POR AGENCIA/AP
Manila

La orden de expulsión de una monja australiana que había disgustado al presidente de Filipinas por unirse a manifestaciones políticas fue revocada hoy por el secretario de Justicia filipino, pero todavía enfrenta una posible deportación.

El secretario de Justicia Menardo Guevarra dijo que la cancelación de la visa de la hermana Patricia Fox por parte de la Junta de Inmigración no tenía un “fundamento legal” debido a que la agencia no tiene ese poder. Sin embargo, Guevara ordenó que la junta proceda con las labores para deportarla por otra presunta ofensa.

“Lo que la Junta de Inmigración hizo en este caso va más allá de lo que la ley dicta, por eso es por lo que tuvo que ser cancelado”, indicó Guevara en un comunicado.

Hasta que Fox sea expulsada o expire su visa, puede “continuar con sus funciones como una misionaria en las Filipinas”, señaló.

Una sonriente Fox comentó ante los medios de comunicación afuera de una iglesia en Manila que estaba aliviada pero agregó que enfrenta otras dos denuncias de inmigración que podrían provocar que tenga que abandonar el país. “Al menos por ahora mi visa está bien”, dijo y agregó que “estoy aquí legalmente”.

Fox, de 71 años, coordina una orden católica para monjas y ha trabajado para los pobres de Filipinas por casi 30 años. Se unió a protestas contra el presidente Rodrigo Duterte y su gobierno, quienes han sido criticados por reprimir la disidencia y por su guerra letal contra las drogas, en la que miles de sospechosos pobres han muerto.

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