Las largas jornadas laborales de medio millón de trabajadores de restaurantes de comida rápida en el “El Estado Dorado”, fueron recompensadas con un aumento salarial mínimo, el cual entró en vigencia este 1 de abril, posicionando a este sector como uno de los salarios base más altos de Estados Unidos.
«Me ayudará a respirar un poco más tranquila a la hora de pagar el alquiler e incluso de comprar alimentos», dijo Angélica Hernández, que trabaja en una cadena de restaurante de Los Ángeles.
Tia Koonse, de la Universidad de California en Los Ángeles, afirma que la mayoría de los trabajadores de esa industria son mujeres y afroestadounidenses, con un salario promedio anual de 25,800 dólares, muy por debajo de la media estatal de 43,000 dólares.
La norma promulgada en 2023 por el gobernador demócrata Gavin Newsom, se aplica en establecimientos con reducido o ningún servicio de mesa y que tengan al menos 60 locales en todo el país.
Ante la medida, algunas cadenas han dicho que productos, advirtiendo que las alzas salariales podrían acabar costando puestos de trabajo.
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