Varios migrantes en España. Foto La Hora/DPA/Europa Press.

MADRID
Agencia DPA/Europa Press

Más de 3,000 personas han muerto en lo que va de 2020 en las rutas migratorias de todo el mundo en su intento de buscar una nueva vida, una cifra inferior a la del año anterior pero que, debido a las restricciones que la pandemia de coronavirus a llevado a todos los niveles, podría no reflejar la realidad, según ha advertido la Organización Mundial para las Migraciones (OIM).

De acuerdo con el Proyecto Migrantes Desaparecidos, hasta el 17 de diciembre habían perdido la vida 3.175 migrantes, un dato inferior a los 5.068 de 2019 y que es menos de la mitad del récord de 7.732 fallecidos registrado en 2016. No obstante, en algunas rutas las muertes se han incrementado, como es el caso de la de Canarias, donde este año han fallecido 593 personas, en comparación con las 210 de 2019 y las 45 que hubo en 2018.

También se ha producido un aumento en las muertes de migrantes en Sudamérica, ya que hubo al menos 104 fallecidos, en su mayoría venezolanos, frente a los menos de 40 de los años precedentes.

El viaje hacia Europa sigue siendo el más peligroso, con al menos 1.773 migrantes fallecidos en el intento, una tendencia que se mantiene desde 2014, cuando el proyecto de la OIM comenzó a recabar los datos. Además, 381 personas han fallecido en la frontera entre Estados Unidos y México, otras 245 lo han hecho en el sureste asiático, en su mayoría refugiados rohingyas, 143 más lo han hecho en el Caribe y otras 112 en Oriente Próximo.

«La gente sigue perdiendo sus vidas en viajes migratorios irregulares a pesar de las amplias restricciones de viaje en 2020, lo que muestra la necesidad de opciones migratorias legales y más seguras», ha defendido en un comunicado el director del centro de datos y análisis de la OIM, Frank Laczko. «Detrás de cada una de estas cifras hay una vida perdida innecesariamente y una familia que debe llorar a la persona perdida», ha lamentado.

La pandemia ha supuesto un desafío adicional en la ya de por sí complicada tarea de recabar datos sobre las rutas migratorias y quienes mueren en ellas. En muchos casos, según la OIM, la única fuente de información son los supervivientes de naufragios y otros accidentes, como ocurre en ocasiones en el desierto del Sáhara.

Así, la agencia de la ONU estima que este año se habrían producido al menos catorce naufragios sin supervivientes, lo que supondrían otros 600 fallecidos más que no están incluidos en este informe ya que no hay información para corroborarlo conforme a la metodología empleada.

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