WASHINGTON
AP

Un día después del inesperado triunfo electoral de Donald Trump, Hillary Cliinton dijo hoy que la nación está «más dividida de lo que pensábamos», pero llamó a la unidad y expresó a sus seguidores que «le debemos una mente abierta y la oportunidad de dirigir».

Ante una multitud de partidarios que la aplaudían a pesar de la tristeza, Clinton indicó que «esto es doloroso y lo será por mucho tiempo».

La victoria de Trump, anunciada pasada la medianoche, pondrá fin a ocho años de control demócrata de la Casa Blanca. Contará con un Congreso totalmente controlado por los republicanos y gobernará un país profundamente dividido por su rencorosa campaña contra Clinton. Su propio partido está facturado, ya que muchos republicanos le dieron un apoyo tibio o directamente lo repudiaron.

Al proclamar su victoria en las primeras horas de hoy, Trump exhortó a los estadounidenses a «reconciliarse como un pueblo unido».

El presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, quien apoyó a Trump a regañadientes, expresó sentimientos parecidos. «Este debe ser un tiempo de redención, no de recriminación», dijo en conferencia de prensa. Añadió que Trump había ganado un «mandato» para aplicar su programa.

Clinton, quien albergaba esperanzas de ser la primera mujer en ocupar la presidencia estadounidense, llamó al republicano para felicitarlo. En el voto popular le llevaba la ventaja a Trump, aunque algunos estados aun hacían el escrutinio.

Los mercados financieros mundiales cayeron en picada la mañana de hoy, aunque luego se recuperaron, reflejo de la inquietud de los inversionistas sobre las implicaciones de tener a Trump en la Oficina Oval. El promedio industrial Dow Jones no varió en la apertura de la bolsa de Nueva York.

El presidente Barack Obama llamó a Trump para felicitarlo e invitarlo a la Casa Blanca para hablar sobre la transición mañana. Obama también llamó a Clinton para expresarle su admiración por «la campaña tan fuerte que libró en todo el país», dijo el portavoz presidencial Josh Earnest.

Obama hablará más tarde al país acerca de «qué medidas podemos tomar como país para lograr la unidad tras esta campaña tan reñida», informó la Casa Blanca.

Trump, quien gran parte de la campaña animó a su público a gritar «¡Clinton a la cárcel!» dijo que el país «está sumamente agradecido» a la ex Primera Dama y ex senadora por sus años de servicio público.

Trump arrasó incluso en baluartes demócratas como Pennsylvania y Wisconsin, que no votaban por un republicano desde la década de 1980. Para ganar tenía que ganar todos los estados en disputa, y así lo hizo, incluyendo Florida, Ohio, Carolina del Norte y más.

Empresario de bienes raíces neoyorquino que vive en un lujoso ático en Manhattan, Trump forjó una sorprendente conexión con estadounidenses blancos de clase obrera que sienten haberse quedado atrás en un país con una economía cambiante y cada vez más diversificado. Presentó la migración, tanto la procedente de Latinoamérica como de Oriente Medio, como la raíz de muchos de los problemas que afectan al país y canalizó el temor al terrorismo dentro y fuera del país.

Candidatos republicanos al Senado vencieron sobre demócratas en estados clave como Carolina del Norte, Indiana y Wisconsin. Los republicanos también seguían controlando la Cámara de Representantes.

Contar con el control del Senado supone que Trump tendrá mucha libertad en el nombramiento de jueces de la Corte Suprema, lo que podría acarrear un importante viraje a la derecha que durará décadas.

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