Rodrigo Villalobos Fajardo es escritor, editor, periodista, gestor cultural, investigador archivista, comunicador y tallerista. En el 2011 creó su blog llamado «Tulipanes de plástico», donde expone contenido literario en género lírico, ensayo y narrativa corta de su autoría. Sus textos forman parte de las antologías de poesía Frente al silencio -Poesía- (Editorial Palo de Hormigo, 2014) y Antología poética 20-30 (La Waffle Ediciones, 2021). Fue cofundador y codirector editorial de la revista cultural y literaria La Fábri/k/ del 2018 al 2020. Es autor de los libros Poemas de un disquete (Testigo Ediciones, 2017) y Tulipanes de plástico (Pequeña Ostuncalco Editorial, 2018); ambos de poesía. En la actualidad, finaliza sus estudios de la Licenciatura en Letras en la Universidad de San Carlos de Guatemala.
|
Para que te quedaras conmigo
Cada vez que nos despedimos
gastábamos muchas más caricias
que horas juntos en siete días,
¡qué bello cuando nos despedíamos!
Me alegraba tanto verte sin horario,
no había reglas, ni distracciones
para los detalles sin ocasiones
¡qué daría por estar hoy en tu horario!
Gozaba la espera de tu mirada
cuando atendías con un beso
la felicidad de amarme sin tropiezo
¡y qué deleite era tu mirada!
Rogaba por tenerte conmigo,
te tuve y recorrí tus miedos,
me gané todo, hasta tus denuedos
¡pero no bastó para que te quedaras conmigo!
Stand by…
Tengo un domingo libre
en uno de mis bolsillos;
guardado en mi billetera,
se conserva intacto un café
para intercalarse con tus palabras;
hasta, hay un par de noches
colgadas en mi ropero
aún sin uso alguno.
Llevo añejas unas sábanas
que el estreno de tu calor corporal esperan;
conservo unos versos vírgenes
imperdibles para una mañana de lluvia;
incluso, me queda un bouquet
de coloridos aromas aterciopelados,
que espera tu voz para empezar a secar.
¿Para cuándo el día, la hora y el lugar?
La ilustración de tu imagen
Tus ojos de cristal
hacen de los dioses algo mortal;
tus cabellos dorados
parecen de hilo oro bordados;
tu sonrisa sincera
es de mi pasión una hoguera:
tu tez de delicado trazo
parece en un otoño el ocaso;
tú, eres perfecta en tu imperfección, tal cual eres,
como un atardecer de ensueño y sus lloveres…
Somos un divorcio
Somos un divorcio, cariño.
somos un manojo de besos mutilados,
cómplices y acrónimos emparejados,
un eclipse de caricias traslapadas y perpendiculares.
Sí, un divorcio,
de esos a medias y remendados,
negados
entre miradas torturadas de cruel espera.
Somos un divorcio,
uno de bienes mancomunados,
divorcio de distancias,
de llamadas deprisa colgadas.
Somos el divorcio sacado de un cajón llamado memoria.
Soy yo
Soy yo quien de ti se tiene que preocupar,
soy yo quien te tiene que consolar
cuando ya otro te ha de desilusionar,
soy yo quien te debe tranquilizar
cuando tu delicada salud se ha de alterar.
Aunque sé que eso podría no tanto llegarte a gustar
sabes que más conmigo que con otro puedes contar
y que más que cualquiera siempre te voy a amar.
Si lloviera
Si un poco más te quisiera,
en mi corazón, amor más no cupiera;
si más tiempo contigo estuviera,
incontable felicidad sobrada yo tuviera;
si un beso tuyo en mis labios hubiera,
pediría que, de gozo, ese momento no muriera;
si durante un mes, yo no comiera,
no sería tan malo, como si un día no te viera;
si yo no existiera…
Dime tú qué pasaría si yo no existiera…
Pero, cariño, si hoy lloviera,
certeza tienes que otro poema más, hoy te escribiera…
El peor ocaso
Desesperadas tardes con tu sueño,
el café de tus labios dulces
se derrama en un desvelo sin suelo
y la lámpara de tus ojos baja y sube.
Vivo las tardes pretendiendo tu olvido
Y sólo hallo el gris de una rutina,
cuando veo los poemas que para ti he sido
se baja el sol y me habla la luna cristalina.
Si se quema el jade de tu mirada
lograré dormir en los brazos de mi ocaso,
prometo tu cadera de mi mente dejar alejada
cuando por fin se apague el último faro.
Agonía
Agonía por ti, agonía sin ti,
Amor por ti, amor únicamente a ti,
Agonía por verte, agonía sin verte,
Amor que no duele, es perfume que no huele…
Amor, ausencia y necesidad
Te amo, te extraño, te necesito
por ser la realidad de mi mito;
por tener el complemente de lo que quito,
te amo, te extraño, te necesito.
Te amo como no tiene idea,
te extraño, aunque nadie lo crea,
te necesito cual forma sea,
pero aún no hay salida que mi amor vea…
Entrega
Para una dama: una rosa;
Para una princesa: un diamante;
Para una reina: una corona;
Para una diosa: un cielo;
Y para ti, inspiración: mi amor humilde, sincero y eterno.
Selección de textos Roberto Cifuentes Escobar.