“Cada cabeza es un mundo” es un refrán que se usa para explicar y muchas veces justificar las formas de pensar y actuar de las personas que están a nuestro alrededor. ¿Cómo actuarías ante tal o cual situación? En sentido figurado, hay personas con carácter fuerte e inquebrantables, rígidos en sus decisiones y otras dóciles y flexibles en su actuar.
Según explica la conferencista y escritora mexicana, Terry Guindi, el pensamiento y el carácter son uno solo y este último es la suma de los pensamientos dominantes. Puesto que el carácter de una persona se revela y manifiesta en sus circunstancias, la conferencista afirma que el entorno de cada uno siempre estará en armonía con su estado interior. ¿Hacia dónde te ha conducido tu pensamiento crítico, flexible o rígido?
Asimismo, Guindi describe que las condiciones de una persona en un momento dado son indicador de la totalidad de lo suyo, y que las condiciones están íntimamente conectadas con elementos vitales de su pensamiento, el cual ha sido el causante de lo que hoy es. ¿Pensamiento crítico, flexible o rígido? ¿Con cuál te identificas?
PENSAMIENTO CRÍTICO
La conferencista plantea que cada persona está donde está por decisión propia y que los pensamientos que han moldeado su carácter la han llevado ahí. Esto es válido tanto para aquellos que se sienten decepcionados con el mundo que los rodea, como para quienes están satisfechos con él, describe.
Por lo que desde una perspectiva más moderna, el concepto refiere que este pensamiento se entiende como la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en especial cuando se trata de aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana.
Este ayuda a discernir entre muchos argumentos y buscar una respuesta válida para desmontar prejuicios y distinguir la información de valor. Los expertos consideran que este pensamiento se puede adquirir, resulta más fácil hacerlo en la etapa de la infancia, ya que en la vida adulta se vuelve más complicado.
Recomiendan ejercitar con ejercicios de información, buscar detalles, matices y contrapartes. Una buena forma de practicar con la curiosidad, hacerse preguntas y contrastar con fuentes. Siempre en la línea de tus propias creencias.
PENSAMIENTO FLEXIBLE
Muchas personas consideran que este pensamiento es una competencia, ya que es abrirse a nuevas formas de ver la vida, para ver, comprender o interpretar la realidad desde los diferentes puntos de vista. Favorece a las sociedades adaptarse mejor a su entorno dinámico, generando cambios innovadores que incidan en la calidad de su vida.
La flexibilidad mental es, realmente, acerca de la adaptabilidad y capacidad propia para cambiar los pensamientos de lo abstracto a lo específico, con el fin de responder eficazmente a cualquier situación dada.
PENSAMIENTO RÍGIDO
Por su parte, lo consideran impenetrable, ya que no está preparado para someterse a discrepancias, es arrogante y se cree poseedor de la verdad y se resiste al cambio. Le cuesta cambiar de opinión.
Tienen una decisión puntual para esta persona, no tiene puntos medios, prefiere tener todo bajo control, se resisten al cambio, las dudas y la revisión de sus propias ideas, valores y creencias.
¿CUÁNDO SE PUEDE NEGOCIAR?
Cada persona tiene su propia visión de ver las cosas, por su parte hay ocasiones en las que debes cambiar tu mentalidad para afrontar y sobrellevar las situaciones de la vida. Si quieres optar por un pensamiento más flexible y llegar a un punto de negociación, los expertos recomiendan entrenar tu flexibilidad con estos puntos:
Observar que está pasando esta vez, sé curioso y amplía tu visión sobre la situación presente.
Observa sin juicios, antes de valorar las cosas como bueno/malo o correcto/incorrecto, trata de parar un momento y ver qué está sucediendo contigo en esta circunstancia concreta.
Antes de renunciar o enfadarte porque algo no ha salido como esperabas o como sale siempre, intenta pensar en otras posibles opciones para resolverlo.
No te centres en valorar y pensar sobre un solo aspecto de la situación, ni negativo ni positivo, trata de analizar qué está sucediendo en todos los aspectos de esa situación en concreto.
Sé realista, no puedes controlarlo todo y las cosas no van a salir siempre como quieres, por más que te esfuerces en planearlo. Comprender que el futuro no existe y que no sabes lo que te va a pasar te va a permitir centrarte en el presente y en resolver lo que va apareciendo en cada momento.