En el primero momento, todo cambio en el sistema clínico y epidemiológico de la información.
En el primero momento, todo cambio en el sistema clínico y epidemiológico de la información. Foto: Cortesía
  1. La revolución de la información

Los sistemas actuales administrativos, clínicos y epidemiológicos de información del MSPAS y del IGSS son malos y tienen serias falencias, que no solo no permiten su adecuado uso, sino que son limitantes en documentación y análisis. En el futuro inmediato y gracias a la inteligencia artificial, se espera que la cantidad de información médica y sanitaria y datos individuales y de población se disparen. El desarrollo estará impulsado por el hecho de que se obtendrá muchos más datos sobre cada ciudadano, en parte en forma de mayores datos de registro, incluidos datos genéticos, en parte en forma de datos recopilados a través de sensores, dispositivos portátiles, redes sociales y seguimiento por GPS y vigilancia. La combinación de grandes cantidades de datos y el uso de inteligencia artificial, creará una oportunidad única para encontrar correlaciones en datos basados ​​en hipótesis no preestablecidas clínicas y epidemiológicas y planificar mejor el desarrollo y organización de los servicios clínicos y sanitarios.

En el primero momento todo cambio en el sistema clínico y epidemiológico de la información, creará una nueva visión de la problemática de la salud y la necesidad de nuevas normativas al respecto.

Un segundo aspecto de cambio esperado en los próximos años, es que la mayor cantidad de datos, la digitalización y el uso de la inteligencia artificial, provoquen una transformación significativa del sistema nacional de salud, ya que el desarrollo del sistema de información creará el marco para nuevas formas de abordar el sistema clínico y sanitario, nuevos flujos de trabajo y la automatización de una serie de tareas laborales. 

En tercer lugar y, por lo tanto, habrá un fuerte aumento en el uso de aplicaciones de salud y consultas virtuales de pacientes y profesionales de salud para compartir conocimientos, monitorear la condición física y monitorear enfermedades y síntomas, adecuar tratamientos clínicos y cambios sanitarios. Además, en el futuro los pacientes y los médicos, tendrán acceso a instrumentos avanzados de apoyo a la toma de decisiones, en forma de soluciones inclusive.

Es claro que médicos, pacientes y público en general, estarían bombardeados con datos, pero para que estos sean de beneficio para el ciudadano y la sociedad, es crucial que los datos estén estructurados y condensados con usos y fines claros y diferentes. Es indudable que esto cambiaría la relación profesional de salud-paciente, población-salud. Esto requiere la creación de una nueva infraestructura de en primer lugar de datos, que permita conectar fuentes de datos diferentes. Sin embargo, es de reparar en segundo lugar que la recolección y uso de datos e información, generará problemas de confidencialidad y seguridad que dificultan la construcción de dicha estructura. En este sentido, se requiere una regulación política más estricta de las aplicaciones de salud y las herramientas de apoyo a la toma de decisiones para proteger a los ciudadanos.

En cuarto lugar, los cambios y modificaciones al sistema de salud, no dejarán de crear temor profesional ante los dos sistemas que involucran el sistema nacional de salud: público y privado. Varios profesionales de la salud (necesidad de modificar pensum y formación académica) temen que la digitalización y el desarrollo tecnológico estén en proceso de superar al servicio de salud pública y privada actual. Sin embargo, serán necesarios un nuevo y más amplio acuerdo entre los mercados públicos y privados y el derecho a su información del ciudadano; esto adquirirá mucha más importancia que hasta ahora se hace, ya que aquí tendrá lugar el principal desarrollo de las soluciones tecnológicas y resolución de problemas con mayor participación del ciudadano, por lo que este tendrá un gran interés en acceder a datos. En este sentido, una tarea importante para el servicio público de salud es lograr que los actores en ambas vías prestador de servicio-individuo/población sean actores activos, beneficiándose así, entre otras cosas, de todos los datos que los propios ciudadanos recopilan.  

