Lausana
DPA

Rusia y Estados Unidos acuden con distintas expectativas al encuentro sobre Siria en Lausana (Suiza). Mientras que Moscú despertó esperanzas sobre la posibilidad de alcanzar una nueva tregua, Washington no confía demasiado en las conversaciones.

Un portavoz estadounidense prácticamente descartó que se vuelva a celebrar un encuentro bilateral entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov. Pero Moscú confía en que pueda producirse un encuentro entre ambos.

Hoy ni siquiera estaba claro, al menos oficialmente, qué otros países implicados en el conflicto enviarían a sus ministros de Exteriores a la ciudad suiza. Se hablaba de Turquía, Arabia Saudí, Catar e Irán, aunque la presencia de Teherán está en duda. Quien sí asistirá es el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura. Por ahora tampoco está claro cómo transcurrirán las conversaciones.

Las conversaciones giran en torno a una cuestión sencilla: ¿Están todas las partes dispuestas a renunciar a sus propios objetivos militares para lograr una respuesta política común para Siria?

«En Lausana los participantes (de las conversaciones) tienen la posibilidad de hacer historia», opina el politólogo Dmitri Trenin del Centro Carnegie de Moscú, para quien Rusia y Estados Unidos deben darse cuenta de que no es posible lograr una paz por separado. «Sólo unidos se puede salir de ese callejón sin salida», añade Trenin, que cree que alcanzar un compromiso de mínimos en Lausana ya sería un éxito.

No hace tanto tiempo que esas grandes potencias se sentaron también en Lausana para buscar una postura común respecto al conflicto nuclear con Irán, algo que consiguieron en abril de 2015.

Pero el camino es ahora complicado. El presidente ruso, Vladimir Putin, acaba de cancelar un viaje a París por la disputa sobre Siria y de nuevo ha vuelto a provocar inseguridad entre los países del Báltico al desplegar misiles de corto alcance en Kaliningrado. Además, Moscú está pensando en la reabrir bases militares en Cuba y Vietnam.

Occidente, por su parte, habla de «crímenes de guerra» rusos en Siria y amenaza con nuevas sanciones contra Moscú. Tampoco terminan de arrancar nuevas conversaciones sobre el conflicto ucraniano y Estados Unidos acusa a Rusia de inmiscuirse en su campaña presidencial. «Para conseguir resultados en las negociaciones se necesita confianza. Y por desgracia no se ve», apuntó el experto ruso Vladimir Sotnikov.

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