El Viejo y el Mar

Dennis Orlando Escobar Galicia

 “Es propio de las almas anchas y profundas atormentarse:

las tempestades ocurren en el mar no en los charcos.” Fernando Savater. 

 En septiembre de 1952 Ernest Hemingway (1899-1961) publicó como libro El viejo y el mar, una de sus más trascendentales obras literarias que atrapó desde el inicio a millones de lectores y por la que en 1953 obtuvo el Premio Pulitzer;  “el autor se había reído frecuentemente de este galardón, llamándolo Premio Pulóver, como se había reído del IgNoble, que otorgaba la Academia Sueca.”, escribió Carlos Pujol (España 1936-2012). En 1954 el periodista y escritor estadounidense obtuvo el Nobel de Literatura por su obra total. La novela El viejo y el mar se divulgó primero -también en 1952- en la revista Life, editada en los Estados Unidos.

Según Ciro Bianchi Ross (La Habana, 31 de octubre de 1948) en Tras los pasos de Hemingway en La Habana,  la tirada de  Life cuando salió completa  la novela alcanzó los cinco millones trecientos veinticinco mil cuatrocientos cuarenta y siete ejemplares, la revista pagó al escritor un dólar diez centavos por palabra. “Por esa misma época la revista Bohemia, de La Habana, la publicó también íntegramente, traducida, por deseo expreso de Hemingway, por un español avecindado en Cuba, el narrador Lino Novás Calvo. Hemingway aceptó de Bohemia los cinco mil dólares (…) pero no los tomó para sí: pidió que con ellos se adquirieran televisores y otros efectos eléctricos para los enfermos recluidos en la leprosería de El Rincón, en la afueras de La Habana.”, escribió Bianchi Ross.

La novela El viejo y el mar –en Cuba hay un majestuoso hotel con ese nombre-,  la más cubana de las novelas de Hemingway (quien vivió la tercera parte de su vida en la isla),  es un hecho real de un pescador cubano y que Ernest contó en pocas palabras en un relato titulado Sobre el agua azul publicado en la revista Squire en 1936. Carlos Pujol nos lo resume: “Un pescador se hace a la mar y captura un pez muy grande, pero antes de poder llegar a la playa con su gigantesca presa, los tiburones la devoran y en tierra solo puede mostrar a sus admirados compañeros una enorme espina desnuda.”

Fue la editorial Scribner quien sacó la primera edición en libro de El viejo y el mar, y ese mismo día empezó a trabajar en la segunda edición. “De inmediato la novela ganó la selección del Book of the Month Club, donde se le calificó como un libro destinado a graduarse entre los clásicos de la literatura norteamericana”, anota Ciro Bianchi Ross.

Vale mencionar –como contexto histórico- que la publicación de la novela de Hemingway se da cuando el macartismo estaba en su máximo auge, el 19 de septiembre de 1952 el Gobierno estadounidense, presidido por Einsenhower   prohíbe a Charles Chaplin entrar al país. Ernest  Hemingway pertenece a los escritores de la Generación Perdida que forjan su oficio con pesimismo y desencanto tras la Primera Guerra Mundial. En Guatemala, cuando se publica la obra, la situación política se estaba poniendo candente porque el Gobierno de Jacobo Árbenz recién había aprobado el Decreto 900 de la Ley de Reforma Agraria.

El viejo y el mar (el último escrito de ficción importante publicado en vida por Hemingway) relata parte de la vida de Santiago, pescador del pueblo Gulf Stream de La Habana, que lleva 84 días sin pescar ni siquiera alevines. Sus compañeros los pescadores le dicen que está salado. Empero Manolín, su ayudante desde que tenía cinco años, lo anima a no desfallecer porque él es el mejor. Un día el viejo decide irse solo a alta mar en busca de un pez grande y no regresar hasta que haya logrado su cometido. Después de varias tentativas logra  pescar un pez espada demasiado grande y al no poder treparlo  a la embarcación lo amarra a uno de sus costados. Al retornar es atacado por los tiburones que se comen toda la carne y solo dejan el esqueleto. En el pueblo, cuando regresa el viejo, todos se admiran de su coraje y proeza. El muchacho se emociona de todo lo que dicen y resuelve volver a trabajar con Santiago sin importar lo que diga la gente.

La novela -catalogada dentro del vanguardismo literario, principalmente por el uso del monólogo interior-   es bastante corta: no sobrepasa las cien páginas. Está escrita de manera lineal, con lenguaje breve y sencillo y  metáforas asequibles. Por su calidad literaria –donde prevalece el arte con su ambigüedad y autoreflexión- es abierta a las interpretaciones.   “La novela tiene la simplicidad de una leyenda bíblica. El lenguaje es extraordinario (…)”, escribe M. Hispano.   En la famosa entrevista que concedió a George Plimpton, Hemingway dice: “El viejo y el mar podría haber tenido más de mil páginas; podría haber incluido a todos los pescadores de la villa, todo el proceso de sus vidas, cómo nacían y eran educados,  cómo criaban a sus hijos, etcétera. Pero yo sé que eso lo han hecho de manera excelente otros autores”.

Cuando recibió la selección del Club de lectores del  libro del mes,  Hemingway  también expresó sin rodeos: “Traté de hacer un viejo, un muchacho real, un mar real, un pez real y tiburones reales. Pero si lo hice bien y suficientemente verdaderos, pueden significar muchas cosas…Cuando se escribe bien y con sinceridad de una cosa, esa cosa significará después muchas otras cosas…”

El mensaje de El viejo y el mar es bastante concluyente:  La lucha del hombre y el pez, solos mar adentro, batallando hasta el final, nunca podrá considerarse derrota. Esto dicho por la misma boca de Santiago: “El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido pero no derrotado”.

El viejo que llamaba al océano la mar -porque, según él, así deben decirle los que lo aman- representa el orgullo, la dignidad de quienes no quieren dar su brazo a torcer y se enfrentan a los más grandes desafíos.  En sus conversaciones con el muchacho y en sus recuerdos en alta mar siempre ensalza a Joe DiMaggio, el gran bateador de las grandes ligas estadounidenses de esa época y a la fecha considerado uno de los mejores en la historia de ese deporte. He ahí otro elemento simbólico de la novela.

El rotundo éxito de la novela El viejo y el mar motivó a empresarios cinematográficos a negociar con Hemingway un contrato para llevarla al cine. En 1958 con una duración de 86 minutos y con la actuación de Spencer  Tracy como Santiago,  se estrena exitosamente la película, supervisada por el mismo Hemingway quien era muy amigo del protagonista. En 1990 con una duración de 93 minutos y con la actuación de Anthony Quinn como Santiago,  se presenta una adaptación de la novela. En 1999 con una duración de 20 minutos se proyecta por primera vez la película animada El viejo y el mar, bajo la dirección de Aleksander Petrov, obteniendo el Premio Óscar por mejor cortometraje animado.

El viejo y el mar (novela clásica de la literatura del Siglo XX) ha sido traducida a casi todos los idiomas, incluso en sistema Braille; ahora también existe en audiolibro. Son muchas, muchísimas imprentas y casas editoriales que la han publicado en el mundo.  Acá en Guatemala en 2002 la editorial educativa indígena Cholsamaj realizó una aceptable y bastante económica edición, poniéndola al alcance de la mayoría de lectores.

La Comunidad de Lectores de Guatemala,  el próximo sábado 24 de septiembre a las 16:00,  estará realizando un conversatorio sobre  El viejo y el mar vía Google Meet por medio de la video llamada: https: //meet.google.com/vxj-xhxj-mve.

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