Finalmente, la investigación en tiempo real y grupos específicos facilitada por la información, generará un sistema más rápido, más preciso, más útil, en que participan tanto investigadores como médicos y población desde recolección de información hasta análisis y ello redundará en menor costo y mayor beneficio individual y social. 

  1. La bendición y la maldición de la tecnología sanitaria y clínica

Alguien ha dicho que el sistema sanitario está en la transición de la era mecánica, de la gran generalidad a la gloria de la ingeniería biológica. Por lo tanto, se espera que, en los próximos años, la ingeniería genética y la biología molecular revolucionen la atención sanitaria. De hecho, ya lo vimos y vivimos con las nuevas vacunas y en el cáncer y algunas enfermedades crónicas, en cómo el desarrollo biotecnológico, ha creado la oportunidad de desarrollar tratamientos individuales en base al perfil genético del individuo. Además, se están creando las bases para poder desarrollar nuevos tratamientos que ataquen errores en la masa genética, a diferencia de las medicinas más tradicionales que compensan los desequilibrios del cuerpo. Por lo tanto, se espera que el desarrollo biotecnológico en los próximos 10 a 15 años contribuya a un cambio de paradigma en el sistema de salud que conducirá a:

  • Los tratamientos sean cada vez más individualizados
  • El sistema de salud se centrará en la prevención y la salud más que en la enfermedad interpretación y potenciales controles a base de medicamentos y usos.

¿Medicina personalizada? Temor de la academia y el sistema actual, que ni por asomo tiene la preparación y organización para ejercerla, pero no hay peor temor que la ignorancia. Por un lado, se puede esperar que la medicina personalizada conduzca a un menor consumo de recursos. El tratamiento dirigido significará que, en igualdad de condiciones, el paciente obtendrá el efecto del tratamiento más rápidamente y, por tanto, una reducción de los costes del tratamiento. 

Por otro lado, la revolución tecnología o más bien el conocimiento que hace posible el desarrollo de la medicina personalizada, generará un mayor consumo de nueva capacitación profesional y un sistema de información nuevo y más abierto a una participación individuo/sociedad-profesional de la salud y mas que más recursos, estamos hablando de nuevos recursos. Por ejemplo, la mayor comprensión de la conexión entre nuestros genes y las enfermedades, abrirá la puerta a nuevos métodos de tratamiento para enfermedades para las que actualmente no existe tratamiento, así como al reconocimiento de enfermedades completamente nuevas. Además, se puede esperar que surja una mayor necesidad de una secuenciación continua de ciudadanos individuales. 

Por último, pero no menos importante, la fijación de precios de los medicamentos será un desafío político industrial apasionante. Algo ya existe en el ambiente, por ejemplo, ya está en desarrollo fuerte, la identificación de biomarcadores para cada enfermedad individual, y cada día se desarrollan más pruebas de biomarcadores válidas. Esta metodología es absolutamente crucial para aprovechar el potencial de la medicina personalizada. Además, será necesario vincular los datos genéticos con al menos otros datos de salud, pero también preferiblemente con datos socioambientales.

Hay algo más en este tema, que ya se respira en el ambiente no solo académico sino también salubrista. El mayor conocimiento de las bases genéticas de las enfermedades y de la biología molecular, cada día desafía más la taxonomía de enfermedades utilizada actualmente. Para explotar todo el potencial de la comprensión actual de los adultos sobre la conexión entre la biología molecular y las enfermedades, será necesario repensar la taxonomía actual y de las enfermedades.

Es pues evidente que, ante esos aspectos arriba mencionados, cabe superar una trasformación del sistema de salud, pensando en un sistema sanitario que prestará más atención a la salud que a la enfermedad. Según muchos, este desarrollo será, entre otras cosas, una consecuencia natural de la tecnología, el análisis epidemiológico más fuerte, que se espera que en los próximos años sea capaz de rastrear muchas más enfermedades antes de que surjan.

