El presidente Joe Biden y su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador se comprometieron el viernes a trabajar codo a codo para enfrentar el tráfico ilícito de fentanilo hacia Estados Unidos y gestionar el creciente número de migrantes que viajan rumbo al norte hasta la frontera entre sus países.
“En mi opinión, nada está fuera de nuestro alcance si México y Estados Unidos permanecen unidos y trabajan juntos”, dijo Biden.
La relación entre los dos mandatarios ha sido tensa en ocasiones, en parte debido a la inclinación de Biden a criticar a México en temas como la producción de fentanilo y el asesinato de periodistas. Y a López Obrador no le da miedo desairar al mandatario estadounidense. No acudió a una cumbre en Los Ángeles el año pasado —en la que gobernantes de varios países abordaron el tema de la migración— porque Estados Unidos no invitó a Cuba, Nicaragua y Venezuela. En un principio también había dicho que no participaría en la cumbre de este año del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés), pero cambió de opinión.
Los dos hombres fueron todo sonrisas y halagos ante la prensa el viernes. “No podría tener un mejor socio que usted”, le dijo Biden a López Obrador, mientras que el mandatario mexicano declaró que Biden es “un hombre bueno” y un “extraordinario presidente”.
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Biden y López Obrador se encontraban en San Francisco con motivo de la cumbre anual de la APEC, donde Biden mantuvo una serie de reuniones con otros gobernantes, incluido el presidente de China, Xi Jinping, y los mandatarios de Japón y Corea del Sur, con la intención de garantizarle a la región que Washington y Beijing son competidores, no rivales que intentan ganar a costa del otro.
Biden y López Obrador arrancaron su diálogo enfocándose en la migración, en un momento en que Estados Unidos pasa apuros para gestionar el creciente número de personas que cruzan su frontera sur.
Hablaron también sobre el tráfico letal de fentanilo, en especial después de que Biden asegurara un acuerdo con Xi para combatir el flujo de este opioide ilícito. México y China son las fuentes primarias del fentanilo sintético que es introducido a Estados Unidos. Casi todos los precursores químicos necesarios para fabricarlo llegan de China, y posteriormente la droga es producida en forma masiva en México y traficada a territorio estadounidense a través de los cárteles.
“Quiero hablarle de la magnífica conversación que tuve con Xi Jinping sobre este tema”, le dijo Biden a López Obrador.
Los temas del fentanilo y la migración están relacionados. El tráfico de personas a través de la frontera forma parte de las operaciones de los cárteles, que también incluyen el tráfico de droga hacia Estados Unidos.
“Estamos trabajando codo a codo para combatir al crimen organizado”, declaró Biden.
El poderoso opioide es la droga más mortifera en Estados Unidos hoy en día. Más de 100.000 muertes al año han sido relacionadas con sobredosis de drogas desde 2020, y aproximadamente dos tercios de éstas están vinculadas con el fentanilo. La cantidad anual de fallecimientos es de más de 10 veces el índice registrado en 1988, cuando la epidemia de «crack» llegó a su ápice.
“Estamos muy conscientes del daño que (el fentanilo) ocasiona a los jóvenes en Estados Unidos”, declaró López Obrador a través de un intérprete.
Y los retos migratorios que enfrenta Estados Unidos son cada vez más difíciles de manejar. Líderes demócratas, a nivel estatal y local, están suplicando recibir apoyo federal para atender a las familias migrantes que viven en albergues sórdidos y duermen en estaciones de policía. Los republicanos critican vigorosamente las políticas fronterizas de Biden por considerarlas demasiado permisivas. Y desde hace décadas el Congreso no ha aprobado una reforma a las leyes migratorias.
Biden pidió a los legisladores destinar 14.000 millones a la seguridad fronteriza, pero la ley provisional de gastos que acaba de promulgar no incluye fondos para la frontera sur, ni para ayudar a Ucrania e Israel.
En la frontera la cantidad de migrantes va en aumento. Las detenciones por cruces ilegales allí se incrementaron 21%, alcanzando 218.763 en septiembre, y Biden ha dicho repetidas veces que el Congreso debería intervenir para arreglar la obsoleta normativa migratoria. Pero mientras tanto, su gobierno ha desarrollado políticas que pretenden desalentar a los migrantes de emprender un viaje peligroso, y a menudo mortal, al tiempo que también ha abierto nuevas vías para la migración legal.
El respaldo de México es fundamental para cualquier intento de Estados Unidos de controlar drásticamente los ingresos en su frontera meridional, sobre todo porque migrantes de naciones tan lejanas como Haití están atravesando México a pie y no es tan sencillo devolverlos a sus países de origen.
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López Obrador dijo que la política de Washington de actuar enérgicamente para reducir los cruces ilegales, y a la vez abrir otras vías legales para que otros migrantes ingresen a Estados Unidos legalmente, es “una forma muy humana de atender el fenómeno migratorio”.
México acordó este año seguir recibiendo a migrantes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua que sean rechazados en la frontera. Por otro lado, hasta 100.000 personas de Honduras, Guatemala y El Salvador que tengan familiares en Estados Unidos serán elegibles para vivir y trabajar en ese país.
De acuerdo con datos sobre solicitantes de asilo en México, las personas procedentes de Haití son la mayoría, con 18.860 solicitudes en lo que va del año, una cifra superior al total de todo 2022.
Mientras tanto, Estados Unidos está aceptando a 30.000 personas al mes procedentes de los cuatro países por dos años, ofreciéndoles la posibilidad de trabajar, siempre y cuando lleguen legalmente, cuenten con patrocinadores que cumplan los requisitos y aprueben los controles de escrutinio y antecedentes.
Guatemala y Colombia abrirán centros regionales en los que las personas puedan acudir a presentar solicitudes de asilo con la esperanza de impedir que viajen a pie. Pero hasta el momento México no ha permitido que Estados Unidos establezca uno en su territorio.
López Obrador también aprovechó la reunión del viernes con Biden para traer a colación el caso de Cuba, e instó al presidente de Estados Unidos a reanudar el diálogo con la nación insular y poner fin a las sanciones estadounidenses.