El regulador británico de la competencia aprobó de forma preliminar el viernes el acuerdo reestructurado por el que Microsoft adquirirá el fabricante de videojuegos Activision Blizzard por 69.000 millones de dólares, eliminando el último obstáculo para completar una de las mayores transacciones tecnológicas de la historia.
La Autoridad de la Competencia y los Mercados (CMA, por sus siglas en inglés) dijo que la propuesta revisada “aborda sustancialmente las preocupaciones previas” acerca de la competencia en el mercado de rápido crecimiento de los juegos en la nube, que libera a los jugadores de comprar costosas videoconsolas y computadoras gracias a la transmisión del contenido en tabletas, celulares y otros dispositivos.
La oferta actualizada “abre la puerta a la autorización de la operación», dijo la agencia, aunque algunas dudas se mantienen. Microsoft ha ofrecido soluciones que el supervisor ha decidido provisionalmente que resolverían esas cuestiones, y los reguladores están recabando la opinión de “partes interesadas” antes de tomar una decisión definitiva.
En tendencia:
El anuncio demuestra que el supervisor británico está cerca de revertir su decisión previa de impedir que Microsoft compre el fabricante de exitosas franquicias de videojuegos como Call of Duty y World of Warcraft.
“La posición de la CMA ha sido coherente a lo largo del proceso: esta fusión solo podía salir adelante si se protegía la competencia, la innovación y la capacidad de elección en el sector de los juegos en la nube”, explicó la directora general de la agencia, Sarah Cardell. “En respuesta a nuestra prohibición inicial, Microsoft ha reestructurado de forma sustancial el acuerdo, tomando las medidas necesarias para abordar nuestras preocupaciones originales”.
Otras Noticias:
Desde el anuncio del acuerdo en enero de 2022, Microsoft ha logrado el visto bueno de autoridades antimonopolio que abarcan más de 40 países, incluyendo la de la Unión Europea, tras aceptar que los usuarios y las plataformas de juego en la nube utilicen sus productos sin pagar regalías durante 10 años.
Pero se encontró con obstáculos en Estados Unidos y Gran Bretaña, donde los reguladores temían que la compra de Activision pudiese perjudicar a la competencia y a los jugadores, especialmente a quienes utilizan la videoconsola PlayStation de Sony en lugar de la Xbox de Microsoft.
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos se opuso a la transacción pero perdió la batalla judicial para frenarla, lo que allanó de facto el camino a la continuidad del proceso. El recurso de la agencia sigue su curso.