El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, interviene durante una conferencia de prensa del grupo de trabajo del coronavirus, en la Casa Blanca, el 10 de abril de 2020, en Washington. (AP Foto/Evan Vucci)

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Aunque en los últimos días ha surgido un plan nacional que le permita a Estados Unidos combatir la pandemia del coronavirus COVID-19, por la que precisamente lideran las estadísticas a nivel mundial de contagios, una nota de The Washington Post señala que este no viene de la Casa Blanca, pues la administración del presidente Donald Trump parece tener otros planes, entre ellos y el principal, reabrir la economía.

Entre gobernadores, exfuncionarios de Gobierno, especialistas en enfermedades y organizaciones sin fines de lucro, siguen una estrategia que se base en los tres pilares del control de enfermedad y que consideran aumentar las pruebas para identificar las personas infectadas, así como encontrar a todas las personas con las que interactuaron implementando el seguimiento de contactos en una escala nunca intentada.

Además, que las restricciones se enfoquen estrictamente en los infectados y sus contactos para que el resto de las personas no tengan que permanecer en un bloqueo permanente.

Aunque el plan se ha discutido, el WAPO, destaca que no hay evidencia de que la Casa Blanca vaya a seguir la estrategia y en cambio, el presidente y sus principales asesores se han concentrado exclusivamente en planes que permitan reabrir la economía de EE. UU. a finales de mes, aunque no han detallado cómo lo harán sin que esto haga que las cifras de contagios se eleven.

CREA UN SEGUNDO GRUPO DE TRABAJO SOBRE EL CORONAVIRUS

De hecho, Trump se ha centrado especialmente en crear un segundo grupo de trabajo sobre coronavirus destinado a combatir las ramificaciones económicas del virus, indica ese medio estadounidense.

Tom Frieden, ex director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), señaló para el WAPO, que es “alucinante” el grado de desorganización y que el gobierno federal ya ha desperdiciado febrero y marzo, cometiendo “fallas épicas” en kits de prueba, suministro de ventiladores, equipos de protección para trabajadores de la salud y comunicación contradictoria de salud pública.
El próximo fracaso ya está en camino, dijo Frieden, porque «no estamos haciendo las cosas que debemos hacer en abril».

En tanto, funcionarios de la administración que hablaron bajo condición de anonimato para ese medio, describen las deliberaciones internas, mencionaron que en la Casa Blanca se ha realizado un cálculo político deliberado de que será mejor para el interés de Trump poner la responsabilidad sobre los gobernadores, en lugar del gobierno federal.

El Gobierno de Estados Unidos tiene actualmente una Fuerza de Tarea para encargarse de las acciones contra el COVID-19. Foto La Hora/Evan Vucci/AP

TRUMP QUIERE QUE LA ECONOMÍA VUELVA A FUNCIONAR

En una reunión informativa de la Casa Blanca, el presidente mencionó que la próxima semana anunciará a los miembros de su segundo grupo de trabajo sobre coronavirus, acusado de determinar cuándo y cómo reabrir el país y en el que hizo hincapié en su deseo de hacer que la economía vuelva a funcionar lo antes posible, pero no dio más detalles, según ese medio

Esta semana el expresidente Barack Obama intervino, tuiteando: «El distanciamiento social dobla la curva y alivia la presión… Pero para cambiar las políticas actuales, la clave será un sistema robusto de prueba y monitoreo, algo que aún tenemos que poner en su lugar en todo el país”, recordó WAPO.

Sin embargo, sin el apoyo del gobierno federal, el artículo destaca que no se tiene claridad que el plan emergente pueda tener éxito.

SIN FINANCIAMIENTO FEDERAL, ESFUERZOS NO SERÍAN SUFICIENTES

No obstante, sin un financiamiento federal sustancial, los esfuerzos de los estados solo llegarán hasta cierto punto.

En Estados Unidos, las pruebas, aunque todavía rezagadas, están aumentando, los hogares de todo el país han aprendido durante el último mes cómo poner cuarentenas, pero cuando se trata del segundo pilar del plan, el trabajo intensivo en mano de obra para localizar contactos, los departamentos de salud locales carecen del personal, el dinero y la capacitación necesarios.

Así que expertos y líderes, consigna WAPO, dicen que remediar esa debilidad debería ser una prioridad, pero los departamentos de salud deberían apresurarse rápidamente para que estén listos para actuar en las próximas semanas a medida que las infecciones en todo el país comienzan a disminuir.

A menos que los estados puedan rastrear y aislar agresivamente el virus, según los expertos, habrá nuevos brotes y otra ronda de órdenes disruptivas de quedarse en casa, añaden.

Una enfermera tomando recaudos en la habitación de un paciente con el virus COVID19 en el Life Care Center, un hogar para ancianos de Kirkland, estado de Washington. Foto del 13 de marzo del 2020. (AP Photo/Ted S. Warren, File)

ESTADOS UNIDOS NO SOLO DEBE APLANAR LA CURVA, SINO ADELANTARSE

“Todas las personas están hablando en este momento de camas de hospital, ventiladores, pruebas, pruebas, pruebas. Sí, esos son importantes, pero todos son reactivos. Estás lidiando con los síntomas y no con el virus en sí mismo”, dijo Tolbert Nyenswah a ese medio, quien dirigió uno de los esfuerzos de búsqueda de contactos más exitosos en África durante la epidemia de ebola de 2014 a 2016.

Por ello enfatizó en que nunca se vencerá a un virus como este a menos que se adelante, y por ello Estados Unidos no solo debe aplanar la curva sino adelantarse.

Las pruebas por sí solas son inútiles, explicó Nyenswah, porque solo le dice quién ya tiene el virus y del mismo modo, el rastreo solo es inútil si no coloca los casos que encuentra en cuarentena.

Pero cuando se implementan esas medidas, la cadena de transmisión puede romperse.

“No se puede tener líderes que se contradicen entre sí todos los días. No puede haber estados esperando que el gobierno federal actúe, y el gobierno les dice a los estados que lo resuelvan por sí mismos”, dijo Nyenswah a WAPO.

UN RASTREO A GRAN ESCALA

En Wuhan China, una ciudad de 11 millones, tenían 9 mil trabajadores de la salud que realizaban el rastreo de contactos, dijo Frieden, ex director de los CDC a ese medio, quien estima que en EE. UU., las autoridades necesitarían aproximadamente un rastreador de contactos por cada cuatro casos.

Un rastreo a gran escala a nivel nacional podría ser posible si el financiamiento y la orientación federal fortalecieran a los condados al mismo tiempo que el distanciamiento social reduce el número de casos, destacan.

«Podríamos usar una voz más fuerte de la Casa Blanca para movilizar a esta nación», dijo el jueves el gobernador de Washington Jay Inslee.

A la vez, el gobernador, añadió qué en la segunda ola, “tenemos que tener pruebas, una base de recursos y una base de rastreo de contactos que esté mucho más ampliada que ahora”, situación que representa todo un desafió puntualiza a ese medio.

Técnicos médicos realizando pruebas de detección del coronavirus, el 31 de marzo de 2020 en Colorado, EEUU (AP foto/David Zalubowski)
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