Douglas Gonzalez

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Politólogo, egresado de la USAC y la UCJC. Librepensador. Experiencia en políticas públicas, procesos de diálogo y comunicación política. Una mejor Guatemala es posible y necesaria.

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En un proceso de transición normal, a estas alturas, ya tendríamos un gabinete de Gobierno en un 80-90%. Quizás definiendo candidatos para un par de carteras y la decisión del Ministerio de la Defensa que es la última cartera en darse a conocer.

Sin embargo, nos encontramos en un proceso ya no de transición sino de resistencia a aceptar los resultados que el pueblo dispuso en las urnas. Un grupo de negacionistas con mucho poder, han emprendido una batería de acciones para impedir la llegada de Bernardo Arévalo como presidente el 14 de enero de 2023.

Cada día salen con nuevos argumentos. Si no son las firmas, es el aprovechamiento de la crisis de la USAC como plataforma política. Si no es la USAC, entonces es el TREP. Si no es el TREP, entonces es la compra fraudulenta por parte de los magistrados del TSE. Si no es la compra, ahora han llegado al colmo de decir que Bernardo no puede asumir, porque sigue siendo secretario general de un partido al que no le permiten renunciar porque está suspendido. Sin embargo, sí le permiten desafiliarse, con lo cual le resulta imposible a cualquier persona ser secretario general de un partido al que no pertenece. Hoy, amanecimos con la iniciativa de reemplazar a los magistrados que se encuentran con licencia; y mañana, quién sabe qué otra ocurrencia vendrá. Estamos en el mundo del post derecho.

Pese a estas evidentes acciones golpistas que no hacen sino producir incertidumbre, un grupo muy selecto de la sociedad para quienes estos hechos no son dignos de mención, le exigen a Bernardo que dé a conocer su gabinete. Y peor aún, lo critican por una lista apócrifa hecha circular con errores ortográficos y sin ningún sustento, pidiendo que se haga responsable por un libelo emanado de algún netcenter.

El anuncio del gabinete de Gobierno, de un presidente que está por asumir, tiene varias lecturas y genera altas expectativas en la sociedad y la comunidad internacional. El presidente electo esta siendo muy sabio al aplazar este anuncio, dadas las actuales circunstancias. Un anuncio apresurado, expondría innecesariamente a guatemaltecos que estén dispuestos a dar un paso al frente en el servicio público, con intenciones legítimas de aportar su experiencia y capacidad.

Las claves para leer políticamente el mensaje que envía un presidente electo al hacer el anuncio de su gabinete van en, al menos, tres sentidos:

La pluralidad de experiencias, conocimientos y extracción sociocultural del gabinete debe ser una expresión lo más aproximada posible a los vientos de cambio y el clamor por un ejercicio transparente y digno de la gestión pública.

Las personas que conforman el gabinete deben ser personas probas y con amplia experiencia en la materia de sus carteras; pero, además, deben tener un liderazgo comprobado para articular los intereses y aspiraciones de los actores que conforman el sector y dar resultados concretos hacia la población guatemalteca que reclama recuperar la capacidad de brindar servicios públicos que el Estado ha perdido en los últimos años.

Lo miembros del gabinete deben reafirmar su lealtad y compromiso con la Constitución Política de la República, con el pueblo de Guatemala y con la visión y planes del presidente Bernardo Arévalo. Un gobierno con autonomía de los poderes fácticos, es otro de los reclamos que el pueblo le hace al nuevo presidente. Por ello, el día que juran por sus cargos, rompen sus compromisos con el sector del que provienen.

En la primera semana de enero habrá mejores condiciones para hacer este anuncio. Mientras eso llega, un consejo sano: no se deje llevar por bolas.

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