Entre el millón de inquietudes que se presentaron en medio de la pandemia de COVID-19, estaba en la mente de todos "refuerzo del sistema inmunitario". Foto La Hora: Cortesía.

 

COVID: Una enseñanza reciente al respecto

Entre el millón de inquietudes que se presentaron en medio de la pandemia de COVID-19, estaba en la mente de todos «refuerzo del sistema inmunitario». Claro que las campañas publicitarias al respecto ya existían de antes y abundantes en los medios de comunicación y en las redes, pero estas campañas se incrementaron en cientos de días para ayudar a la gente a protegerse de enfermarse. La idea de tomar un suplemento poderoso o cargarse con cierta súper raíz, hoja, fruta, preparación o medicamento químico, eléctrico o magnético, para darle a su sistema inmunológico un impulso adicional en este momento, llegó a todos y todas las conciencias, convenciendo a la mayoría de las bondades de los productos e incrementando ventas y costo de manera astronómica en algunos de ellos como medio de evitar infectarnos e infectar a los demás.

Las afirmaciones de que este o aquel producto puede aumentar inmediatamente su sistema inmunológico, a menudo siguen rápidamente a las endemias, epidemias y grandes pandemias, pero debemos ser claros, ni médicos ni científicos casi nunca nos cercioramos si funcionan, ni tampoco en cómo funcionan. Y hay algo paradójico en esto: cuando consideramos cómo funciona el sistema inmunológico, la idea de darle un impulso rápido no tiene mucho sentido. Para decirlo un poco sin tapujos: para muchos expertos en el tema de la inmunología, claro que el sistema tiene una respuesta corta a un fenómeno de ataque externo al organismo, pero es fundamental si hablamos de salud del sistema inmunológico, la respuesta un poco más larga y en ambos casos, pareciera que no existe un refuerzo mágico del sistema inmunitario para lograrlo; un ataque agudo de algo extraño, cuenta con medicamentos para apoyar respuestas, pero son curativos no preventivos. En un mal nutrido, ciertas funciones y estructuras inmunológicas pueden estar alteradas y en pacientes con enfermedades crónicas también y lo que se necesita saber sobre cómo respaldar mejor su sistema inmunitario así dañado, ha llevado al médico a apoyar al organismo corrigiendo esas anomalías primero en caso de mal nutridos proporcionándole los macro y micronutrientes adecuados y en caso de enfermedad orgánica tratando la enfermedad.

¿Cómo funciona el sistema inmunológico?

Resumiendo, rápida y coloquialmente el tema: El sistema de defensa de su cuerpo, se puede dividir en dos partes principales: innata y adaptativa. El sistema inmunitario innato es la primera línea de defensa: una serie de barreras que impiden que cualquier intruso ingrese al cuerpo y en primer lugar incluye cosas como la piel, las mucosas y el reflejo de la tos, la misma fiebre y otras funciones. El sistema inmunitario adaptativo es más específico, explican los expertos y utiliza células especializadas para montar ataques dirigidos contra los invasores que ingresan sean bichos o substancias químicas. También desarrolla «células de memoria» que recuerdan esos patógenos y químicos para que puedan combatirlos de manera más rápida y efectiva la próxima vez y momento en que se encuentran con ellos. Mucho de cómo su sistema inmunológico responde a los patógenos y químicos, hoy depende de lo que sucedió en el pasado.

Si bien los conceptos básicos de un sistema inmunitario funcional son universales, las fortalezas y vulnerabilidades del sistema inmunitario de cualquier individuo, varían naturalmente según factores fuera de su control. Parte de esta variación es genética, mientras que gran parte está influenciada por los tipos de virus y bacterias y químicos a los que está expuesto durante su vida (naturalmente y mediante vacunación en el caso de microorganismos) y, por lo tanto, las células de memoria que ha creado su sistema adaptativo. Es por eso que algunas personas son mejores para combatir ciertos tipos de infecciones virales o bacterianas que otras.

¿Tiene sentido «reforzar la inmunidad»?

Si bien gran parte del sistema inmunológico se basa en factores predeterminados, ¿hay alguna forma de afectar su funcionamiento actual? No se puede ser concluyente sobre esto, con un sí o un no; pronto hablaremos sobre lo que funciona, pero es importante tener claro lo que definitivamente no funciona, al menos desde un punto de vista teórico básico.

Para empezar, su sistema inmunitario no es algo único que podamos inflar a pedido, es un sistema complicado y altamente evolucionado. Nuestro sistema inmunológico es asombroso y realmente sabe lo que está haciendo. Hay tantos tipos de células involucradas, esa es una de las cosas que es difícil [de entender] con los refuerzos inmunológicos. ¿Qué se supone que debe potenciar específicamente? El sistema inmunológico es un sistema complejo y heterogéneo, no es una sola célula y una única o pocas funciones, es toda una red de conexiones que funcionan acopladas.

