Por ERICA WERNER,
WASHINGTON
Agencia AP

El costo sería de 659 millones de dólares en los últimos dos meses del actual año fiscal, mucho menos de los 3 mil 700 millones solicitados por el presidente Barack Obama para este año y el próximo, y menos también que la propuesta de mil 500 millones de la comisión de gastos de la cámara. Con estos recortes se intentaba ganar el apoyo de los más derechistas y aprobar algo antes del fin de semana, cuando comienza el receso anual de agosto.

La medida incluye cambios rechazados por la mayoría de los demócratas, que permitirían enviar rápidamente a decenas de miles de jóvenes centroamericanos de regreso a sus países sin la posibilidad de una audiencia judicial.

«Creo que el proyecto tiene suficiente apoyo en la cámara para ser aprobado», dijo el presidente John Boehner a la prensa después de una reunión con legisladores. «Sin embargo, hay que seguir trabajando».

Boehner expresó que el proyecto pasaría a votación el jueves.

Pero aunque lo apruebe la Cámara Baja, el Senado con mayoría demócrata probablemente lo rechazará y seguirá adelante con su propio paquete para la frontera, con un costo de 2 mil 700 millones de dólares. Este proyecto, que no incluye las modificaciones del de la cámara baja, carece de apoyo entre los republicanos y es improbable que sea aprobado. De manera que no parece haber un camino hacia un acuerdo que permita elevar un proyecto a la firma de Obama antes del receso de cinco semanas.

Con todo, muchos representantes republicanos han dicho últimamente que no quieren regresar a sus distritos a enfrentar a los votantes sin haber tomado una medida con respecto a los niños y adolescentes salvadoreños, hondureños y guatemaltecos que han llegado a la frontera sin sus padres. Más de 57 mil han llegado desde octubre; muchos huyen de las pandillas y tratan de reunirse con sus familias, pero también los ha atraído el rumor de que una vez dentro del país se les permitirá quedarse.

Legisladores republicanos dijeron el martes que su proyecto parecía gozar de amplio apoyo, aunque algunos conservadores no ocultaron su oposición.

En cambio, la mayoría de los demócratas parecían resueltos a rechazarlo, en gran medida porque introduce cambios a una ley de 2008 que garantiza una audiencia judicial para menores no acompañados que lleguen a la frontera desde cualquier país que no sea México o Canadá. El proyecto republicano permitiría tratar a los niños centroamericanos igual que a los mexicanos, que pueden ser rechazados inmediatamente en la frontera salvo que sean capaces de convencer a los agentes de la Patrulla Fronteriza de que merecen una audiencia adicional para determinar si sus temores son creíbles.

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