POR ALMUDENA CALATRAVA/AP
Buenos Aires

A un mes de la desaparición del submarino argentino ARA San Juan, los familiares de sus 44 tripulantes convocaron a concentraciones en distintos puntos del país para reclamar que la Armada prosiga la búsqueda de la nave y que se investiguen las causas del hecho.

“Estamos pidiendo a la gente que se movilice a las plazas de sus ciudades sin banderas políticas para pedir que los sigan buscando con todos los recursos nacionales e internacionales, porque necesitamos que los encuentren urgente”, dijo hoy a The Associated Press Luis Tagliapietra, padre de Alejandro, uno de los submarinistas del ARA San Juan.

El submarino diésel eléctrico clase TR-1700 de fabricación alemana y operativo desde los años 80 desapareció el 15 de noviembre en aguas del Atlántico sur cuando navegaba desde Ushuaia, en el extremo austral de Argentina, hacia su base en Mar del Plata, tras participar de un ejercicio de adiestramiento.

Familiares de los submarinistas se congregarán a las 2200 GMT en una plaza de Mar del Plata, apostadero habitual de la nave situado a 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, para reclamar al gobierno que garantice que la Armada prosiga con la búsqueda de sus seres queridos. El alambrado perimetral de la base marina marplatense donde se hospedan varias de las familias está cubierto por banderas argentinas, dibujos y mensajes de amor dedicados a los tripulantes.

En Buenos Aires, la convocatoria es en la Plaza de Mayo, donde se encuentra la casa de gobierno.

El submarino informó el 15 de noviembre que había sufrido una avería a raíz de la entrada de agua a las baterías a través del snorkel pero que el incidente había sido resuelto. Horas después de ese reporte, se registró una explosión donde se había perdido contacto con la nave.

Pese a que la Armada ha descartado la supervivencia de los tripulantes y anunció que no realizará tareas de rescate y solo se abocará a la localización de la nave, allegados de los submarinistas quieren recuperar los cuerpos con o sin vida.

Las familias temen que la Marina y los países que colaboran en el rastrillaje del fondo marino con instrumentos de última generación, como Rusia y Estados Unidos, abandonen la búsqueda, y proponen que los buques pesqueros también se sumen a las tareas de localización.

Actualmente se encuentran en el área de búsqueda, de unos 4 mil kilómetros cuadrados, un destructor argentino y dos buques oceanográficos de Gran Bretaña y Estados Unidos. Se pronostican para las próximas horas condiciones meteorológicas adversas, lo que dificultará las tareas de identificación.

“En estos treinta días de esfuerzo ininterrumpido, se investigaron veintisiete contactos en el lecho marino sin resultado positivo, correspondiendo éstos a pesqueros hundidos, formaciones rocosas y desniveles del fondo”, dijo la Armada en un comunicado.

La fuerza destacó que ha contado con el asesoramiento de las marinas “que poseen la mayor experiencia en esta operación de máxima complejidad sin precedentes en la historia naval mundial”.

Tagliapietra y otros familiares querellantes en la causa judicial abierta para investigar el hecho creen que la Armada ocultó información sobre lo ocurrido. Varios se reunieron recientemente con diputados oficialistas y opositores para pedir que se abra una comisión investigadora.

Una diputada oficialista presentó, por su parte, una denuncia judicial para que se investigue si varios ministros de Defensa de los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), la Armada y las autoridades de un complejo industrial naval son responsables de supuestas irregularidades en las reparaciones de media vida del submarino y de otras unidades navales.

Acuciada por las críticas recibidas en los últimos días, la Marina abrió su propia pesquisa interna, lo que implicó la suspensión temporal de al menos dos comandantes.

Según la Marina, una vez resuelto el desperfecto sufrido por la entrada de agua de mar, el comandante del submarino decidió continuar el viaje a Mar del Plata, medida sobre la que conversó con su comandante en tierra, y en ese trayecto habría ocurrido la explosión.

El submarino había sufrido en septiembre una entrada de agua en su snorkel similar a la que reportó antes de desaparecer. Pero en aquel entonces las baterías no resultaron afectadas.

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