Leonel Arenas, un migrante dedicado al apoyo de la educación en La Gomera

El apoyo incondicional a quienes más lo necesitan es uno de los aspectos que destacan del guatemalteco Leonel Arenas, quien siempre extiende una mano desde Estados Unidos para ellos y aunque el destinó lo llevó a miles de kilómetros de su natal Escuintla, él siempre encuentra maneras para compartir los resultados del esfuerzo de su trabajo con el resto.

Arenas nació en La Gomera, Escuintla y migró para establecerse en Stamford, Connecticut, lugar al que ya se acostumbró, pues dejó el país hace 23 años, “han pasado tantos años que decidí salir de Guatemala, de donde salí por las pocas oportunidades”, agregó.

Cuando tomó esa decisión, explicó a La Hora Voz del Migrante, que pensó que sus hijos necesitaban estudios y ellos no tendrían muchas facilidades si él quedaba en Guatemala, “esa fue la razón por la que decidí viajar”.

Como ya tenía conocidos en Estados Unidos, se estableció en el área con la ayuda de ellos. En 1995, volvió a Guatemala, pero retornó tres años después a EE. UU.

TRANSFORMA SU TRABAJO DE LIMPIEZA EN EDUCACIÓN Y APOYO A SU FAMILIA

Su primer empleo fue en el área de limpieza y una conocida lo refirió a una empresa dedicada exclusivamente a ese campo.

Además, en esa época tuvo la oportunidad de acceder a otro empleo de tiempo completo, así que empezó a alternarse en ambos lugares.

“Trabajaba doce horas, ocho horas en uno y luego cuatro horas en otro… uno cuando viene, llega para trabajar, yo venía con 35 años, no me sentía cansado y eso me abrió puertas”, destacó.

Para Leonel lo más importante que le ha permitido su trabajo es darle educación a sus hijos y destaca que su hija se graduó como secretaria, mientras su hijo es maestro de educación primaria y menciona con orgullo cómo obtuvo una plaza a los dos años de finalizar el ciclo diversificado, “es motivo de darle gracias a Dios”.

Uno de los sueños de Leonel es ver a sus hijos con estudios universitarios concluidos y espera que en algún momento eso se logre. También ayuda a sus hermanas que han pasado dificultades económicas, “ese era mi propósito”.

En EE. UU., dentro del aspecto laboral, menciona que ha apoyado a otros con su colaboración en un sindicato; los más beneficiados han sido los trabajadores migrantes, “mis compañeros se han beneficiado y mis luchas no han sido en vano”.

 

DISPUESTO A COMPARTIR CON OTROS

Además, el guatemalteco, ha mostrado un interés especial por el tema de la educación y por eso se unió al grupo Quetzal, integrado por más líderes comunitarios enfocados en esa causa, sin embargo, hace unos años decidió asumir ese compromiso por su cuenta, “empecé a buscar el apoyo con donaciones y gracias a Dios la gente respondió”.

Gracias a esto ha donado pupitres, por ejemplo, a una escuela de La Gomera, Escuintla en donde su hijo da clases.

Posteriormente, fueron surgiendo más proyectos, por ejemplo, destinados a personas que estaban enfermas o para la celebración del Día del Niño para lo cual envía pasteles, entre otros aportes.

 

Incluso comparte con los bomberos de La Gomera, Escuintla, con quienes realiza un convivio desde hace unos años, “se les hace una cena, y se entregan canastas navideñas”.

Su hijo, de hecho, ha sido clave en todo esto, porque recorre los lugares en donde hay mayor necesidad, el año antepasado le envió un disfraz de Santa Claus para alegrar a los niños de estas áreas.

También ha logrado donar sillas de ruedas a personas que lo necesitan.

EL SANTA DEL CHOCOLATE

Ayudar es para Leonel más que una actividad, porque se ha convertido en parte de su vida diaria, por supuesto reconoce el apoyo de quienes se suman a estas causas y esto es algo que afirma lo hace sentir muy bien.

Por ello, el connacional apoya a una organización en la cual lo reconocen como “El Santa del Chocolate”, porque ha tratado de donar tazas de chocolate con pan para niños que asisten a aprender música, además, entrega juguetes que otras personas le donan.

El año pasado, para seguir la tradición, continuaron con esta actividad a distancia y alegrando a niños del lugar.

UN MENSAJE PARA HACER LAS COSAS BIEN, MIENTRAS LA NOSTALGIA FLUYE

Por supuesto, para el guatemalteco, siempre hay nostalgia, porque en estas fechas de fiestas de fin de año le gustaría estar junto a sus familias y nietos a quienes no conoce, “me siento bendecido y feliz de llevar a los niños la magia de la Navidad”.

A la vez, Leonel envía un mensaje a los connacionales en el extranjero para que aprovechen la oportunidad de trabajar en EE. UU., porque ahora hay fuentes de empleo y eso es importante de resaltar, “hay que aprovechar esa oportunidad y ante todo que se porten bien”.

“Ayudemos a aquellos niños pobres que no tienen para comer, para vestir, y aquí hay mucho porque este es un país bendecido, mi mensaje para estos migrantes es que de eso que Dios les bendice, hay niños, mujeres solas y enfermos que necesitan, pero por la situación no lo pueden cubrir”, dijo.

El guatemalteco también reconoce a quienes se unen a las causas que impulsa a favor de varias personas y les agradece por confiar, “me considero el mismo Leonel que salió hace 23 años, una persona humilde y sencilla”.