El presidente Donald Trump habla durante un evento en la Casa Blanca, Washington, Estados Unidos. Foto La Hora/AP/Evan Vucci.

Por ZEKE MILLER y JONATHAN LEMIRE
WASHINGTON

Agencia AP

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró ayer la anticipada aprobación de las autoridades estadounidenses de salud de la primera vacuna contra el coronavirus, mientras la Casa Blanca buscaba inspirar confianza en las labores de distribución masiva que en gran medida serán llevadas a cabo por el presidente electo Joe Biden.

Trump dijo que las esperadas aprobaciones ocurrirán antes de lo que la mayoría de la gente creía posible. «Dicen que es un milagro y yo creo que es cierto», afirmó.

Trump encabezó un evento en la Casa Blanca para festejar la llamada Operación «Warp Speed», que lanzó su gobierno para producir y distribuir vacunas seguras y efectivas contra el COVID-19. Se prevé que la primera vacuna, de la farmacéutica Pfizer, reciba el respaldo de un panel de asesores de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus iniciales en inglés) tan pronto como esta semana, con la entrega de 100 millones de dosis — suficientes para 50 millones de estadounidenses — en los próximos meses.

«Todo estadounidense que quiera vacunarse podrá hacerlo y creemos que para la primavera estaremos en una posición que nadie hubiera creído posible hace unos meses», afirmó Trump.

Su gobierno intenta responder al escepticismo generalizado sobre la vacuna y cimentar un componente clave del legado del presidente republicano.

Sin embargo, el gobierno de Trump también recibía críticas ayer por haber desaprovechado la oportunidad de comprar millones de dosis adicionales de la vacuna de Pfizer, que ha demostrado ser altamente eficaz. Esa decisión podría demorar la entrega de un segundo lote de vacunas hasta que Pfizer cumpla otros contratos internacionales.

Bajo su contrato con Pfizer, el gobierno se comprometió a adquirir inicialmente 100 millones de dosis con la opción de comprar hasta cinco veces más, pero a mediados de año la Casa Blanca optó por no asegurar 100 millones de dosis adicionales a entregar en el segundo trimestre de 2021, según personas que hablaron bajo la condición de anonimato por no estar autorizadas a tocar públicamente del asunto.

El doctor Moncef Slaoui, quien dirige la campaña de vacunación del gobierno, señaló que éste tenía en estudio diversas vacunas a mediados de año. Dijo por la cadena ABC el martes que «no hubiera sido lógico comprar más de cualquiera de esas vacunas porque no sabíamos cuál funcionaría y cuál sería mejor que las demás».

Trump utilizó el evento del martes para firmar una orden ejecutiva en la que instruye al secretario de Salud a que se asegure que los estadounidenses tengan acceso prioritario a la vacuna.

Un alto funcionario del gobierno dijo que la orden restringiría al gobierno federal en la entrega de dosis a otras naciones hasta que haya un exceso de oferta para satisfacer la demanda interna, pero no estaba claro de inmediato cuál sería el impacto práctico.

Al evento del martes no hubo invitaciones a funcionarios del equipo de transición del presidente electo Joe Biden, quien asume el 20 de enero y a cuyo gobierno le tocará el grueso de la campaña de vacunación más amplia de la historia de Estados Unidos.

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