Nuevas oportunidades laborales cómo enfrentarse al primer día de trabajo
Foto: La Hora.

En Guatemala, de las muertes observadas sobre la mediana esperada en 2022, la mortalidad tuvo un 16% de exceso. Al desentrañar de qué tipo de población ese exceso provino, observamos que el 27 % se presentó en mayores de 65 años; 26 % se presentó en hombres mayores de 65 años y 29% en mujeres mayores de 65 años. ¿Qué significado le podemos encontrar a esto? desatención o mala atención de los servicios en mayores de 65 años, o impactos mayores de eventos que ocurren en el adulto mayor antes de que alcancen los 65 años y ese evento cuál puede ser ¿un modo y estilo de trabajar? Posiblemente y por eso hablaremos de ello acá.

En Guatemala de 1990 a 2019, las muertes por diabetes y neoplasias muestran un incremento alarmante de 6.43 a 37.9 y de 42.6 a 71.6 muertes respectivamente por cada 100 mil habitantes, respectivamente. Podemos concluir entonces que tanto la tasa de mortalidad por diabetes como por enfermedades del sistema circulatorio y cánceres tienen tendencias crecientes entre 2005 y 2020 a lo largo del país . ¿Por qué? El ambiente laboral puede estar pesando en esto, pero en nuestro medio, el ambiente laboral en función de enfermedad y bienestar es poco atendido por autoridades y contratistas. En efecto, hay tres situaciones a las que el sistema nacional de salud (SNS) debe prestar mejor atención:

• El personal de atención de salud y atención primaria (en otros niveles también) atiende personas con riesgo o con una enfermedad potencialmente relacionada con el trabajo y para darle la debida atención, debería estar capacitado para atender y monitorear estos problemas. El SNS invierte poco en esto, generando grandes cargas y costos económicos que podrían evitarse.

• Es frustrante que empleadores y empleados, incluso sus organizaciones representativas como los sindicatos y otras autoridades que llevan a cabo actividades en el ámbito del entorno laboral o de accidentes laborales, no se hayan percatado aun de la necesidad de un programa nacional de medicina laboral y de las repercusiones que ello podría tener en la economía nacional e individual.

• Finalmente ni investigadores, ni profesores de universidades, colegios y municipalidades, tampoco financistas de la investigación o compañías de seguros, han incursionado en este campo con el fin de sacar mejores dividendos.

De tal manera que ya es hora que la combinación y la conexión entre exposición laboral y enfermedad y la descripción de Estadísticas, sea motivo de interés primordial en el SNS y que éste empiece a tomar en cuenta que debe con prioridad, incorporar la medicina laboral, como una rama de máxima importancia, en el manejo del sistema de salud de la población.

¿Qué sabemos sobre el impacto del sexo en lo laboral?
Conocido es desde hace décadas, que las mujeres y los hombres con una exposición similar en el trabajo, desarrollan el mismo aumento relativo de enfermedades cardiovasculares pero la severidad y las consecuencias pueden ser diferentes. Por ejemplo, durante los años de trabajo, el riesgo de que los hombres sufran o mueran a causa de un ataque cardíaco agudo o un derrame cerebral, es aproximadamente el doble que el de las mujeres. Por consiguiente, el entorno laboral y las enfermedades cardiovasculares, deben ser tanto mejor estudiadas como atendidas y prevenidas. Lo visto en enfermedades cardiovasculares, se aplica también a otras de carácter metabólico y maligno como el cáncer y en todas se hace necesario relacionar lo mejor posible riesgos laborales, para demostrar estadísticamente conexiones seguras y una mejor atención clínica y preventiva.

Pero hay un elemento a considerar en este tema: mujeres y hombres en la misma profesión, a menudo realizan no solo tareas diferentes sino por diferentes estilos de vida, los riesgos suman de manera diferente ante patologías similares. Eso podría explicar las diferencias de mortalidad y morbilidad cardiovascular, por ejemplo, pues todo ello lo que significa es que soportan cargas desiguales. Además, las mujeres trabajan en mayor medida en reuniones y contactos con personas, lo que muchas veces supone una carga psicosocial. Finalmente, en muchas inspecciones de los lugares de trabajo a lo largo y ancho del mundo, se ha observado que las mujeres y los hombres, soportan cargas diferentes porque las herramientas, los equipos de protección y los puestos de trabajo a menudo no están adaptados para las mujeres.

La combinación del conocimiento sobre la conexión entre exposición, enfermedad y ambiente laboral, enfatiza claramente que la exposición es diferente entre los sexos e indica que es esencial considerar simultáneamente todos esos aspectos, en el análisis y la planificación de diferencias en salud y enfermedad laboral entre géneros.

