WASHINGTON (AP) — Las autoridades de Estados Unidos encontraron el lunes casi el doble de menores que cruzaron la frontera con México sin compañía de un adulto que en un día promedio del mes pasado, aseguró un funcionario el martes, mientras que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, reconoció que el incremento representa un desafío.
La Patrulla Fronteriza se encontró con 561 menores sin compañía de un adulto en la frontera el lunes, incluyendo 280 en Rio Grande Valley, Texas, señaló el funcionario, quien ofreció un panorama de lo rápido que ha cambiado la situación en la frontera durante los primeros dos meses del gobierno del presidente Joe Biden. En comparación, se encontró un promedio diario de 332 menores de edad sin compañía de un adulto durante febrero, cifra que de igual manera representa un aumento del 60% respecto a enero. El punto más alto fue de 370 en mayo de 2019, durante la presidencia de Donald Trump.
El funcionario federal, que habló con The Associated Press bajo condición de anonimato a fin de discutir un tema que no debía revelarse públicamente, señaló que el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés) trabajaba de manera acelerada para abrir dos instalaciones adicionales para el procesamiento de los menores que viajaban sin compañía de un adulto: uno para 800 niños en el Campo Aéreo Federal Moffett, cerca de San Francisco, y otro en Pecos, Texas. Además, busca expandir una instalación en Donna, Texas, ubicada en Rio Grande Valley, para albergar a 2.000 personas.
El Centro de Convenciones de Dallas tiene programado comenzar a recibir menores a partir del miércoles, con planes para alojar hasta 3.000. Otro centro de detención improvisado en Midland, Texas, que abrió el fin de semana pasado con capacidad para 700 niños, tenía el lunes a 485.
Ante las críticas de todos los bandos, Mayorkas dijo que la situación estaba bajo control y defendió la política del gobierno que permitir que los niños que cruzan solos permanezcan en el país.
“Son niños vulnerables y hemos puesto fin a la práctica del gobierno anterior de expulsarlos”, declaró Mayorkas en su comentario más detallado a la fecha sobre la situación en la frontera, la cual describió como “complicada” pero no a los niveles de crisis que han señalado los críticos. Además, rechazó nuevamente una política de la era de Trump de enviarlos de inmediato de regreso a México o a otros países.
En el sector Rio Grande Valley de la Patrulla Fronteriza, 1.856 de los casi 2.500 niños que se encontraban bajo custodia el lunes habían estado detenidos por más de 72 horas, el límite establecido en las políticas de la agencia, señaló el funcionario federal, lo que ayuda a explicar el motivo por el que el gobierno se ha apresurado para encontrar espacio adicional.
El creciente número de inmigrantes que intenta cruzar la frontera, que alcanzó su nivel más alto desde 2019 y se encamina a llegar a su máximo nivel en 20 años, se ha convertido en una prueba temprana para el gobierno de Biden en momentos en que intenta distanciarse de su predecesor inmediato, Trump, quien se empeñó en frenar de manera significativa la migración legal e ilegal.
En el Congreso, los republicanos han asegurado que el apoyo de Biden a una iniciativa de ley migratoria y su decisión de permitir que las personas realicen solicitudes de asilo se han convertido en un imán para los inmigrantes, pero Mayorkas destacó que no es la primera vez que se registran estos repuntes, incluso durante el gobierno de Trump.
Por su parte, los demócratas progresistas, entre otros, han criticado al gobierno de Biden por detener a los niños migrantes en instalaciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) más allá de las 72 horas establecidas, mientras trata de encontrar espacios disponibles en albergues gestionados por el HHS.
El lunes, la Patrulla Fronteriza encontró a unas 4.700 personas que cruzaron ilegalmente la frontera desde México, incluyendo a 1.575 en Rio Grande Valley, la zona de mayor actividad de cruces ilegales, indicó el funcionario. La cifra representa un aumento respecto a un promedio diario de casi 3.500 en toda la frontera durante el mes de febrero y por encima de los cerca de 4.300 que se registraron durante el punto más alto de la oleada migratoria de 2019 en el gobierno de Trump.
El aumento general se atribuye a distintos factores, incluyendo los problemas económicos desatados por la pandemia y el azote de dos huracanes en Centroamérica. Funcionarios federales también han reconocido la posibilidad de que los contrabandistas hayan alentado a las personas a intentar cruzar la frontera después del cambio de gobierno.
El líder de la minoría en la Cámara de Representantes Kevin McCarthy encabezó el lunes una delegación de una docena de legisladores republicanos que visitó la zona fronteriza de Texas, y acusó al gobierno de Biden de impulsar el incremento de inmigrantes con medidas que incluyen el respaldo a una propuesta en el Congreso que brindaría herramientas para que millones de personas que actualmente están sin permiso en el país se naturalicen, además de suspender la construcción del muro fronterizo.
“La parte triste de todo esto es que no tenía por qué suceder. Esta crisis fue creada por las políticas presidenciales de este nuevo gobierno”, comentó McCarthy.
Trump enfrentó un incremento similar en 2019, aun cuando trataba de expandir el sistema de muros fronterizos y obligaba a los solicitantes de asilo a buscar protección en Centroamérica o a permanecer en México. Un año antes, separó a la fuerza a niños migrantes de sus familias como parte de una campaña de tolerancia cero que se convirtió en uno de los mayores desafíos políticos de su presidencia.
Después de un marcado descenso en los primeros meses de la pandemia, el número de migrantes detenidos al cruzar la frontera comenzó a elevarse en abril. Parte de dicho incremento se debe a personas que fueron sorprendidas en múltiples ocasiones después de ser expulsadas al amparo de un decreto de salud pública.
El número de encuentros de la CBP aumentó alrededor del 28% de enero a febrero a poco más de 100.000, la mayoría de los cuales eran con adultos solteros. La última vez que esa cifra fue tan alta fue en junio de 2019.
A los migrantes menores de 18 años se les permite quedarse en el país mientras el gobierno decide si tienen un sustento legal para solicitar la residencia, ya sea bajo la ley de asilo o por algún otro motivo.
Estados Unidos sigue expulsando a la mayoría de los adultos solteros o a familias completas, ya sea a México o a sus países de origen. Mayorkas señaló que hay excepciones para adultos con “ciertas vulnerabilidades graves”, las cuales no especificó, o para las familias que las autoridades mexicanas no puedan alojar.
Mayorkas destacó que el 80% de los menores, la mayoría de los cuales provienen del Triángulo Norte de Centroamérica, tienen familiares en Estados Unidos, y el 40% de ellos tiene a uno de sus padres en el país.
El gobierno de Biden puso fin la semana pasada a una medida de la era Trump por la que los familiares se rehusaban a contactar al HHS para recoger a los menores por miedo a ser deportados.
Además, el gobierno recurrió a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias para abrir nuevas instalaciones temporales para albergar a niños migrantes en Texas y Arizona. También trabaja con el HHS para expandir la capacidad de los albergues y respalda el envío de ayuda a Honduras, Guatemala y El Salvador con el objetivo de frenar el flujo de migrantes desde su punto de origen.
Mayorkas criticó al gobierno previo por desmantelar el sistema de asilo —el cual, dijo, habría permitido un sistema de inmigración más “ordenado”, por reducir el envío de ayuda a Centroamérica y por no vacunar a los agentes de la Patrulla Fronteriza.
“La situación que atravesamos actualmente en la frontera suroeste es complicada”, dijo Mayorkas. “La estamos atendiendo”.