Los especialistas en niños evalúan algunos puntos que consideran interfieren y dan pie a este comportamiento
Los especialistas en niños evalúan algunos puntos que consideran interfieren y dan pie a este comportamiento. Diseño La Hora

Martín y Tomás son hermanos, entre ambos hay algunos años de diferencia y en casa, nunca faltan las peleas y alegatos sobre cualquier tema; películas, deportes, videojuegos, privacidad, entre otros. Sin embargo, sus padres han notado que existe una constante rivalidad entre ambos y en demostrar quién es el mejor. Este caso no es muy lejano a ciertas rivalidades fraternas extremas reflejadas en la historia, la literatura, la metodología e incluso en la historia bíblica que documenta el conflicto sangriento de los hermanos Caín y Abel.

Así como el ejemplo anterior, hay varias historias que relatan la rivalidad entre hermanos, por supuesto unas se han ido a los extremos de no poder controlar su enemistad y terminaron en sangre sus contiendas. Las peleas entre hermanos durante la infancia e incluso adolescencia son normales, pero cuando ya sobrepasan la adultez suelen dar un poco más de alarma.

Los especialistas en conducta describen que este tipo de competencias por juegos, comida, atención son normales, siempre y cuando estén controladas y no afecten el estado psicológico de ninguno de los pequeños. Así mismo, los expertos han observado distintas variables y factores que intervienen y que generalmente son por sentimientos de celos y envidias.

Para los padres que se encuentran en esta encrucijada sobre a quién darle la atención, existen medidas para reforzar las conductas adecuadas como dedicar el tiempo adecuado a cada hijo, no compararlos, entre otros.

Hay varias historias que relatan la rivalidad entre hermanos
Hay varias historias que relatan la rivalidad entre hermanos. Diseño La Hora
¿CUÁLES SON LAS POSIBLES CAUSAS DE QUE EXISTA RIVALIDAD?

Aunque los hermanos comparten similitudes, cabe destacar que cada uno tiene su personalidad y es lo que lo diferencia de los demás. Pese a que han sido creados en los mismos ambientes, puede que no en las mismas circunstancias, por ejemplo, quizá la situación económica de los padres no haya sido la de la actualidad y que a un hijo le haya tocado vivir la crisis y al otro la abundancia, respectivamente.

Los especialistas en niños evalúan algunos puntos que consideran interfieren y dan pie a este comportamiento, en LH Bienestar te los presentamos.

LA DIFERENCIA DE EDAD

A mayor diferencia de edad, más se pueden intensificar los conflictos, por ejemplo, el hermano mayor quiere tomar las riendas de la situación y en esa medida ejercer dominio sobre su hermano, fuera del que le corresponde. O al revés, cuando este es menor, puede percibirse al otro como un rival y que supone una amenaza.

EL MISMO SEXO

Al igual que la edad, si son del mismo sexo, hay más probabilidad que los jóvenes vean al otro como igual, alguien que representa una competencia y con el que se debe competir para conseguir los deseos a partir de los roles de género.

SER EL HIJO MEDIANO

Aunque no lo creas, el orden de nacimiento también es una variable dentro del ámbito familiar que puede llegar a afectar. En muchos casos, los hermanos mayores son los que reciben “mayores atenciones” puesto que son los primogénitos y han gozado de un tiempo en el que no tienen que compartir a sus padres con nadie más.

Por consiguiente, los hijos medianos pueden recibir menos atención y como consecuencia actuar de modo llamativo para captar la atención de los padres. Esto depende de cada familia.

EL DIVORCIO

Un divorcio le da a la familia un cambio de 360 grados y los hijos no son excepción, el trato hacia los hijos puede ser variable o con preferencias hacia cada uno, por lo que hará que el niño podría vivir esta etapa con estrés y ansiedad, lo que derivará en una mala actitud.

¿CÓMO LOS PADRES PUEDEN MINIMIZAR ESTA ACTITUD EN SUS HIJOS?

Si bien es cierto, no existe un manual que describa las medidas para ser un padre perfecto, ellos suelen tener actitudes sin mala intención hacia sus hijos que pueden pasar por desapercibidas. Erin Sánchez, graduada en Psicología con mención en Psicología Clínica infantil y de adultos por la Universidad Autónoma de Barcelona, recomienda los siguientes puntos para disminuir y controlar la rivalidad entre los hijos.

NO COMPARAR

«Como hemos visto, la conducta de cada hijo variará aunque la educación recibida sea la misma. Es muy importante que ante conductas que realice mejor uno de los niños, no los comparemos, ya que este hecho aumenta la posibilidad de que se incremente la rivalidad», enfatiza Sánchez.

TRATAR A CADA HIJO DE MANERA PERSONALIZADA

“Intenta, en la medida de lo posible, tratar a cada uno de tus hijos según sus características, gustos, preferencias… A veces el mejor procedimiento no consiste en dar siempre lo mismo, sino adaptarlo a sus necesidades y deseos”, dice la especialista. También puntualiza que está relacionado con repartir el tiempo por igual para que se sientan escuchados y comprendidos.

Aunque los hermanos comparten similitudes, cabe destacar que cada uno tiene su personalidad
Aunque los hermanos comparten similitudes, cabe destacar que cada uno tiene su personalidad. Diseño La Hora
NO POSICIONARSE

Cuando los hijos están en peleas, y tú como padre intentas intervenir en la situación, Erin aconseja que intervengas sin dar la razón a ninguno de ellos, pues si sucede lo contrario, la rivalidad entre hermanos puede empeorar.

PREMIAR CADA LOGRO POR IGUAL

Para que el hijo se direccione hacia las conductas adecuadas, lo ideal es premiar los logros por igual. Un buen modo de actuación es premiar, reforzar las conductas adecuadas y extinguir las negativas.

Cuéntanos: ¿tú como logras lidiar con las peleas de tus hijos?

Artículo anteriorMachado consolida ventaja del 92% en primarias opositoras de Venezuela
Artículo siguienteFiscalía en la que trabaja el esposo de Porras y con pocos avances es ampliada