El conteo oficial en las cruciales elecciones presidenciales en Argentina comenzó el domingo luego de que 74% del padrón electoral emitió su voto, según las autoridades.
Basándose en encuestas de boca de urna, los canales de televisión dieron por sentado que no hay un vencedor claro, lo que obligará a la celebración de un balotaje el 19 de noviembre entre los dos candidatos más votados.
En un contexto de alta volatilidad el economista de ultraderecha Javier Milei, de la Libertad Avanza, lideraba la mayoría de las encuestas antes de los comicios. Lo seguía de cerca el ministro de Economía Sergio Massa, de la peronista Unión por la Patria, y en un tercer lugar se encontraba Patricia Bullrich, de la coalición centroderechista Juntos por el Cambio.
Para ganar las elecciones el candidato más votado debe obtener al menos el 45% de los votos válidos o 40% y una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo más votado. De lo contrario, las dos fórmulas con más sufragios se enfrentarán en una segunda vuelta. Quien resulte electo asumirá el poder el 10 de diciembre.
“Un 74% del padrón electoral ha votado… aunque no se descarta que pueda aumentar”, dijo en conferencia de prensa Julio Vitobello, secretario general de la presidencia.
Los argentinos votaron sumidos en la frustración por un contexto de inflación, inseguridad y corrupción.
En tendencia:
Milei, de 52 años y quien fue la sorpresa en las elecciones primarias de agosto al ser el más votado, ha prometido terminar con estos problemas y sacudir el sistema político.
El ultraliberal tiene un discurso en contra de la clase política tradicional, a la que tacha de “casta” de privilegiados, y ha sabido empatizar con amplios sectores populares que tienen su poder de compra pulverizado y han sido testigos de constantes escándalos de corrupción protagonizados por funcionarios públicos.
En los comicios también se renuevan 24 bancas del Senado y 130 de diputados nacionales y se eligen varios alcaldes y gobernadores, entre ellos el de la provincia de Buenos Aires, el distrito más importante del país.
Decenas de argentinos acudieron desde temprano a las urnas en una jornada marcada por la ansiedad y la incertidumbre por el día después en medio de una inflación anual cercana al 140% y con 40,1% de la población de unos 46 millones de habitantes sumida en la pobreza.
La suba de precios, la inseguridad y la falta de previsibilidad económica están al tope de las preocupaciones en las encuestas de opinión.
El presidente Alberto Fernández, dirigente peronista que no se presentó a la contienda debido a su mala imagen en las encuestas de opinión, desistió de buscar la reelección y la vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), que enfrenta distintas causas por presunta corrupción, tampoco se postuló.
Sabrina Rodríguez, una estudiante de 36 años, dijo que esperaba en estas elecciones “un cambio de ciclo” en la conducción política del país.
Espero “que no gane un proyecto que pone en riesgo la democracia”, señaló, por su parte, Cristian Jacobsen, un profesional de 38 años, quien aseguró que votó por Massa.
Milei propone una reforma integral del Estado que incluye un recorte drástico del gasto público y la privatización de las empresas públicas. Para combatir la inflación dice que cerrará el Banco Central por considerarlo responsable de la emisión monetaria sin freno y una libre competencia de monedas que culmine en una dolarización de la economía.
El economista, que se identifica con los expresidentes ultraderechistas Donald Trump de Estados Unidos y Jair Bolsonaro de Brasil, plantea en su plataforma electoral “la desregulación del mercado legal” de armas “y proteger su uso legítimo y responsable por parte de la ciudadanía”. Defiende que cualquiera que esté en condiciones de solicitar la tenencia de armamento pueda hacerlo sin ser desalentado por el propio Estado, como cree que ocurre hoy en la práctica.
Massa ha dicho que cancelaría definitivamente la deuda de unos 44.000 millones de dólares que el país tomó en 2018 con el Fondo Monetario Internacional para sacar al organismo del escenario. Prometió que logrará orden fiscal y superávit comercial e intentará persuadir al electorado peronista de que siga apostando por la fuerza que ha implementado un vasto tejido de ayudas sociales para los desfavorecidos. Advierte además que las políticas de Milei esconden un recorte de derechos básicos.
Bullrich defiende su experiencia en el área de seguridad luego de ser ministra de esa cartera entre 2015 y 2019. Ha tratado de convencer a los votantes de que, como miembro de un partido que ejerce el poder en varias gobernaciones provinciales y goza de un nutrido bloque parlamentario, es capaz de llevar a cabo una reforma económica para favorecer el crecimiento.