BUDAPEST, Hungría
AP

El primer ministro de Hungría criticó el jueves a los líderes de Alemania y la Unión Europea por la falta de urgencia a la hora de enfrentar la crisis migratoria en el continente, mientras en su país reinaba el caos luego de que cientos de migrantes entraran a primera hora en la principal estación de trenes del país cuando la policía dejó de custodiar el edificio.

En una espiral de confusión, los migrantes se subieron a los trenes en la estación de Keleti de la capital húngara a pesar de los anuncios de que no habría servicio hacia Europa Occidental. La empresa de ferrocarriles húngara dijo que había suspendido los trenes directos desde Budapest hacia el oeste «en interés de la seguridad del transporte ferroviario».

Más tarde, la policía desalojó de forma pacífica a unos 900 migrantes de uno de los trenes, muchos de los cuales se sentaron en los andenes a esperar. Otro tren partió con los migrantes a bordo hasta la ciudad de Bicske, a 35 kilómetros (22 millas) al oeste de Budapest, donde está uno de los campos para refugiados habilitados por Hungría.

La cuestión de cómo desactivar el embudo humano en Hungría estaba siendo objeto de acalorados debates en Bruselas hoy, dentro de una reunión entre líderes de la UE y el primer ministro antiinmigración de Hungría, Viktor Orban. El país, que durante meses hizo poco para evitar que los solicitantes de asilo viajaran al oeste tras cortas demoras burocráticas, dice ahora que no permitirá más viajes hacia el corazón del bloque.

«Los húngaros tenemos miedo. La gente en Europa tiene miedo, porque vemos que los líderes europeos, entre ellos los primeros ministros, no son capaces de controlar la situación», dijo Orban.

Orban culpó a Alemania y confirmó que su gobierno planea enviar hasta 3.500 soldados a la frontera sur del país con Serbia, reforzando sus esfuerzos para impedir la llegada de tantos migrantes como sea posible al país. Su principal asesor dijo que en lo que va de año 160.000 migrantes llegaron al país, casi 90 mil desde el 6 de julio.

El Primer ministro prometió que Budapest defenderá sus fronteras aplicando estrictamente las normas de la UE, identificando por la huella dactilar y cribando a todos los migrantes que entren en su territorio. Una vez que las nuevas medidas sean aprobadas en el parlamento, migrantes y traficantes de personas sabrían a qué atenerse.

La movilización del ejército o el endurecimiento de penas para traficantes de personas servirán para endurecer las normas migratorias y está previsto que sean aprobadas el viernes.

El primer ministro serbio, Aleksander Vucic, reaccionó a la noticia del despliegue de soldados de su vecino del norte advirtiendo que esto podría crear «enormes problemas».

El jefe de gabinete de Orban, Janos Lazar, pidió a Alemania que ayude a aliviar la situación en la estación de Keleti. Con unas 3 mil personas acampadas en el exterior, en el centro de Budapest, las condiciones son cada vez más precarias a pesar de los esfuerzos de voluntarios para distribuir agua, comida, medicinas y desinfectantes.

«Nos gustaría que Alemania, a donde los migrantes quieren ir, asuma su parte», dijo Lazar sugiriendo que los migrantes acudan a la embajada del país en Budapest para solicitar un visado de entrada allí.

«Creemos que esto es fundamentalmente una crisis migratoria, no una crisis de refugiados, y que en esta situación Europa no puede renunciar a la defensa de sus fronteras», dijo Lazar a periodistas en el parlamento.

Ayer, migrantes habían amenazado con recorrer a pie los 170 kilómetros (105 millas) hasta la frontera austriaca si no se les permitía embarcar en trenes hacia Austria y Alemania.

Por su parte, la guardia costera griega dijo que entre ayer por la mañana y hoy por mañana rescató a 751 migrantes o refugiados en el mar mientras intentaban alcanzar la costa de las islas del Egeo de forma clandestina. El cuerpo participó en 19 incidentes en las proximidades de Lesbos, Samos, Agathonissi, Farmakonissi, Kalymnos y Symi.

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