Cuba renueva el domingo la Asamblea Nacional del Poder Popular, en una jornada en la que 470 candidatos buscarán ubicarse en igual cantidad de escaños en juego. A diferencia de otros países, en la isla no hay partidos políticos de oposición autorizados, ni campañas electorales, por lo que, en esencia, los cubanos habilitados para sufragar sólo respaldarán la lista de aspirantes previamente conocida.
El resultado de la jornada parece inevitable, aunque un indicador que será observado de cerca es cuántos votantes se abstienen. Ese número ha crecido sustancialmente durante la última década, lo que algunos críticos señalan como un reflejo de los problemas económicos que vive la gente y una desconfianza en el sistema político. A continuación un vistazo al proceso:
LA ELECCIÓN Unos ocho millones de cubanos están habilitados para votar este domingo por los nuevos integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el parlamento unicameral. Elegirán a 470 diputados entre una lista con el mismo número de candidatos. Cuba se rige por un sistema político socialista de un solo partido —el Partido Comunista— y aunque este no postula a ningún candidato, las organizaciones que nominan a los aspirantes a un asiento en la Asamblea Nacional suelen tener miembros cercanos a esa fuerza política.
En realidad, el ciclo electoral comenzó en noviembre cuando se eligieron los delegados a la Asambleas Municipales —los gobiernos locales— a partir de las propuestas de vecinos de cada cuadra en los barrios y comunidades del país —hubo entonces 26.746 candidatos a concejales para ocupar 12.427 puestos—. Ahora, la mitad de los 470 candidatos provienen de asambleas municipales. El otro 50% son personalidades reconocidas propuestas por sindicatos y organizaciones sociales como la Federación de Mujeres o la asociación de pequeños agricultores. La lista queda consolidada a partir de la labor de unas comisiones de candidatura.
Los detractores dicen que el sistema cubano no es democrático e impide que haya candidatos de la oposición. Las autoridades sostienen que ayuda a la unidad, evita las divisiones que provoca el multipartidismo y también previene cualquier efecto nocivo de que se gaste dinero en las campañas. «¿Quién dijo que democracia significa multipartidismo?», se preguntó recientemente un editorial del periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista. Criticó que los procesos electorales en otros países suele triunfar «quien invierta con más eficiencia los millonarios montos recaudados en campañas desiguales, quien compre más espacios en el concierto mediático, quien más lodo vierta sobre sus rivales».
Críticos como el opositor Manuel Cuesta Morúa tienen otra visión. «Entroniza el control de un partido único», dijo el disidente quien encabeza el Consejo para la Transición Democrática —sin estatus legal— y que trató de colocar, sin éxito, un candidato a delegado en las municipales de noviembre. Los activistas denunciaron presiones de agentes seguridad del Estado para que el aspirante desistiera de su postulación.
Cuba vive una inusual campaña política de cara a las elecciones legislativas https://t.co/GMWYyg9YHF pic.twitter.com/qRqsJgY6x7
— FRANCE 24 Español (@France24_es) March 24, 2023
LA ASAMBLEA NACIONAL La Asamblea Nacional del Poder Popular es el máximo órgano de gobierno y entre sus funciones está el elegir entre sus miembros al Poder Ejecutivo, aprobar las leyes del país, controlar los presupuestos y pedir cuentas a la administración del Estado en todas las esferas.
En la práctica, la Asamblea suele aprobar las iniciativas del Partido Comunista, el único con estatus legal en la isla y cuyo mandato es dirigir el sistema socialista de la isla. La nueva Asamblea entrará en funciones el 19 de abril y ese mismo día votará al nuevo presidente del país. No hay indicios de que el actual mandatario, Miguel Díaz-Canel, deje el cargo, por lo cual se espera que sea reelecto.
LOS CANDIDATOS En la lista de futuros diputados presentada hace algunas semanas están por ejemplo el presidente Miguel Díaz-Canel, el exmandatario Raúl Castro, y el primer ministro Manuel Marrero. También están el músico Eduardo Sosa; la referente de la comunidad LGBT e hija de Raúl Castro, Mariela Castro; el científico Eduardo Martínez, e incluso Elián González, quien de niño —a principios del siglo XXI— fue centro de una batalla diplomática entre Cuba y Estados Unidos.
Pero entre los candidatos también hay ciudadanos desconocidos para el grueso de la población, como Carlos Miguel Pérez, un ingeniero informático de 36 años, dueño de una mediana empresa y nominado en el municipio Playa, en la capital. Pérez, quien no milita en el Partido Comunista, dijo a The Associated Press que aceptó la nominación del sindicato de telecomunicaciones, luego de enterarse a disgusto de que la Asamblea actual aprobó un presupuesto para 2023 que subió los impuestos y limitó las exenciones impositivas a las pequeñas y medianas empresas como la suya.
«Es necesario que también en el Parlamento cubano haya una representación de este sector» privado y nuevo en el país, comentó Pérez. «El proceso eleccionario, como yo lo veo, es muy popular, muy del pueblo». Los diputados no cobran un sueldo por ejercer su función, sino que mantienen su salario por las otras labores que realizan cotidianamente.
EL VOTO Los requisitos para votar son tener más de 16 años y residir en el país y el empadronamiento lo realiza automáticamente el Estado. El sufragio es secreto, pero a diferencia de otras naciones no es obligatorio y las urnas suelen ser custodiadas por niños y jóvenes estudiantes. Nadie espera sorpresas el domingo, por lo que es prácticamente un hecho que los 470 aspirantes serán confirmados. Sin embargo, lo que ha generado atención en los últimos años es la abstención paulatinamente creciente.
En las elecciones municipales de noviembre, la Comisión Nacional Electoral informó que la abstención alcanzó el 31,42%, una cifra alta en relación con votaciones anteriores. En los comicios nacionales de 2018, la ausencia fue de 14,35% y en 2013 de apenas 5,83%.
Para algunos observadores, la abstención refleja el desánimo de la gente ante el deterioro de la situación económica y las críticas hacia el gobierno. Julio Antonio Martínez Estrada, abogado y profesor invitado en la Universidad de Harvard, consideró que no hay indicios de que la abstención disminuya.
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«Es una respuesta a los problemas políticos y socioeconómicos de los últimos años», dijo. «Ha coincidido con la crisis migratoria, ha coincidido con una enorme crisis económica, que a su vez es causa de esa crisis migratoria; hay una desconfianza y una desesperanza enorme de llevar al país por otro camino».