La importancia de la exposición psicosocial en el entorno laboral
Este tema se ha tratado en varias investigaciones, pero resulta de pobres planteamientos, toma de decisiones y accionar en las instituciones del sistema de salud. Más que tratar de solucionar riesgos, se trabaja sobre los resultados de las exposiciones. La esfera privada, como la familia y las actividades de ocio, los desplazamientos al trabajo, puede en este contexto ser a la vez protectora y preventiva, pero en política nacional no se tocan como tales, aunque se sepa que su carencia o mal funcionamiento, son factor de riesgo tanto para mujeres como para hombres. Por ejemplo, en la literatura científica sobre el entorno laboral y las enfermedades cardiovasculares son principalmente las demandas psicológicas, las posibilidades de control y la combinación de éstas, las que se han estudiado desde una perspectiva de género. En la mayoría de los estudios, se ha descubierto que el nivel de exigencias psicológicas se percibe como el mismo para hombres y mujeres, pero consistentemente las mujeres han tendido a reportar menos oportunidades de controlar la situación laboral que los hombres. Ha sido particularmente claro en el aspecto del control que se relaciona con la posibilidad de influencia como los elementos sociales mencionados.

Hay que partir de un hecho que es evidente. Las personas y los sexos también, pueden tener actitudes y reacciones muy diferentes ante una organización determinada o ante algo que sucede en la interacción con otras personas. Lo que una persona experimenta como estimulante, se vuelve aterrador para otra, dependiendo de las experiencias previas y las condiciones individuales. Debido a que existe una gran variación individual en la forma en que una persona reacciona ante factores organizacionales y psicosociales, a menudo es difícil categorizarlos y medirlos de manera objetiva. Pero ello tiene un resultado tanto en lo laboral como en la salud. Realizar su propia evaluación y valoración, así como determinar una intervención adecuada, es función de la medicina laboral.

Ocupaciones y lugares de trabajo
Este es otro tema fundamental para la salud laboral. En algunos estudios se ha realizado una estimación de la exposición en función de la ocupación (matriz trabajo-exposición). En esto existe un problema: la clasificación de ocupaciones y su matriz, puede ser diferente entre sexos especialmente si se supone que en un mismo trabajo hombres y mujeres tienen las mismas tareas. Además, algunos de los modelos utilizados para medir la exposición psicosocial en el lugar de trabajo, se basan en situaciones laborales típicamente masculinas, lo que puede llevar a que la exposición de las mujeres se estime incorrectamente o se mida con menos precisión. Tal caso ocurre, por ejemplo, cuando se habla de acosos de todo tipo.

El mercado laboral suele estar segregado por género y en muchos mercados laborales, los lugares de trabajo, a menudo están diseñados para adaptarse a las personas que constituyen la mayoría.

Otro elemento fundamental entre trabajo y salud tiene que ver con pertenecer a un grupo étnico minoritario en una profesión o en un lugar de trabajo, algo que rara vez se incluye en el modelo de atención a la medicina laboral y en los factores de riesgo, sobre todo si hablamos de los psicosociales y la mala salud en el lugar de trabajo.

El estrés
Si sumamos lo psicológico a lo ambiental en lo laboral y en un individuo, nos topamos con una palabra que significa mucho; el estrés.

En forma sencilla su comprensión cae en el campo de la fisiología. El estrés suele fisiológicamente definirse como una reacción de movilización del individuo ante situaciones que requieren energía. La respuesta y reacción que se da por el organismo es producto de una interpretación provocada por fenómenos tanto positivos (desafíos) como negativos (amenazas) y la experiencia previa ante los fenómenos que lo provocan. Pero una cosa si es clara: todos damos una respuesta al estrés para salir adelante en la vida. En el cuerpo, esto materialmente significa la redistribución de la sangre a los músculos y el cerebro y un aumento del contenido en sangre de ácidos grasos y dextrosa. Al mismo tiempo, para que ello se dé, se produce una adaptación en el sistema inmunológico, la coagulación y las hormonas. Esto sólo se vuelve patógeno, si la reacción es duradera y no se intercala con períodos de recuperación. Las condiciones que aumentan el riesgo de reacciones de estrés a largo plazo y sin oportunidades de recuperación, se denominan factores estresantes. En consecuencia: Todos los factores psicosociales, de condiciones de trabajo que parten desde movilización al área de trabajo, pueden transformarse en factores de riesgo estresantes.

Desafíos
Creo que se hace necesaria la apertura de una sección muy específica dentro del SNS que se denomine epidemiología laboral y reforzar las secciones existentes de análisis e intervención, teniendo como centro la investigación.

Es complicado estudiar la conexión entre el medio ambiente laboral y la enfermedad. Existen muchos factores de confusión a considerar en esas investigaciones, pero central en ello son el género y la edad lo que no elimina a otros de igual importancia como condiciones sociales y económicas (como la educación y los ingresos), los hábitos de estilo de vida (como el ejercicio y el alcohol) y otros factores individuales (como las comorbilidades y el estado físico, vivienda).

Resumen
Hay tanta investigación de alta calidad que muestra vínculos claros entre los factores del entorno de trabajo y las enfermedades cardiovasculares, metabólicas, mentales, cánceres y otras.

Por consiguiente:
Las cuestiones de salud y laborales necesitan abordarse de manera más activa y las instituciones gubernamentales y no gubernamentales deben tomarse estas cuestiones más en serio.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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