Un grupo de policías armados llega al centro comercial Greenhills en Manila, Filipinas. FOTO LA HORA/AP/AARON FAVILA.

Por JIM GOMEZ y AARON FAVILA
MANILA, Filipinas
Agencia AP

Un guardia de seguridad molesto por haber sido despedido tomó rehenes en un centro comercial en Filipinas hoy pero los soltó poco después, culminando una tensa crisis en una zona acaudalada donde la policía y las fuerzas armadas tienen sus sedes, informaron las autoridades.

El individuo, identificado como Archie Paray, fue despedido como guardia en el centro comercial V-Mall en Ciudad San Juan, un suburbio de Manila.

Molesto por su infortunio, tomó a los rehenes pero los dejó en libertad luego que se le permitió hablar a la prensa y ante funcionarios locales sobre sus quejas hacia sus supervisores, a quienes acusó de corrupción y abusos. Posteriormente fue detenido.

«Estoy muy agradecido de que todo terminó pacíficamente», declaró el alcalde de San Juan, Francis Zamora, quien negoció con el individuo y garantizó su integridad física una vez que se rindió.

Entre 60 y 70 personas fueron retenidas por Paray, añadió Zamora.

Agregó que el individuo, quien llevaba una pistola y posiblemente granadas también, le disparó a una persona en V-Mall antes de correr al segundo piso donde irrumpió en las oficinas administrativas. La persona baleada está en condición estable en un hospital cercano.

Zamora aclaró que Paray «estaba molesto porque fue despedido como guardia de seguridad» y que trató infructuosamente de atraer a otros guardias a su causa.

Paray fue despedido al parecer porque abandonó su puesto sin avisarle a sus supervisores, declaró Zamora. El individuo usó su celular para mandar un mensaje a los otros guardias y a la prensa, expresando su descontento por el horario que le dieron y acusando a sus jefes de corrupción.

En un intento por persuadir al hombre a que entregara las armas, seis oficiales a cargo de la seguridad en el centro comercial, en una conferencia de prensa, expresaron arrepentimiento por sus «fallas» y renunciaron u ofrecieron renunciar.

Horas antes, más de una docena de comandos SWAT ingresaron al centro comercial empuñando fusiles. En el perímetro del centro comercial había otros policías y una ambulancia.

El recinto comercial, conocido por sus restaurantes, tiendas, bares y un bazar, se encuentra cerca de un complejo residencial de lujo, un club de golf y cuarteles policiales y militares en la gran metrópolis de más de 12 millones de personas, que sufre problemas de seguridad desde hace tiempo.

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