Por ZEKE MILLER
WASHINGTON
Agencia AP

El presidente Donald Trump le ordenó a la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca que tome medidas enérgicas contra las sesiones de entrenamiento antirracista de las agencias federales, diciendo que se trata de «propaganda divisiva, antiestadounidense».

Russell Vought, director de dicha oficina, envió una carta ayer a las agencias del Poder Ejecutivo en la que les pidió que identifiquen gastos relacionados con cualquier entrenamiento sobre «teoría crítica de la raza», «privilegio blanco» o cualquier otro material que enseñe o insinúe que Estados Unidos o cualquier raza o etnia es «inherentemente racista o malvado».

El país ha enfrentado este verano una profunda crisis en torno a la injusticia racial en las labores policiales y otros ámbitos de la vida estadounidense. Trump ha pasado buena parte del verano defendiendo el despliegue de la bandera de batalla confederada y los monumentos a los rebeldes de la Guerra Civil de los manifestantes que exigen su retiro, en lo que ha llamado una «guerra cultural» antes de los comicios del 3 de noviembre.

Mientras tanto, ha rechazado los comentarios del candidato presidencial demócrata Joe Biden y de otras personas de que hay «racismo sistémico» en las labores policiales y en la cultura estadounidense que debe ser atendido.

El memorándum de Vought menciona «reportes de prensa» que contribuyeron a la decisión de Trump, refiriéndose aparentemente a segmentos en Fox News y en otros medios de comunicación que han generado indignación entre los conservadores en torno al entrenamiento federal.

El texto de Vought señala que pronto se emitirán directrices adicionales sobre las sesiones de entrenamiento, sosteniendo que «el presidente, y su gobierno, están comprometidos totalmente con el tratamiento justo e igualitario de todos los individuos en Estados Unidos».

«El presidente tiene antecedentes probados de defender a las personas cuya voz ha sido ignorada durante largo tiempo y que no han logrado beneficiarse de todo lo que nuestro país ofrece, y tiene la intención de seguir apoyando a todos los estadounidenses, sin importar su raza, religión o credo», agregó. «La propaganda divisiva, falsa y degradante del movimiento de la teoría crítica de la raza es contraria a todo lo que representamos como estadounidenses y no debería tener lugar en el gobierno federal».

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