Popular Party leader and current Prime Minister Mariano Rajoy greets supporters from the balcony of the party headquarters in Madrid, Sunday, Dec. 20, 2015. A strong showing Sunday by a pair of upstart parties in Spain's general election upended the country's traditional two-party system, with the ruling Popular Party winning the most votes but falling far short of a parliamentary majority and at risk of being booted from power.(AP Photo/Emilio Morenatti)

Por CRISTINA FUENTES-CANTILLANA
MADRID / Agencia AP

Las elecciones generales del domingo en España plantearon un escenario incierto para la próxima Legislatura de cuatro años, después de que los votantes mantuvieran al gobernante Partido Popular como el partido más votado pero le dejaran sin mayoría suficiente para gobernar en solitario y expuesto a que una alianza de partidos menores pueda arrebatarle el poder.

Podemos, un partido de izquierda radical, y Ciudadanos, próximo al sector empresarial, irrumpieron en el Parlamento para acabar con tres décadas de bipartidismo en España y dar comienzo a lo que podrían ser semanas de negociaciones entre diferentes partidos para formar un gobierno.

«Hoy no vamos a saber quién va a ser el próximo presidente del gobierno, pero la próxima semana tampoco lo vamos a tener nada claro», señaló el politólogo de IE University Jorge Piquer.

Con el 99,74% de los votos escrutados, el conservador PP era el partido más votado con el 28,71% de los sufragios y 123 escaños en el Parlamento de 350 plazas, lo que no le daría la mayoría absoluta (la mitad de parlamentarios más uno) ni siquiera en una alianza con el recién llegado Ciudadanos, según el recuento parcial publicado por el gobierno.

«Hemos vuelto a ganar las elecciones», afirmó Rajoy desde un balcón de la sede del partido tras conocer los resultados. «Voy a intentar formar gobierno y creo que España necesita un gobierno estable», dijo ante unos 200 simpatizantes.

El segundo partido más votado sería el socialista PSOE, con 90 escaños, mientras que Podemos y Ciudadanos entrarían en Parlamento convirtiéndose en la tercera y cuarta fuerzas políticas del país, con 42 y 40 diputados, aunque los grupos aliados de Podemos podrían aumentar su influencia en el Parlamento hasta 69 parlamentarios.

Los datos abren la puerta a una posible alianza a tres bandas entre los socialistas PSOE, Podemos y Ciudadanos para arrebatar el gobierno a Rajoy. En ese caso, el actual gobierno seguiría el camino de los ejecutivos portugués y griego que perdieron el poder este año tras imponer medidas de austeridad contra la crisis económica europea.

«Alcanzar un acuerdo entre los socialistas, Ciudadanos y Podemos no va a ser sencillo, están divididos en temas clave, principalmente la independencia de Cataluña», explicó Federico Santi, analista de Eurasia Group. «Pero si la alternativa es dejar al país sin gobierno, habrá presión sobre los partidos».

Otra alternativa sería una gran coalición de los partidos tradicionales, PP y PSOE, que tiene precedentes en otros países europeos como Alemania.

«La alternativa es un gobierno de la izquierda que por lo menos tiene que tener cinco partidos», señaló Ramón Cotarelo, catedrático de ciencias políticas en la UNED. «La gran coalición solamente será el último recurso, pero me parece que no hay más que el último recurso porque veo muy difícil un pentapartido».

«Con estos datos, el país es ingobernable», añadió Cotarelo.

El proceso de formación de gobierno podría llevar de días a semanas y es probable que las posibles combinaciones dominen la conversación de los españoles durante las fiestas navideñas.

Tras las elecciones, el sistema parlamentario español contempla una serie de reuniones del jefe de Estado, el rey Felipe VI, con los grupos con representación parlamentaria. Luego de esos encuentros, el monarca propone a uno de los líderes de partido para formar gobierno.

Ese candidato debe pasar una votación de investidura en el Parlamento que requiere mayoría absoluta en la primera sesión. De no conseguirlo, tiene una segunda oportunidad dos días más tarde en la que sólo necesitaría mayoría simple para convertirse en presidente del Gobierno. Pero eso dejaría al gobierno expuesto a posibles mociones de censura para destituirle, y como mínimo supondría constantes negociaciones para sacar adelante sus propuestas.

Si Ciudadanos decide aliarse con el Partido Popular, necesitaría encontrar apoyos para completar la mayoría absoluta si quiere ganar la votación de investidura en su primera ronda.

Pero la oposición rotunda del gobierno de Rajoy al movimiento secesionista en Cataluña, uno de los temas claves de campaña, hace que el Partido Popular pueda tener problemas para conseguir el apoyo de alguna de las formaciones nacionalistas con representación en la cámara, señaló Piquer.

«Obviamente, la cuestión catalana es clave, así que es muy, muy raro que podamos ver a un partido nacionalista apoyando al PP o absteniéndose», agregó.

Los partidos nacionalistas aumentaron su presencia en el Parlamento nacional y podrían convertirse en la clave para una alianza con socialistas, Podemos y sus aliados.

En un plan más general, las elecciones confirmaron la transformación de la escena política española, que pasa a tener cuatro grandes formaciones después de tres décadas de gobiernos del PP y PSOE que sólo requirieron el apoyo ocasional de partidos regionales mucho menores.

«España ha votado un cambio de sistema», afirmó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en declaraciones a la prensa. «Se acabó el sistema de turno en España».

Iglesias enumeró una serie de reformas «imprescindibles e inaplazables» en materia de educación, sanidad o legislación electoral y a continuación hizo unas breves declaraciones en inglés, algo muy poco común en un país donde se suele criticar a los líderes políticos por su falta de soltura con las lenguas extranjeras.

Por su parte, el Partido Socialista se mantuvo como segunda fuerza política, aunque no salió indemne de la llegada de los nuevos partidos. La formación perdió 20 parlamentarios y logró su peor resultado de la democracia, tras una campaña en la que no logró canalizar el descontento contra las medidas de austeridad adoptadas por el gobierno de Rajoy.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, felicitó al PP por su victoria y reconoció su derecho a intentar formar un gobierno, aunque expresó su disposición a «dialogar, debatir y a acordar».

El elevado desempleo (que alcanza una tasa de 21, una cadena interminable de casos de corrupción en la clase política y empresarial, y el movimiento separatista en la región nororiental de Cataluña han marcado la campaña electoral, en la que los nuevos partidos han intentado distanciarse de PP y PSOE y los grupos tradicionales han señalado a sus logros pasados y a su experiencia en el gobierno.

Un total de 36,5 millones de votantes registrados en España elegían a representantes para la cámara baja del Congreso, de 350 escaños, y el Senado, que tiene menos poder legislativo.

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