El papa Francisco viajará este año a la periferia del catolicismo, siendo el primer pontífice que visita Mongolia, una nación del Asia Central.
El papa Francisco viajará este año a la periferia del catolicismo, siendo el primer pontífice que visita Mongolia, una nación del Asia Central. Foto La Hora: AP.

El papa Francisco viajará este año a la periferia del catolicismo, siendo el primer pontífice que visita Mongolia, una nación del Asia Central apretada entre Rusia y China donde viven apenas 1.500 católicos.

La visita, de gran importancia geopolítica, será vigilada estrechamente por Rusia, que controló Mongolia durante la era soviética, y China, que busca ejercer su influencia a través de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda.

Ningún papa ha visitado esas naciones, y es probable que Francisco opte por sobrevolar China en lugar de Rusia, que está en guerra con Ucrania. De acuerdo con la costumbre papal, cabe esperar que Francisco envíe un telegrama de reconocimiento a las autoridades chinas, que estudiarán cada palabra, dijo Giorgio Bernadelli, coordinador editorial de la organización periodística misionera Asia News.

Francisco ha tratado de mantener una actitud diplomática con los dos países. Mandó un enviado a Rusia para intentar un acuerdo de paz con Ucrania y ha tratado de mantener relaciones equilibradas con China, que violó un acuerdo de 2018 sobre el nombramiento de obispos.

 

La agenda del viaje del 1 al 4 de septiembre incluye un día de reposo a su arribo, reconociendo los problemas recientes de salud del pontífice, que tiene 86 años. Recientemente, fue hospitalizado para reparar una hernia.

La ceremonia de recepción, el 2 de setiembre, se realizará en la Plaza Sukhbaatar de Ulaanbataar, la capital, cerca de una estatua imponente del emperador mongol Gengis Khan, símbolo de las antiguas glorias del país.

Posteriormente, se reunirá con el presidente y otras autoridades y pronunciará el primero de cuatro discursos previstos, uno a una reunión de autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático y otro a un grupo de obispos, sacerdotes, misioneros y laicos.

Mongolia tiene 77 misioneros y un solo obispo para atender a 1.500 católicos, dijo Bernadelli, por lo que es probable que asistan sacerdotes y obispos de la conferencia episcopal del Asia central, creada recientemente, que incluye también Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán.

El papa oficiará la misa el domingo en la Arena Estepa, su principal acto público, después de pronunciar un discurso en una reunión ecuménica e interreligiosa. El último día, inaugurará la obra de beneficencia “Casa de la Misericordia” y pronunciará su último discurso antes de partir.

 

La inauguración de la obra de beneficencia católica es una medida significativa, dijo Bernadelli, señal del avance de la iglesia en una nación oficialmente atea bajo los soviéticos y donde el budismo es la religión predominante.

“Será muy importante para la comunidad católica, que es muy pequeña y está muy repartida, unirse en torno al papa”, dijo.

Mongolia se ha esforzado por mantener su independencia política y económica tanto de Rusia, que abastece prácticamente toda su energía, como de China, la potencia regional en ascenso que compra más del 90% de sus exportaciones mineras, principalmente carbón y cobre.

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