Foto: La Hora
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Waleska Monterroso


Waleska Monterroso. Suchitepéquez, Guatemala, 1998. Profesora de Enseñanza Media en Lengua y Literatura por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Estudiante de la Licenciatura en Letras y la Licenciatura en Filosofía. Graduada como Cocinera Internacional. Su trabajo poético ha sido publicado en: Antología del Bicentenario de Centroamérica, de la editorial mexicana AYAME (2021); Luces tras la cortina, de la editorial peruana KAMETSA (2022). Asimismo, ha escrito y publicado microrrelato en la antología 56 Altares, Filos y Espejos de Testigo Ediciones (2022).

Foto: La Hora
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¿Páramo o vergel?
A veces despierto sintiéndome jardín
sueño que me crecen tulipanes y magnolias en el
vientre
y en la ilusión onírica: cuerpo enlazado a la tierra
también percibo a la muerte marchitando mis
adentros.

La ambivalente simbología de mis sueños
hace que me crezcan dos tonalidades en las entrañas
una que todo el placer del mundo encierra
y la otra que condensa todo el sufrimiento.

Por eso, se agotan en mí los determinismos biológicos
y desmenuzo con autonomía los cargos que me
asignaron
¿Cómo pretenden que esconda la mitad de lo que
soy?
¿Páramo o vergel?
¿Humana o falsa virgen?
¡Yo no tengo naturaleza!

Entre tu cuerpo y el mío

Manifiesto que
no camino detrás de ningún hombre
no conozco código de conducta
no creo en la familia
no firmo papeles.

Yo habito el deseo y ardo en libertades
soy pájaro migrante con sed de nuevas estaciones.
¿Nos despedazamos la piel sin convenciones inútiles?
Entre tu cuerpo y el mío no hay más que deseo.
Olvidá, amante nuevo, lo que te enseñó el catecismo,
pecado sería ponerle luto a tu sexo.

No gastemos aliento en más palabras
solo conjugo el verbo cuando se hace carne
lacónica soy
por eso enmudezco
yo no apelo a lo sensible cuando no me empuja el
sentimiento.

Alegato a la razón

Razón, no me increpes
que recorra el sinsentido mi carne
que la enfermedad me lleve al estado febril de la
locura
y no escape.

No pongas el sello latoso del recato en mi cuello
no mires de reojo cuando río
cuando bailo y me desnudo
cuando entrego treintaidós suspiros
cuando soy ligera, soberbia y lasciva.

No me increpes
o tendré que huir
dar el zarpazo
despojar tu tránsito sesudo
para proclamarme mujer voluble
flor que si no se abre huye.

Atizando a vida

Vamos caminando entre el caos y la belleza
nos tomamos de la mano para hacernos fuertes
yo solivianto tus miedos y vos mi pena
nos proclamamos libres
nos besamos y la saliva es fresca
encontramos en la cercanía el reconocimiento
nos pensamos finitos
y apretujamos los labios con más fuerza.

Se acerca la muerte
sus olas funestas prometen aniquilar
todo aquello que hasta ayer
nos parecía joven
celeste
lleno de movimiento.

Veo tus ojos y adivino tu voluntad
toco tus manos y me hospedo en tu piel
principio a descifrar los laberintos de tu espalda
pero me conducen a esa extraña criatura
el silencio.

Se acerca la muerte
pero camina lento
y al abrirnos el pecho nos bulle la sangre
y te digo ¡querido, aún hay vida!
Desordenemos los cuerpos
antes que la angustia conduzca al quietismo.

Belleza didáctica
El terciopelo de tu piel me incendia hasta las médulas
tu purísima hermosura me transporta
al espacio sagrado
donde la materialidad es tornasol.

Y tus ojos
son caleidoscopios que me invitan a explorar la
geometría del mundo.

Yo que temí hurgar en la ternura que albergo
yo que siempre fui de piedra
yo que antes de palparte
ignoraba la belleza didáctica del amor.

Foto: La Hora
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Vestida de pólvora

voy caminando hacia tu casa
estoy buscándote con el cuerpo y la voz
y no hay razón mecánica que explique
mi risa de fósforo
mi despertar de luciérnaga.

Y sin embargo
me coloco
humildísima y completa entre tus manos
esperando sigilosamente que me reconozcas
te maravilles
me alumbres
y tus manos demiurgas tallen mi cuerpo.

¡Oh, parpadeo de la carne!
esta piel que es ardiente escudo
pronto estallará como fruta madura.

Replicato

Y vos me preguntás si ya me he ido
mientras patentizo un modo de amar
que no me convierta en árbol
mientras me río a carcajadas del amor ya consumado.
Y te respondo
enredando mis piernas blandas en las tuyas
recitándote el argot de los amantes.

Entonces vos inaugurás la invasión
comenzás a poblar ese espacio escondido
alimentás la floresta que llevo dentro.

Después me decís:
amémonos significativamente
y yo te respondo escribiendo
poemas mientras vos pintás mi retrato en azul.

Lúdico léxico

Juega con mis palabras
reviéntalas
compártelas
mastícalas
hilvánalas minuciosamente
deja que te alimente su condición efusiva
para que aunadas en tu mente
emitan su canto alegre
y enciendan tu ánimo.

Mis palabras,
tuyas cuando las muerdes absorbiendo el zumo
que destila por tu piel y aromatiza tus pulgares
y se expande en tu paladar regalándote sensaciones
¡placenteras sensaciones!

Palabras,
mariposas coloridas que viajan en el aire
aleteos que calcan el compás de mis labios
disparos de azúcar
expansión de dulces y severas verdades.

Invocación nocturna

Redúceme a ese estado de temblores y sudores
quiero que me ciñan tus sentidos.

No te habla mi juicio
te estoy hablando desde el lenguaje de la caricia.
Me rodean otros brazos y me siento terriblemente sola
viviendo a ciegas
dando tumbos.

Busco tu tacto desesperadamente
pero estás tan lejos
que mis dedos no te tocan.

Sin embargo,
he de nombrarte
porque no hay distancia que no anulen las palabras.

Palabras, silencio, campana fúnebre

Se desprenden de mis dedos
cuelgan de mi lengua
las escupe mi boca
se me escapan por los ojos
las invento para nombrarte.

Son alfareras de nuestro universo
ese en el que habitamos vos y yo
donde amamos con dolorosa visión futura
esperando un cataclismo
la destrucción de un espacio mental sonoro.

Sufriré y vos lo sabés
no sabré qué hacer cuando se derritan los apelativos
cuando queden huérfanas las palabras.

Amor, un día se nos va a llenar de hastío la lengua
y callaremos
el silencio será campana fúnebre.

 

Selección de textos. Roberto Cifuentes

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