Las palabras «impulsado y producir» que es lo que dice que hacen muchos productos del mercado, implica falsamente que podríamos querer multiplicar la cantidad de células inmunitarias que tenemos. No queremos más células inmunes. Casi sería unánime que lo que queremos público y médicos es que estas puedan funcionar normalmente y llevar a cabo sus funciones principales, y así la idea de que querríamos potenciar nuestra respuesta inmunológica no tiene sentido, dado que las respuestas inmunológicas hiperactivas, pueden causar, por ejemplo, cantidades excesivas de inflamación que hacen que las personas se sientan terriblemente enfermas y dañen ciertas funciones y células. Debemos entender entonces que lo que se quiere es, «una respuesta inmune competente» afirmarían los expertos.

Entonces las preguntas deben dirigirse a sí ¿hay algo que haya demostrado que hace que su sistema inmunológico sea más competente? ¿Mejore su trabajo? La verdad es que esto no se puede responder tampoco con un sí o un no; la verdad es que, en nuestro mundo clínico y científico, hay una gran falta de datos detrás de la mayoría de las cosas que se promocionan como refuerzos inmunológicos. «Muchos de estos anuncios de suplementos, supercargadores y soluciones rápidas… nunca se han probado en ensayos clínicos bien desarrollados», Para empezar la mayoría de esas promociones de sus contenidos son vendidos y promocionados como complementos y las agencias nacionales como la FDA de los Estados Unidos, encargadas de estudiarlos a profundidad, no evalúa ni regula los complementos como lo hace con los medicamentos.

Entonces dejemos claro: cuando observamos promociones y decires sobre las vitaminas y los suplementos herbales y su impacto en las infecciones, debemos tener claro que en general, no se ha demostrado que la mayoría de ellos tengan impacto. En el mejor de los casos, a veces algo muestra un beneficio muy pequeño en un estudio, pero no en otro estudio. Un ejemplo de ello lo vemos en los estudios con la “vitamina D”. Hay otro elemento de difícil evaluación al analizar los productos vendidos como suplementos, pero también con los medicamentos; hay mucha variación en efecto esperado, relacionado con la dosis, la formulación, la marca y la frecuencia. Además, aunque la duración de los estudios varía, la mayoría de las veces se llevan a cabo durante semanas o meses, no exactamente instantáneo.

La condición del que se va a beneficiar también es importante; ciertos suplementos de vitaminas y minerales pueden ser absolutamente beneficiosos para corregir las deficiencias causadas por la desnutrición, una condición de salud crónica o el envejecimiento. En ese caso, los suplementos pueden devolverlos a la línea de base que su sistema inmunológico necesita para funcionar correctamente. Pero para alguien que obtiene suficiente de estos micronutrientes, para aquellos de nosotros que llevamos una dieta razonablemente saludable, no hay evidencia sólida de un «impulso adicional» con estos productos e incluso se ha descuidado si puede haber daño con los excesos. En términos generales entonces: si no tiene una deficiencia, agregar más por encima del nivel normal no mejora la respuesta inmunológica, y algo importante que se suele olvidar, también existen riesgos para la salud debido a las posibles interacciones o efectos secundarios. Hable con su médico si está pensando en tomar algo.

Las mejores maneras de apoyar su salud inmunológica

El principio para trabajar esto es sencillo: dado que hay tantos componentes y complejidades del sistema inmunitario, solo debemos ayudarlo a funcionar como un todo como se supone que debe hacerse. Eso significa proporcionar un soporte básico pero importante para mantener todo el sistema funcionando sin problemas.
Si bien no hay píldoras o alimentos mágicos, ahí le van hay algunos principios generales y hábitos saludables básicos, que han demostrado respaldar un sistema inmunológico que funcione bien a largo plazo. Primero, eso significa comer bien, dormir de siete a nueve horas cada noche, hacer ejercicio moderado y controlar sus niveles de estrés. Notará que estos son los mismos hábitos recomendados para respaldar la mayoría de las facetas de una buena salud.

Es importante destacar que todos estos comportamientos son acumulativos y deben ser hábitos consistentes a largo plazo. Cuando hablamos de una ingesta de alimentos que apoye un sistema inmunológico saludable, no se trata de machacar jugo de apio durante unos días seguidos para «aumentar» su inmunidad (o, por el contrario, destrozar su sistema inmunológico después de tres rebanadas de pastel). En general, estos son cambios en la dieta a largo plazo, fundamentándose en que una dieta variada y rica y balanceada en nutrientes, respalda constantemente su sistema inmunitario a largo plazo de varias maneras, incluida la ayuda a mantener el equilibrio adecuado de vitaminas y minerales, así como la microbiota (bacterias buenas en el intestino) que su sistema inmunitario necesita para funcionar correctamente.

Entonces, por más tentadora que sea la idea de darle a su sistema inmunológico un brillo instantáneo, la verdad es que, como con tantos aspectos de su salud, lo lento y constante o perseverante, gana la carrera. “No hay solución de la noche a la mañana”.

Foto La Hora: Cortesía.
Foto La Hora: Cortesía.
Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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