El COVID-19 persistente es menos probable en las personas cuya primera infección fue con omicrón. Foto: La Hora / MinSalud

 

Una nueva investigación suiza, que se presentará en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID) el próximo mes de abril, ha revelado que el Covid-19 persistente es mucho menos probable después de tener la infección por omicrón que después de la primera variante de la pandemia.

El estudio suizo también descubrió que los trabajadores sanitarios infectados con el virus original tenían hasta un 67 por ciento más de probabilidades de notificar síntomas de Covid-19 largo que los que no habían padecido esta variante del virus. Por el contrario, los trabajadores sanitarios cuya primera infección fue por la variante omicrónica tenían menos probabilidades de presentar síntomas de Covid-19 largo.

La investigación también descubrió que tener omicrón después de una infección de la primera variante no conllevaba un mayor riesgo de Covid-19 largo o fatiga que tener una infección del virus original solamente. El doctor Carol Strahm, de la División de Enfermedades Infecciosas y Epidemiología Hospitalaria del Hospital Cantonal de St Gallen (Suiza), evaluó las tasas de síntomas de Covid largo en trabajadores sanitarios infectados por el virus SARS-CoV-2 de tipo salvaje, la variante omicrónica (BA.1) o ambos, y los comparó con controles no infectados.

En el estudio prospectivo participaron 1.201 trabajadores sanitarios, el 81 por ciento fueron mujeres, con una mediana de edad de 43 años de nueve redes sanitarias suizas. Los participantes, que fueron reclutados entre junio y septiembre de 2020, se sometieron a pruebas regulares de Covid-19 y proporcionaron información sobre su estado de vacunación.

En marzo de 2021 (Q1), septiembre de 2021 (Q2) y junio de 2022 (Q3) rellenaron cuestionarios en línea en los que se les preguntaba cuál de los 18 síntomas prolongados de Covid-19 experimentaban, si es que experimentaban alguno. Los síntomas más frecuentes eran la pérdida del sentido del olfato y el gusto, el cansancio y la debilidad, el agotamiento y la caída del cabello. El cuestionario también cubría los niveles de fatiga. La mediana del tiempo de seguimiento de las infecciones por el virus original fue de 18 meses.

En el primer trimestre, el riesgo de síntomas prolongados de Covid-19 fue un 67 por ciento mayor en los 157 trabajadores sanitarios que habían tenido la infección original que en los controles no infectados con esta variante. En el tercer trimestre, el riesgo de síntomas prolongados fue un 37 por ciento mayor en los que habían tenido la infección de tipo salvaje que en los controles.

En el caso de la fatiga se observó un patrón similar. En el primer trimestre, el riesgo de fatiga era un 45 por ciento mayor en los que habían tenido el virus original, pero en el tercer trimestre la diferencia entre los dos grupos ya no era significativa. Sin embargo, los 429 trabajadores sanitarios cuya primera prueba positiva de Covid-19 fue para la variante omicrónica no tenían más probabilidades de manifestar síntomas prolongados de Covid-19 que los controles no infectados. Las tasas de fatiga también fueron similares entre los grupos.

 

El análisis también reveló que la reinfección tampoco conlleva un mayor riesgo de COVID-19 persistente o fatiga que padecer solamente la infección por la primera variante. Del mismo modo, se probó que la vacunación no afecta al riesgo de padecer COVID-19 prolongado.

Artículo anteriorJuzgado autoriza segundo pedido de extradición contra Thelma Aldana
Artículo siguienteEsta es la ruta que Agexport propone a presidenciables para elevar exportaciones y empleo