluirá el viernes, se adoptarán cinco documentos sobre áreas clave: la gobernanza democrática, la salud y la resiliencia, el cambio climático y la sostenibilidad ambiental, la transición a la energía limpia y la transformación digital.

La migración queda fuera pero el gobierno de Biden espera firmar una declaración migratoria para la que cuenta con México, pese al boicot del presidente Andrés Manuel López Obrador, que enviará al canciller Marcelo Ebrard.

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