La Suprema Corte de Justicia de México ordenó el miércoles reactivar las corridas de toros en la capital mexicana, suspendidas desde hace año y medio por acciones legales impulsadas por activistas que consideran la tradición como un acto de crueldad contra los animales.
El máximo tribunal decidió levantar la suspensión de las corridas en la Plaza México, la más grande del mundo, alegando que la medida “no cumplía» los requisitos de una ley de amparo.
Los ministros determinaron que la suspensión “sí constituye una restricción a los derechos de todas las personas que se dedican a las diversas actividades que se desarrollan en torno a los espectáculos taurinos, quienes en este momento cuentan con autorizaciones legales y vigentes”, señaló un comunicado de la Corte.
Asimismo, aclararon que la decisión sólo analizó la medida de suspensión “sin prejuzgar sobre el fondo del asunto” que deberá ser abordado en otra sentencia.
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Con la decisión se revierte la disposición de un juez federal, de mayo del año pasado, de prohibir las corridas de toros atendiendo a un amparo que promovió la asociación civil Justicia Justa.
La organización mexicana Justicia Justa, que defiende los derechos humanos y el Estado de derecho, denunció el reglamento taurino y una ley sobre espectáculos públicos. Alegó que el “trato cruel” hacia los animales impide a las personas disfrutar de un medio ambiente sano, lo que aseguran viola la constitución de la Ciudad de México.
Entre tanto, hubo manifestaciones callejeras a las afueras de la Suprema Corte, en el centro de la capital, con grupos a favor y en contra de la tauromaquia.
Al ritmo de pasodobles y rancheras mexicanas, y entre gritos de “¡toros sí, toreros también!”, cientos de manifestantes exigieron a los ministros de la corte la reanudación de actividades en la histórica plaza mexicana.
En medio de la calle, el joven aficionado José Pablo Vargas aprovechó para improvisar algunos pases de toreo con su capote mientras algunos manifestantes le gritaban “¡olé, olé!” y lo aplaudían.
Muy cerca de Vargas estaban los defensores de los animales que, levantando carteles en los que se leía “México dice ¡NO! a las corridas de toros”, pedían mantener la suspensión.
La disputa que se ha librado en los tribunales ha alentado el debate en México sobre esta tradición de más de cinco siglos de historia y que aún se preserva en España, Francia y Portugal y otros países de la región con excepción de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, donde la tauromaquia está prohibida.
A favor están los ganaderos, empresarios y aficionados que sostienen que la prohibición de las corridas de toros en la Ciudad de México deja sin empleo a miles de personas que laboran en esa industria, que se estima que genera en el país ingresos anuales por unos 400 millones de dólares.
“Esto no es tema de bienestar animal. Es un tema de libertades, de cómo se aplica la justicia al resto de la sociedad”, indicó a The Associated Press José Saborit, director de la asociación civil Tauromaquia Mexicana, al asegurar que las corridas de toros representan parte de la cultura mexicana, que no se pueden abolir por la vía de decisiones judiciales.
“Un pequeño sector de la población quiere imponer su moral y creo que todos tenemos cabida reguladamente en este mundo, en esta misma sociedad”, agregó.
De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Criadores del Toro de Lidia en México, la actividad taurina genera 80.000 puestos de trabajo directos y otros 146.000 empleos indirectos.
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En contra están los defensores de los animales para quienes el retorno de las actividades taurinas a la capital mexicana representa un “gran retroceso” en sus luchas y podría animar a los jueces a anular también las suspensiones de las corridas que se aprobaron en otros estados como Sonora, Guerrero, Coahuila, Quintana Roo y, más recientemente, en la ciudad occidental de Guadalajara.
“Los animales no son cosas, son seres sintientes y estos seres sintientes son objeto de protección en la Constitución de la Ciudad de México”, afirmó el diputado local Jorge Gaviño, quien ha impulsado tres iniciativas legales en el Congreso de la Ciudad de México contra las corridas de toros que no han prosperado hasta la fecha.
Gaviño dijo a la AP que, de levantarse la medida de suspensión en la capital mexicana, “sería muy grave para los animales”.
El congresista izquierdista desestimó el argumento de los empresarios y ganaderos sobre el impacto económico que genera la suspensión de las corridas y señaló que los propietarios de la Plaza México, que tiene capacidad para más de 40.000 personas, pueden diversificar sus actividades y utilizar el lugar para otros eventos o construir centros comerciales.
Agregó que la cancelación de las corridas en la Ciudad de México no representa el fin de esa actividad, puesto que en el vecino Estado de México y otras entidades como Tlaxcala, Aguascalientes, Hidalgo, Querétaro, Zacatecas, Michoacán y Guanajuato aún se permite la fiesta taurina que es considerada un bien cultural y material.