Andrea M. Cabarrús, noviembre 1990. Esposa, autora publicada, bióloga y fotógrafa. Amante de la literatura, las plantas y los atardeceres. Ganadora de múltiples premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional desde los 11 años en las ramas de cuento corto, ensayo y poesía.

Sus letras están impregnadas de filosofía vegetal, optimismo, vida y música. La clorofila de sus versos se esparce alcanzando cada rincón, recordándonos que la ceguera vegetal es una enfermedad grave, así como el ritmo de la vida moderna. Los siguientes poemas forman parte de su nuevo libro: Versos verdes para paseos urbanos.

 

Presente

No sirve conservar un árbol,
en recuerdo póstumo de un bosque.
Se conserva lo que se tiene,
lo que se codifica en el instante llamado AHORA.
El presente es un regalo:
se abren los brazos,
se toman las manos amigas,
se quiere fuerte,
se respira hondo.

¿Has visto cómo el bosque, que una vez tuvo alma,
surge de nuevo,
una y otra vez?

La llovizna cura las heridas,
propiciando la época dulce de las flores;
y cómo los narcisos,
florecen todo el año,
así florecerá de nuevo
la ilusión infinita.
Ama ahora;
ama más que nunca.
Ama,
porque solo el amor,
sana.

Movimiento
Dicen que por sí sola,
la sutileza no mueve al mundo.

Dicen que las nubes no son sacudidas por la valentía
de un corazón que ama.

Dicen que los jardines no sonríen
ante un niño que juega.

no los escuches.

Disfruta de las hojas que nacen y mueren con el tiempo
para enseñarnos sobre los ciclos.

Observa,
desde la inocencia,
el valor de una sola flor,
no dejes de asombrarte como un chiquillo.

Escucha el canto de las aves,
y envía tus oraciones para que sanen todas las heridas.
Ve y lava tus lágrimas en la marea de la mañana.
Visita un bosque y conéctate,
muévete,
vibra,
¡vive!
Demuéstrales que están equivocados.
Caos
La procrastinación
es solo energía dispersa.

El caos
es solo orden no resuelto
con el potencial de formar
nuevos Universos.

Como la arena que se pierde
entre las olas y la noche.

Como sombra en sombra
y el verde en el verde.
Despeja la senda
da un paso,
y luego el siguiente,
y uno más.

Serás testigo de cómo,
aún en la total entropía
hallarás la calma en la tormenta
pues quien busca,
encuentra.
Quien salta a su interior
obtiene respuestas.

 

Luciérnagas

Divago
como divagan las luciérnagas
y las semillas en el viento

hace un tiempo que no me sentía

 

como gota en océano
libre
plenamente yo
sin ataduras
sin comas
puntos
o tildes

redescubrí mi destino
una mañana tersa
entre los viñedos de mi mente
y aquel tablero azul
donde mi peón podrá por fin

 

romper el enroque
apertura de un camino nuevo

soy comodín
soy guerrero

Amapolas

Mi cabello enredado entre las amapolas silvestres:
señal de libertad plena.

 

Dibujo entre las nubes retazos de olvido
y me divierto con el reflejo de este atardecer que despierta temprano.
Las florecillas silvestres me hacen cosquillas
en las sienes y el pensamiento.
La electricidad de un momento mágico
me envuelve.

Me amo,
porque mi alma
sabe gritar rebeldía.

Silencios

 

El silencio de los árboles me tranquiliza,
me recuerda que quien es paciente,
permanece.

El silencio de las nubes me adormece,
me recuerdan que la libertad es infinita,
prevalece.

El silencio de la montaña me alimenta
me dice aquello que necesito escuchar,
persiste

 

Amor de otoño

Durante mil y una noches
bordé el cielo en constelaciones,
y delinee el horizonte con telas de colores.
Navegué dentro del fondo de tus ojos,
respiré tus aciertos,
encontré mis respuestas en tus silencios.

 

A medida que el Universo se formaba en mis manos
entendí que no se trata de abrir puertas
o cerrar ventanas.

Se trata del perfume que deja tu silueta
a mi sombra cuando la abraza.
El cómo las hojas acarician mi cabello
a la vez que beso a veces tu ausencia.

Es sobre como

 

lo que he imaginado
aún no se ha cumplido del todo,
pero no por eso
el hoy, aquí y ahora,
es menos importante o maravilloso…

Aiki-Do
Lo único permanente, es la impermanencia.
La transitoriedad de los estados.

 

Lo que hoy es desierto,
Florecerá.
Fructificará.
Se dispersará.
Finalmente: morirá.
El bosque avanza a pasos lentos,
el deshielo alimenta ríos,
lagos,
valles.
Los campos se visten de colores
donde antes,
solo había pastizales.
Alimenta el vacío,
y encontrarás lo que necesitas.
“El lugar que la mente necesita para descansar
es un corazón bondadoso”.
Respira con la naturalidad de los árboles:
inhala vida,
exhala vida por igual.

Estarás aquí un solo instante
¿qué harás con el segundo que se te ha designado?
Que tu aparente actual realidad finita
no te separe de lo eterno de tu esencia.

 

 

 

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