El análisis epidemiológico más fuerte, que se espera que en los próximos años.
El análisis epidemiológico más fuerte, que se espera que en los próximos años. Foto: Cortesía
  1. El nuevo consumidor de salud

Dentro de poco observaremos al fin del consumidor global a algo más específico gracias a la tecnología y la comunicación. En relación al individuo potencial futuro consumidor, hay dos tendencias centrales. La primera tendencia es que los ciudadanos del futuro tienen mayores expectativas sobre el sistema sanitario, en parte en relación con lo que pueden esperar de lo que será su vida de salud futura y el tratamiento, en parte en relación con estar informados e involucrados. Esto impondrá nuevas exigencias y preparación al personal sanitario, sobre todo en relación con sus habilidades de comunicación.

La segunda tendencia es que los ciudadanos y los pacientes se conviertan en actores activos del sistema sanitario del futuro. En el futuro, la sociedad necesitará que los ciudadanos asuman en mayor medida la responsabilidad de su propia salud. La digitalización general de la sociedad respaldará este desarrollo y, en general, también se considera que los ciudadanos están interesados ​​en asumir responsabilidades. Sin embargo, los ciudadanos necesitarán nuevos conocimientos y habilidades para poder llevar a cabo la tarea, y no se espera que todos los ciudadanos sean capaces de hacerlo. 

No está claro si el aumento de la tecnología, la digitalización y la participación crearán menos o más desigualdad en salud. Por un lado, se puede esperar que la tecnología haga que el sistema sanitario sea más accesible para los ciudadanos, a quienes hoy en día el sistema sanitario tiene dificultades para llegar. Lo ideal es que al permitir que los ciudadanos que pueden cuidar de sí mismos lo hagan, haya más recursos para los ciudadanos que, por diversas razones, no pueden acceder ahora al sistema.

Por otro lado, existe el temor de que algunos ciudadanos no puedan captar las soluciones tecnológicas y, por tanto, no sean incluidos en el sistema sanitario. Para captar a este colectivo de ciudadanos, se considera central que se ofrezcan soluciones diferenciadas, donde la comunicación esté adaptada y dirigida al individuo y su grupo y a la correspondiente oferta de tratamiento sanitario y clínico acorde a un modo y sistema de vida.

Aspectos modificables previstos

Con base a lo dicho en esas cinco secciones. Usando sus tendencias se puede considerar centrales en la evolución sanitaria como de los sistemas de salud lo siguiente:

  • Habrá más personas mayores y aumentará el número de personas con pluripatología.
  • La recopilación y el uso de datos crecerán significativamente, especialmente el uso de datos recopilados por el propio sistema de salud.
  • Los ciudadanos tendrán un papel mucho más central en su propio tratamiento y, en particular, habrá grandes expectativas de que todo se trabaje con mayor equidad e igualdad.  
  • Los ciudadanos exigirán más al sistema sanitario.
  • Habrá una democratización de la tecnología y el conocimiento. Los ciudadanos estarán mejor informados que hoy, lo que creará espacio para una cooperación equitativa entre ciudadanos y personal de salud.
  • Habrá una importante difusión en el uso de soluciones digitales.
  • Aumento del uso de la robótica en la asistencia sanitaria.
  • El sistema sanitario será proactivo en lugar de reactivo, la atención se centrará en la salud más que en el tratamiento, los ciudadanos deben mantenerse sanos y en forma.
  • Los ciudadanos y los médicos utilizarán cada vez más diversas herramientas de apoyo a la toma de decisiones en línea.
  • Más cursos individuales de prevención y tratamiento, como resultado de lo cual habrá mejores oportunidades de aprovechar el conocimiento sobre el patrimonio genético de los pacientes.
  • Se automatizarán algunas tareas laborales, tanto médicas como de servicios. Al mismo tiempo, la tecnología creará nuevas tareas, ya que la nueva tecnología dará como resultado nuevas investigaciones y tratamientos.
  • La medicina personalizada también desafía la forma tradicional de aprobar la medicina. A medida que aumente nuestro conocimiento del genoma y la conexión entre diversos biomarcadores y enfermedades, surgirán una serie de dilemas éticos que la sociedad en su conjunto deberá abordar.

 

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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