Símbolo de peregrinaje: Posadas, tamales y ponche

Entre tambores y chinchines se escucha la llegada de la tradicional posada, representativa del peregrinaje de José y María, en búsqueda de un lugar para pasar la noche. El aire nocturno es propicio para que las personas de los barrios y pueblos de Guatemala recorran los vecindarios para hallar un sitio para resguardarse.

Durante los nueve días previos a Nochebuena, el grupo de peregrinos carga una pequeña anda con María y José, y cada noche visitan tres casas. En las primeras dos viviendas se les niega la entrada; pero en la última, el anfitrión recibe a quienes piden posada.

Ellos dejan el anda junto al nacimiento (en otros países se le conoce como Belén, por el lugar en el cual nació Jesús) mientras los asistentes degustan los aperitivos que preparó el dueño de la casa, entre estos ponche, tamales, y otros platillos tradicionales guatemaltecos.

Asimismo, las posadas representan un buen momento de convivencia para familiares, amigos y vecinos de la comunidad durante las actividades de fin de año.

 

Por otra parte, algunas personas mencionan que cuando la Virgen María estaba a punto de dar a luz, pasó pidiendo posada.

La tradición indica que era urgente encontrar un sitio para que naciera el Niño Jesús. Pero después de tocar varias puertas no encontró otro lugar más que un establo en donde finalmente dio a luz.

DINÁMICA

Al llegar a la casa, los peregrinos tocan la puerta y entonan: “En el nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada”. Las personas que están dentro de la vivienda entonan otro cántico en respuesta: “Entre santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón, aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón”.

Seguido, se lee un pasaje bíblico y se degusta del refrigerio. Al día siguiente otros peregrinos van a pedir posada a otra casa, así hasta completar la novena.

HASTA LLEGAR A “BELÉN”

Del 16 al 24 de diciembre, el esplendor de los faroles anuncian las posadas, que a su vez abren la puerta a la llegada del Niño Jesús.

El sonido de los cánticos, tambores y la infaltable “tortuga” armonizan el recorrido. Estos nueves días simbolizan los nueves meses de embarazo de la Virgen María.

Durante los nueve días previos a Nochebuena, el grupo de peregrinos carga una pequeña anda con María y José. Foto: La Hora / José Orozco

Cada día, la posada tiene un elemento diferente en torno a la Natividad, hasta que finalmente el 24 de diciembre llega al Portal de Belén.

HISTORIA

Pedro de San José de Betancur introdujo en Guatemala las posadas en las tradiciones navideñas para recordar la travesía de María y José en su viaje a Jerusalén como motivo de obedecer el censo romano y el nacimiento del Niño Jesús, que debía en Belén.

Cuéntanos, ¿Qué es lo que más te gusta de las posadas?