Imagen La Hora: Cortesía Suplemento Cultural
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Dennis Orlando Escobar Galicia

Desde 1897 al año en curso, nada menos que desde hace ciento veintiséis años, Napoleón Bonaparte (1769-1821), el emperador francés que sometió a casi toda Europa después de la Revolución Francesa sigue atrayendo a los cineastas para protagonizarlo como figura épica en sus producciones cinematográficas. En la actualidad –año de 2023- el filme “Napoleón” del británico Ridley Scott es uno de los más vistos y comentados a nivel mundial. 

La historia registra que en 1897, a tan solo dos años del surgimiento del cine en Francia, Alexandre Promio produjo un brevísimo filme sobre Napoleón Bonaparte. Cuarenta años después, en 1927, ya cuando el cine estaba robustecido, Abel Gance, cineasta francés, produce una película de cinco horas de duración sobre Napoleón, desde su infancia hasta su coronación como Emperador. Esta obra es considerada como cine de culto y clásica del cine mudo. 

En 1981 Stanley Kubrick proyectó una película en la que pensaba recrear la vida y las batallas más importantes libradas por Napoleón Bonaparte. Desgraciadamente todo fue un sueño porque por sus descomunales costos no se pudo llevar a cabo el proyecto. A Kubrick le atraía tanto la épica napoleónica como la vida sexual del personaje.

Este año el cineasta inglés Ridley Scott produce una nueva película sobre Napoleón, según los registros desde 1887 a la fecha hay casi dos centenares de filmes que tratan del personaje de marras, ya sea directa o indirectamente. La de Scott, de 158 minutos de duración, es protagonizada por Joaquín Phoenix, ganador del Óscar por su actuación en Joker (Guasón), y en el papel de Josefina la nominada al Óscar Vanessa Kirby. 

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“Napoleón” cuenta los inicios del General en jefe del ejército francés y su rápido ascenso de oficial a emperador de Francia por sus épicas batallas, así como su singular relación con su único y verdadero amor, Josefina, no obstante que no le dio descendientes.  Destaca seis de las muchas batallas y guerras que libró el líder militar, estudiado hasta nuestros días y cuya figura ha sido objeto de críticas odiosas y otras de halago exagerado.

Las primeras escenas son contundentes para mostrarnos la corrupción y el despilfarro de la monarquía absoluta y el hartazgo del pueblo por cambiar el estado de cosas. La escena cuando llevan a María Antonieta al cadalso es impresionante por el contraste: la arrogancia con que se conduce la que va a ser guillotinada y el frío actuar del pueblo para hacer justicia.  Nada de lloriqueos ni de temblores de manos de las mayorías para acabar con los deshonestos. “La piedad es para los inocentes, no para los villanos”, grita la masa.  

En esta película es evidente que el director quiso destacar las escenas de las batallas por ser lo más notorio en la vida de Bonaparte, considerado el prototipo de estratega militar. Algunos actos son tomados de las muchas pinturas que hay sobre el susodicho, por eso deslumbran los colores demasiado pictóricos. A ello se suma la música y los cantos de la época. La descarga de artillería y la algarabía de los combatientes le dan mucho realismo al filme, al punto que, en lo personal, hasta me pareció sentir el olor de la pólvora y la vibración en mi asiento.  

Me impresionó la escena cuando el hijo de Josefina llega a solicitarle a Napoleón la espada de su padre que ha sido guillotinado. Es acá donde empieza a surgir la relación con la que después fuera su esposa. Vale mencionar que ella era la mujer de Alejandro de Beauharnais (aristócrata, militar y político francés) y era seis años mayor que Napoleón.  La actriz que la personifica, Vanessa Kirby, luce extraordinariamente su belleza y con un peculiar cabello corto.  

Ridley Scott se permitió algunas licencias históricas para realizar la película y que no aparecen en los libros de historia, a saber: Napoleón no encabezó ninguna carga de artillería en la batalla de Waterloo, la batalla en el hielo de Austerlitz no fue descomunal masacre como la presenta la película, los disparos a las pirámides de Egipto jamás se dieron en la realidad. Estas y otras escenas han sido duramente señaladas por algunos críticos. Scott ha contestado tajantemente que “una película no puede ser una lección de historia”. También ha dicho que no debe olvidarse que el cine es, ante todo, espectáculo.  

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También la película contiene escenas que han sido muy cuestionadas por lo burdas, tal el caso las relacionadas con la vida sexual de Napoleón. La película presenta al General en jefe del ejército francés poseyendo bruscamente a Josefina por la “retaguardia”. Al preguntársele al director Scott el motivo, contestó que Napoleón también en el amor era impaciente, práctico y violento como en la guerra.

En lo personal, por algunas películas, reseñas y fotografías vistas en mi vida, tenía la imagen de un Napoleón de baja estatura (el verdadero medía 1.68) y algo rechoncho. En la cinta de Scott el Napoleón que escenifica Joaquín Phoenix (1.75) es más alto y esbelto, aunque un poco menor de estatura que Josefina, personificada por Vanessa Kirby.  

Con respecto a los sombreros o bicornios característicos de Napoleón, el diseñador de vestuario David Crossman se lució, en virtud de que, debido a que Scott es vegano, confeccionó las prendas con corteza de un árbol originario de Uganda. Los sombreros finalmente resultaron glamorosos y sin lugar a duda serán altamente apreciados por la crítica, al igual que los trajes que confeccionó a Joaquín, Josefina y demás actores principales del filme.

Lo cierto es que la película de Scott está dando de qué hablar. Catherine Porter del New York Times escribió: “…mientras que críticos británicos y estadounidenses expresaron halagos, los críticos franceses la consideran floja e históricamente imprecisa.” Y es que los franceses –al menos los que han comentado- desprecian al “Napoleón” del extranjero. No olvidar que la actual película es la versión de un inglés (Scott) y personificada por un estadounidense (Phoenix).  

Abandoné la sala cinematográfica cuando aparecían las últimas palabras que según la historia expresó al morir Napoleón Bonaparte: “Francia, Ejército, Josefina”. Delante de mí un par de jóvenes dialogaron en la penumbra:  

  •  ¿Qué te pareció la película?
  • Buenas las batallas porque me emocionaron. Heroico el Napoleón, pero de todas maneras perdió.  

 

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