Las mujeres y la escritura. Foto La Hora
Carla Natareno Letona

Noni Benegas (Argentina 1951), una académica, escritora, traductora y sobre todo feminista, realizó un hermoso estudio donde reúne a un buen número de escritoras que forman parte de la poesía en España, llamado Ellas tienen la palabra. Las mujeres y la escritura, editado por el Fondo de Cultura Económica en 2017, dentro de su colección Centzontle.

Si bien es cierto, esta antología cuenta la historia de la poesía española, puede servir de reflexión sobre la literatura de nuestro país.

Noni Benegas en su prólogo relata cómo comenzó su estudio con modestia y mientras avanzaba se dio cuenta que debía dejarlo atrás y darle voz a quienes vivieron en las sombras y en el silencio por años. Como ella misma reflexiona: Acostumbrada, pues, a no contar, yo no me daba cuenta de la invisibilidad, realmente. Para decirlo con una imagen: no veía que la reina estaba desnuda.

Así, bajo esa nueva revelación se percata que el canon literario en pleno siglo XX formó tres arquetipos de mujeres: la mujer madura que seduce en espacios cerrados, la que se suicida por amor y la poeta musa incorpórea.

También menciona el famoso estereotipo de escribir como mujer, porque no pueden hacerlo como hombres…reduciendo a las mujeres a escribir solo de un amor, el cual por supuesto, está influenciado bajo la mirada masculina.

En ese momento, las antologías tuvieron un papel fundamental en la carrera de estas autoras, porque al no poder publicar individualmente, lo hacían reunidas en estos catálogos que tuvieron el tino de exhibir el trabajo de estas mujeres.

La historia continúa y Noni narra cómo a través del tiempo las poetas se las tuvieron que ingeniar para hablar de otro tema que no fuera ese amor romántico o místico, un argumento que incomodó a la sociedad de la década de 1970: cuando las mujeres empezaron hablar del cuerpo, ese territorio ajeno y propio.

 

Las que escribieron sobre la mujer desde una perspectiva erótica o existencial siempre serán tachadas de locas, intensas o exageradas. Es más “fácil” argumentar que, bajo la histeria femenina no hay que leerlas porque “pueden contaminar a otras” y nadie quiere una excéntrica en su casa. Es irónico que esa postura continúe, como si las mujeres no tuviéramos necesidades físicas o dudas sobre la vida.

Dentro de las páginas del libro se lee cómo los medios de comunicación contribuyen a formar una imagen equivocada del cuerpo de la mujer, y en ese tema los hombres también nos llevan ventaja, porque ellos no hablan de sus cuerpos, mucho menos cuando llegan a cierta edad. En el caso de las mujeres, la apariencia no tiene tregua.

Este recorrido de Noni Benegas es un regalo no solo literario, es un panorama sobre el poder de la palabra en la vida de las mujeres, bien lo dice Virginia Wolf en su famoso ensayo Habitación propia: debemos escribir, si logramos plasmar en hojas en blanco lo que sentimos, podemos encontrar una maravillosa herramienta que nos recuerda que estamos vivas.

Este libro me hizo reflexionar sobre lo importante que es usar la palabra, porque es nuestra aliada. ¿Se imaginan si todas estuviéramos dispuestas a contar, revelar el secreto o llenar hojas y hojas con las heridas que nos han sembrado? Con la mínima posibilidad de querer decir las cosas, ellos temblarían de miedo, así de poderosas son nuestras palabras.

Ha llegado el momento de no permanecer calladas.

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