Washington
DPA

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó ayer la zona de las inundaciones en el estado de Luisiana y les prometió ayuda del Gobierno para la reconstrucción.

«Quiero que la gente de Luisiana sepa que no están solos en esto», dijo Obama en Baton Rouge, después de visitar un vecindario afectado por las inundaciones, una semana después de que las fuertes lluvias dañaran las viviendas y negocios de decenas de miles de personas.

Unas 100 mil personas solicitaron ayuda federal y hasta el momento se destinaron 127 millones de dólares para hacer frente al desastre, indicó el mandatario.

Obama fue criticado por su respuesta ante la situación y por no haber suspendido sus vacaciones para visitar a los damnificados. Uno de los críticos fue el candidato presidencial republicano, Donald Trump, que estuvo en la zona la semana pasada.

«El presidente Obama debería haber ido a Luisiana hace días, en lugar de jugar al golf. Un poco tarde!», escribió hoy Trump en Twitter.

Obama estuvo hasta el domingo de vacaciones en la pequeña isla de Martha’s Vineyard, en Massachusetts.

El diario local de Baton Rouge lo cuestionó por no haber interrumpido su descanso y comparó su actitud con la del expresidente George W. Bush, que fue criticado por no haber demostrado empatía con el estado cuando fue devastado por el huracán «Katrina» en 2005.

La Casa Blanca aseguró que la ayuda para el desastre y la respuesta del Gobierno ante las inundaciones fue más rápida y efectiva que durante «Katrina».

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