NUEVA YORK
AP

El expresidente hondureño Rafael Callejas se declaró hoy culpable de asociación para delinquir y de fraude electrónico en conexión con el escándalo de corrupción de la FIFA.

Con expresión seria, Callejas admitió a un juez federal que recibió pagos por los derechos de transmisión y la organización de partidos de las eliminatorias mundiales y otros torneos.

«Sé que estuvo mal pedir y aceptar esos pagos que no eran divulgados», dijo Callejas al juez Robert Levy de la corte federal de Brooklyn.

Cada cargo de asociación para delinquir y de fraude electrónico conlleva una pena máxima de 20 años. La sentencia será decidida por un juez el 5 de agosto.

Callejas, de 72 años, fue presidente de Honduras entre 1990 y 1994 y titular de la federación hondureña de futbol (FENAFUTH) desde el 2002 hasta agosto del año pasado. El exmandatario, también miembro de la comisión de televisión y mercadotecnia de la FIFA, tendrá que pagar una multa de 650 mil dólares. Callejas no habló con los periodistas a su salida de la corte.

El hondureño es uno de numerosos dirigentes de la Confederación Sudamericana de Futbol y la Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe de Futbol a los que se les acusa pedir, ofrecer y aceptar pagos, lavado de dinero y sobornos ilegales a través de paraísos fiscales relacionados con los derechos de transmisión de partidos de fútbol internacionales. Alfredo Hawitt, sucesor de Callejas al frente de la federación nacional y la CONCACAF, fue detenido en Suiza los primeros días de diciembre implicado en el mismo caso.

El escándalo de corrupción ha sumido a la FIFA en una crisis sin precedentes y su nuevo presidente Gianni Infantino ha prometido erradicar la cultura de sobornos que se vivía en la organización.

Callejas admitió hoy al juez Levy que aceptó pagos a cambio de ejercer su influencia como presidente de FENAFUTH y facilitar contratos a la empresa de mercadeo Media World, ubicada en Miami, para que ésta obtuviera los derechos de transmisión de los partidos de las eliminatorias para los mundiales de fútbol de 2014, 2018 y 2022.

La empresa le pagó «cientos de miles» en sobornos, de acuerdo con los fiscales. El dinero salía de Estados Unidos, pasaba por Panamá y llegaba a sus cuentas en Honduras.

Además de la recepción ilícita del dinero se les acusa de trasladarlo ilegalmente fuera de Estados Unidos y de actividades de lavado.

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